Madison bufó muy fuerte, y es que estaba muy de malas. Se averió su ducha, tendría que bañarse con agua fría y, por si todo esto fuera poco, no encontraba qué ponerse.
Harry vendría por ella en dos horas y media, sentía que necesitaba mil años. Y no sabía como ir, no quería estar fuera de lugar.
Decidió marcar el número de Harry para preguntarle cómo debería vestirse.
_ Bromeas Madison. Es su cumpleaños, sus padres van a dar una mega fiesta en su honor. Dice Megan que no escatimemos en glitter. Vístete porque no te voy a esperar mil años. _colgó.
_ Demonios Harry, ¿ahora qué mierda hago?
Hurgó entre sus prendas y tomó un vestido corto de brillos plateados.
Tomó coraje y se fue a bañar con el agua fría. Habrá tardado alrededor de 15 minutos, salió rápido, se hizo un maquillaje elegante pero discreto, se ató una cola de caballo tirante, se puso unos pendientes y unos zapatos de tacón negros.
_ Mamá, salgo con Harry. _avisó mientras bajaba rápido las escaleras.
_ Mirate nada más, ¿no pudiste avisar antes?
Madison bufó.
_ Estas hermosa cielo. Harry se encargó de avisarme por ti.
Madison volteó y lo vio tras ella recargado en la isla de la cocina.
_ Sabía que no lo harías estúpida.
_ Wow, que guapo estás. _dijo la chica dedicándole una sonrisa a su amigo.
El vestía unos pantalones ajustados de vestir color negro, una camisa rosada pegada al cuerpo y un saco de vestir negro, sin mencionar sus elegantes zapatos de cuero negros y el detalle de su pañuelo color rojo apagado en el bolsillo del saco.
_ Tú no te quedas atrás preciosa. _fingió una voz extremadamente viril.
_ Vaya que eres tonto, vámonos, se nos hace tarde.
_ Suerte chicos. Harry, puedes dormir en casa. _levantó la cesta de ropa sucia y se dirigió a la puerta trasera que conducía al lavadero_ No vengan muy tarde, cuídate cielo.
_ Adios señora Beer. _le dijo Harry_ Voy a cuidar a la desastrosa.Una vez en el auto pusieron un aleatorio de canciones pop que ambos adoraban, hablaban de temas banales mientras Harry conducía a una velocidad moderada. Reían, cantaban. No había cosa que estos dos no disfrutaran.
_ Megan vive en uno de esos elegantes vecindarios de ricos. _le dijo Harry.
_ Me lo supuse cuando me dijiste lo de sus padres.
_ No te dejes engañar por la elegancia, va a ser una mega fiesta, sus padres le dejaran su casa y obvio eso será un desastre. _Harry la miró y apretó sus manos en el volante_ ¡Será grandioso!
_ Bueno bajale a tu euforia, amiguito. _rió Madison.Harry iba mirando la numeración de las casas un poco despistado hasta que sonrió satisfecho y empezó a bajar la velocidad, esa era su señal, habían llegado.
Harry bajó y le abrió la puerta a su amiga para ayudarla a bajar. Sabía lo que su amiga sufría con los tacones.
_ Gracias bonito. _le apretó las mejillas y después lo abofeteó jugando.
_ Perra.
Se dirigieron a la puerta principal y tocaron. Lo que era extraño porque el sonido de la música era ensordecedor. Por suerte alguien los oyó, era un chico rubio de no mas de unos 17 años, ojos celestes, de aspecto muy tierno.
_ ¿Megan los invitó? _preguntó el rubio.
_ Oh claro, yo soy Madison, el es Harry _señaló a su amigo_ nos conocimos ayer.
_ Oh, ya, ya. Ella me dijo que vendrían, adelante.
El rubio abrió más la lujosa puerta e ingresaron.
_ Yo soy Niall, su medio hermano. Un gusto conocerlos. Megan está en la barra de la cocina con unos amigos. _le dijo muy amablemente.
_ Gracias Niall. _le dijo Harry dedicándole una sonrisa.
Entraron y se sentaron en la sala a conversar y reírse, también se tomaron unas cuántas fotos. Harry amaba tomarle fotos a su amiga, le hacía sentir bien que ella se viera fabulosa, una parte de él sentía que era gracias a sí mismo y eso le hacía gracia a ambos.
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𝚈𝚘𝚞 𝙱𝚛𝚒𝚗𝚐 𝙼𝚎 𝙷𝚘𝚖𝚎
Teen FictionLlega ese momento en cuando ves a alguien y voltea todos tus paradigmas. Lo ves y simplemente ya lo sabes, ya lo entiendes todo. Ese alguien te trae a casa, porque ese alguien es tu hogar sin importar dónde estén. 𝓨𝓸𝓾 𝓑𝓻𝓲𝓷𝓰 𝓜𝓮 𝓗𝓸𝓶𝓮• Fa...