El Amo Min es el dueño de gran parte de las tierras productoras de arroz y ganadero, tiene a su disposición un montón de esclavos que le sirven en casa, ninguno es mujer, el amo Min aborrece a las mujeres.
Un día en una de sus compras, un muchacho...
nota: Jin llama "señor" a todos los de alto poder, no tiene que ver con la edad, de echo la mayoría de príncipes tiene de 20 a 30 años de edad.
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Hoseok era uno de los príncipes pocos conocidos, sobre todo porque la mayoría del tiempo gustaba por hacerse pasar de consorte y burlarse de los mas jóvenes, era algo entretenido para él.
Dentro de sus actividades diaria estaban el estudio de estrategias de guerra y el estudio por si mismo sobre nuevas medicinas ayudado por uno de los consortes de Namjoon, su hermano mayor.
Cada consorte tenia un don, ese en especial podía ayudarlo a averiguar sobre elementos sanadores, pero Hoseok prefería jugar con los niños en el palacio, era una verdadera alma libre.
Se quedo parado largo rato viendo a los consortes a la orilla del estanque tratando de atrapar pescados y fallando, sonrió cuando uno de ellos cayo dentro, pero al ver que estaba llorando, noto que no era un juego, simplemente lo estaban atacando.
Camino molesto por la orilla asta encontrarlo a los cinco muchachos y les grito.
—¿No les parece que se están pasando? — los jóvenes le vieron y escaparon dejando al joven en el agua, quien nadaba molesto a la orilla.
Se apresuro a extender su mano y este salió limpiando su rostro.
—Son muy malos— lloro molesto con la cara roja.
—Solo están jugando—trato de calmarlo — No creo que lo hicieran al adrede—
—Tu no sabes nada— dijo elevando la vista y arrodillándose de inmediato —Lo siento tanto su majestad, de nuevo le he confundido— este se agacho para limpiar su cara.
—Vamos, yo tampoco me di cuenta de que era Jin— sonrió —¿Quieres ir conmigo al palacio? —
El pequeño hombre se puso de pie con una sonrisa en la cara.
—¿Puedo ir? —
—Supongo que si vas conmigo puedes ir ¿No? —
—Es que señor, los consortes como yo no deben ir al palacio es una regla para evitar el tabú—
—Oh, entonces, diremos que eres uno ya graduado— Jin sonrió.
—Eso es un delito señor, no quiero que me regañe el consorte Baekho, el es estricto cuando de reglas se trata— luego agrego—Pero estoy agradecido de su invitación, me dijeron que dentro del palacio hay hermosas flores, incluso de esas que solo en el extranjero pueden verse—
—¿Te gustan las flores? — Jin trato de secar su cabello.
—Si, me gustan mucho, estoy aprendiendo del príncipe Jungkook a pintarlas, quiero trabajar en el huerto del rey cuando me case—
