Capítulo 8

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Narrador

La pareja se había levantado por fin de la cama después de la intimidad que tuvieron, Vlad fue el primero en sentarse en el colchón, levantado en el proceso a su pareja, dando pequeños besos en su cabeza y cuello.

Vlad: Vamos cariño, los niños ya esperaron mucho tiempo y dudo que sean más pacientes

El joven se quejó un poco, su cuerpo aún tenía un leve dolor, además de que su cadera estaba más adolorida; su cuerpo se sentía extrañamente bien a pesar de eso, abrazo a su novio dándole un beso en la mejilla y pidiéndole que lo llevara al baño; primero debían limpiarse.

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Los niños ya habían terminado de comer y estaban aburridos, en especial Danielle, ella quería jugar por toda la mansión, pero solo podía tomar el primer piso, mientras que Dan solo veía todo a su alrededor, regresando a ver los muebles y a los sirvientes que pasaban o solo se les quedaban viendo, algunas mucamas y sirvientas murmuraban cosas que no podía entender, pero logro escuchar como una de ellas dijo "seguro al señor le dieron lástima", otra con la que hablaba decía cosas similares "deben ser hijos ilegítimos o de alguna cazafortunas", eso lo molesto mucho, tanto que sus ojos cambiaron a rojo por un momento, nadie, pero nadie en el mundo insultaba a su madre, se levantó de su lugar e iba a darles una paliza hasta que sintió una mano en su hombro, era la menor que le sonrió y le hizo una señal para qué se acercarán juntos a las sirvientas, al estar enfrente de ellas les dio una sonrisa malvada, algo que a Dan le gustó e hizo lo mismo

Danielle: Saben, es una lástima que nos juzguen solo así, diciendo cosas tan malas de nosotros, me pregunto... Que diría papi sobre esto

Todo esto lo dijo de manera dramática y con voz de dolor, fingido algunas lágrimas, intentando parecer lo más convincente posible, poniendo sus manos en sus mejillas como si fuera una niña inocente, regresando a ver a Dan; este entiendo enseguida a lo que se refería

Dan: Es cierto, estoy seguro de que a nuestro padre, no le gustará lo que escuchamos

Mucama: ¡¿Us-ustedes son hijos del alcalde?! Eso... ¡Eso es imposible!

Danielle: ¿Crees que estamos mintiendo? En ese caso, por qué no...

Dan: Se lo preguntamos, pero ya que quieren toda la verdad, hay que decirles todo, incluso lo que mencionaron sobre nuestra madre

Danielle: Estoy segura de que eso le va a interesar, seguramente ustedes no tendrán problema con que su jefe se entere de todo eso

Las mucamas estaban asustadas y sorprendidas, no podían creer que esos niños fueran hijos de su jefe, pero lo que era más fuerte era el miedo por las consecuencias de sus palabras, sin duda alguna las despedirían, pero eso sería con suerte, mucha suerte, el castigo que les dieran seguro sería peor, aún recordaban como un sirviente tiro cloro en una alfombra de las habitaciones y este fue puesto a lavar cada tela a mano que podía encontrarse en la mansión, desde pañuelos hasta las cortinas de las enormes ventanas, cuando termino fue despedido y eso fue cuando el señor Masters estaba de buen humor. Ellas se miraron entre sí y se les ocurrió una idea.

Mucama: Eso... bueno, escuché que el señor Masters les pidió que no fueran al segundo piso y no querrán molestar a su padre, que tal si... Bueno, que tal si...

Sirvienta: ¡Los llevamos al patio de juegos! Si, seguramente, querrán jugar y podemos hacerles bocadillos o lo que ustedes quieran, ¡Haremos lo que sea!

Mucama: ¡Pero no le digan al señor Masters por favor!

Dan y Danielle se regresaron a ver complacidos, el plan había marchado bien y tenían con que entretenerse; sus padres ya tenían más de una hora en el piso de arriba, además de que esas mujeres los estaban molestando, ¿Quién se creían ellas para insultar a su familia? Al parecer el lado de Vlad hacía presencia en ellos.

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