Capítulo 3

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Madison no quería ir a casa para nada, no quería alterar a Harry, menos iba a querer alterar a su madre.
Zayn preocupado porque no respondía, insistió:
_ Maddie, por favor. Dime si hay algo que pueda hacer, yo lo hago. _dijo luego de romper el abrazo entre ellos pero sin separar sus manos de su cuerpo.
_ Yo sólo no quiero ir a casa. _le dijo Madison, tratando de calmarse.
_ Pero tienes que cambiarte ese vestido.
Madison lo miró con cansancio.
_ Sólo no quiero Zayn, por favor.
_ Esta bien, haremos esto. _dijo Zayn mientras pensaba_ ¿Con quién viniste?
_ Harry.
_ Fíjate si no te ha enviado un mensaje.
Madison hizo exactamente lo que el moreno le dijo y si, efectivamente, tenía un mensaje. Cómo no lo notó antes.
Harry le contaba entusiasmado que había encontrado a Louis y que si no los encontraba era porque habían decidido salir a otro lado, pero que Liam le dijo que la llevaría de regreso a casa. Madison lo maldijo para sus adentros, pero aunque sea uno de los dos se lo estaba pasando bien. Esto último la dio paz.
_ No tiene idea, me alivia. _le dijo Madison a Zayn quien la miraba atentamente.
_ ¿Te quieres cambiar? _le preguntó Zayn.
_ Ehm... Yo... Yo no lo sé, no tengo nada.
_ Yo tengo una sudadera mía en maletero y unos shorts de baño, siempre llevo un cambio de ropa. Si quieres vamos por un café, tu te cambias y luego damos una vuelta en mi coche. Luego te llevo a casa o a casa de Harry, como tú quieras. _le propuso el moreno.
_ ¿Estás seguro?
_ No me quedaría ni loco en esta fiesta, y menos te dejaría sola cuando todo esto fue por mi culpa. _realmente se veía avergonzado.
_ No es tu culpa realmente. _le tranquilizó Madison_ Está bien, vamos.

Luego de un corto y silencioso viaje en auto llegaron a un café nocturno, de esos que están en la carretera para los viajeros.
Madison apenas entró al lugar fue a cambiarse directo al baño. Antes de salir nuevamente se miró al espejo unos segundos. Esta ropa se le veía graciosa, le quedaba grande, pero no demasiado como para que los shorts se le cayeran. Parecía que la castaña se hubiera apropiado del pijama del pelinegro. Salió pero no divisó al moreno, luego de unos segundos de buscar con la mirada lo vio parado en la puerta principar del lugar. Se acercó a él a paso lento y lo miró fijo.
_ Corazón, llevaremos unas cervezas y las tomaremos en la carretera. Compré dulces también. _dijo enseñándole la bolza repleta de golosinas_ No quiero que estés descalza aquí, eso es todo.
Atravesó su brazo al rededor de sus hombros y se dirigieron juntos al auto.

_ Te ves linda. _le dijo abrochando su cinturón.
_ Idiota, eres un mentiroso. _destapó la cerveza con los dientes.
Zayn la miró con los ojos como dos platos y ambos rieron.
_ ¿Te abro la tuya? _le preguntó la joven sosteniendo ambas botellas.
_ Está bien.

Viajaron unos dos kilómetros hasta que Zayn se encimó en una banquina de la carretera y frenó su auto. Bajó y Madison lo imitó. Se sentaron en el capó del auto, comieron un par de golosinas y dieron unos pocos sorbos a sus botellas, los que les quedaban de hecho.
_ ¿Trabajas mañana? _le preguntó Madison.
_ Pues no, trabajo los sábados pero me dieron el día.
_ Genial.
Se quedaron en silencio por un momento.
_ Oye... Zayn. _dejó de beber por unos segundos para voltear a mirarlo_ En serio estoy muy agradecida por todo, gracias.
_ No tienes que agradecerme estúpida, yo te debo mil disculpas. Sabía que si no le ponía un freno a Gigi terminaría haciendo locuras, pero nunca la imaginé capaz de ser tan arpía. _dijo devolviéndole la mirada.
_ No digas eso, no fue tu culpa. En todo caso fue la mía por acercarme. _rió_ Tú no me debes ningunas disculpas, Zayn.
_ Es culpa de ella por estar loca en realidad. _le sonrió tiernamente.
Ambos rieron demasiado y poco a poco la risa se fue apagando, ahora solo estaban mirándose.
_ Oye... Mad.
Madison bebió un trago de cerveza y volteó un poco más su cuerpo en dirección a Zayn.
_ ¿Si?
_ Me gusta como pronuncias mi nombre, me gusta como se oye mi nombre en tus labios. _la miró fijamente con sus labios entreabiertos.

Madison empezó a preguntarse qué tan lindo se vería si ella despeinara todo su cabello. No sabía por qué pero tenía ganas de tener su cabello entre sus manos.

𝚈𝚘𝚞 𝙱𝚛𝚒𝚗𝚐 𝙼𝚎 𝙷𝚘𝚖𝚎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora