FINAL.

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Sadie;

Frotó nuestras narices con ternura, y sentí mi debíl corazón estrujarse. Ya no podía, era demasiado para mí. Mi pecho dolía de tanto dolor, y mis mejillas estaban demasiado humedas ya.

De todas formas no era sólo yo. Pues sentía la humedad de las lágrimas que Finn había derramado sobre mí hombro. Sentí como claramente su cuerpo vibraba debido a un sollozo. Sollozo que seguramente él no había podido detener.

Lo atraje aún más a mí. Quería sentirlo, quería grabármelo. Porque de algo estaba segura, y es que él no se quedaría. No habría un nosotros después del contrato, no existiría un Fadie, no habría más besos, más abrazos... Ya no más, y lo admito. Duele como un demonio, pero supongo que tengo que aprender a vivir con ello.

Aunque de todas formas no se trataba de aprender a vivir con ello, sino, se trataba de superarlo. Había que hacerlo, y estaba bien. Yo estaba bien con ello, y estaba segura de que Finn también lo estaba.

Porque había que admitirlo. Ambos necesitabamos sanar, necesitabamos superar el daño que nos hicimos, aunque haya sido sin querer. Dolor es dolor, no había otra forma de llamarlo.

Sus manos apretaron mi cintura mientras sollozos ruidosos salían de mí boca sin querer. Me estaba desmoronando, y sabía que llevaría demasiado tiempo para sanar. Porque no lo quería, lo que yo sentía hacia él no era cariño. Joder, yo lo amo. Lo amo con cada célula que hay en mí cuerpo, lo amo como sí él fuera lo más preciado en este puto mundo.

No pude evitar enamorarme de él, era practicamente imposible no hacerlo. Pues él me hacía sentir de una manera que nadie más podía. Me hacía sentir como sí yo fuera especial, como sí fuera la única chica para él. Así que no pueden culparme por haberme enamorado. Seguramente sí ustedes estuvieran en mí lugar, tampoco podrían haberlo evitado.

Pero se había acabado, y era tiempo de darle lugar a sanar, a superar... Y quizá si después así lo decidíamos tal vez intentaríamos hacer que funcione. Seguro que lo haríamos.

Mis dedos se movían con letitud sobre su risado cabello. Ese cabello que tanto me gustaba, cabello que había sido víctima de mí obsesión, cabello con el cuál muchas veces jugué hasta que Finn quedara profundamente dormido, cabello con el cuál intentaba hacer peinados mientras Finn dormía, cabello que me gustaba oler... Olor a vainilla.

Los pequeños detalles serían los que más me torturarían, y lo sabía. Lo tenía en claro, porque comunmente los pequeños detalles son los que más valor tienen al fin de cuentas. Aquellas sonrisas de lado, aquellas narices arrugadas cuando algo le disgustaba, aquellas muecas cuando quería hacerme sentir mejor, aquellas mordidas juguetonas, aquellas lamidas en la cara, aquellos abrazos sin razón, aquellos besos por doquier. Todos esas pequeñas acciones me torturarían. Lo sé.

Ya no podría olfatear sus sudaderas cuando escondía mi cara en su pecho, ya no podría morder su labio inferior, ya no podría meterme dentro de sus grandes camisas, ya no podría dejar castos besos en su clavícula, ya no podría morder sus hombros, ya no podría tomar su mano cuando se me diera la gana, ya no podría decirle cuanto lo quería. Y me dolería, pero lo superaría.

¿Saben qué? Lo admito. No sería capaz de superarlo, no a Finn. Así que sí, tendría que aprender a vivir con ello. Tal vez esta vez no se trate de superar, sino más bien, se trate de aprender a vivir con los recuerdos de aquel amor por contrato.

Aprendería a hacerlo, sí de algo estaba segura era de que podría hacerlo.

Alejó su cara de mí hombro, y la arrastró hasta la mía. Nuestras mejillas se rosaron, nuestras narices, nuestras frentes, nuestros labios... Nuestras frentes quedaron juntas, nuestras narices se rosaban, nuestros labios se anhelaban.

Levanté la mirada, y nuestros ojos se encontraron. Sentí una punzada en el pecho, punzada que sería común de hoy en adelante.

Sus dedos aferrados a mí cintura, nuestros cuerpos gritando por la cercanía de él otro. Todo de nosotros gritaba anhelando al otro. Nuestras manos querían entrelazarse, nuestros brazos querían tocarse, nuestros torsos querían juntarse, nuestros labios querían probarse.

Me miró pidiendo permiso, estaba más que claro. Así que sólo asentí. Sí a todo, Finn Wolfhard. Hoy te digo que sí a todo lo que me digas... Porque te amo, maldición. Y desearía que no tuvieramos que hacer esto, pero debíamos.

Remojé mis labios, y él apresurado los juntó. Mí cuerpo entero se estremeció debido a ello, mí corazón se estrujó, las dichosas mariposas hicieron su acto de presencia, mis manos palpitaron por el tacto de las suyas, y mis labios... mis labios anhelaron los suyos.

Saboreaba nuestras amargas lágrimas. Porque sí, estabamos llorando mientras nos besabamos. Porque estabamos sufriendo por algo que anhelabamos. Queríamos estar juntos, pero ambos sabíamos que no debíamos. No ahora.

Alejé mis brazos de alrededor de su cuerpo, y tomé sus frías manos entre las mías. Las entrelazamos, y las llevé a mí pecho. Sollocé sin poder evitarlo, y él rimpió en llanto. Dejó caer su cabeza, y comenzó a llorar desconsoladamente.

Y verlo así me hizo hacerlo también. Tomé su cara con mis manos temblorosas, y la levanté. Sus ojos rojos y llenos de lágrimas, sus mejillas rojas, y sus labios resecos. Dejé un casto beso sobre sus labios, y luego otro en su mejillas, y después otro en la punta de su nariz, y comencé a llenarle la cara a besos mientras sollozaba.

—Basta... —Dijo en un hilo de voz apenas audible. Se acostó sobre su cama, y llevó ambas manos a su cara.

Mi labio inferior tembló, y mis manos hacían lo mismo debido a todos los sentimientos que estaba sintiendo en ese preciso momento.

—No quiero hacerlo... —Susurró,

—Losé. —Logré decir. —Pero tenemos qué...

Mordí mi labio inferior, y él volvió a llorar desconsoladamente. Sentí un gran vacío en el estomago cuando comenzó a gritar de desesperación. “No, no.” “No quiero hacerlo, no” repetía una y otra vez.

Sollocé, y me subí encima de él. Mis piernas flexionadas a cada lado de su cadera, pasé mis brazos por debajo de sus axilas, y enterré mi cara en el hueco de su hombro y cuello. Sus brazos envolvieron mí torso, y me apretó contra él.

—¿Volveremos a vernos? —Preguntó.

Sorbí mi nariz, y dejé un casto beso en su cuello.

—Sí.

—¿Cuándo?

—Cuando hayamos sanado.












¿A qué no se lo esperaban? Perdón la hora:(

Y así es como “Love by contract” llegó a su doloroso final:'(

Tranquilas que aún falta el epílogo.

¿Qué les pareció? Dejen sus pequeñas teorías de que creen que va a pasar UwU

Lxs quiero❤







Love By conтracт - FADIE.  (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora