Love By conтracт - FADIE. (Terminada)

EPÍLOGO.

(Pongan la canción cuando aparezca "~~")

Finn;

La cabeza de Sadie descansaba sobre mí regazo. Sus ojos cerrados, mientras acariciaba su pelirrojo cabello. Miraba atentamente las pecas que se esparcían por toda su cara, por sus hombros, por sus brazos. Miraba sus pestañas rojas, al igual que sus cejas. La miraba porque seguramente sería la última vez que lo haría en mucho tiempo.

El auto se detuvo. Levanté la vista encontrándome con la mirada que mi madre me daba, me miraba con pena. Traté de sonreír para tranquilizarla, pero no funcionó, pues sólo salió una simple mueca.

Desvié la mirada, y moví un poco a Sadie. Comenzó a removerse, y sus ojos poco a poco se fueron abriendo, finalmente se incorporó y le regaló una sonrisa a mí madre.

-Te vamos a extrañar mucho, Sadie... -Dijo mamá mientras sus ojos se llenaban de lágrimas.

-También los extrañaré.

Ambos bajamos del auto, y nos dirigimos a la parte trasera del auto, sacamos la maleta y una mochila de Sadie y la cerramos.

Con la maleta de Sadie en mano caminé hasta la ventana de copíloto. Dejé un beso en la mejilla de mi madre, y sonreí.

-Nos vemos, mamá.

-Pides un uber, no taxi. ¿Entendido? -Asentí. -Adiós, cariño.

~~

Cuando el auto arrancó, me giré para enfrentar a la pequeña pelirroja que me miraba a unos pocos metros. Apreté el agarre en la maleta, y mordí mi labio inferior nervioso.

Ella estaba ahí, de pie. Estar de pie era algo tan sencillo, pero ella lo hacía ver como sí fuera algo que admirar. Su cabello cubriéndole parte de la cara, se movía debido al aire. Su mano derecha aferrada a la correa de la mochila. Su mirada ahora baja mirando sus tenis.

-Así que... ¿Te vas? -Pregunté aunque ya lo sabía.

Levantó la mirada, y achinó los ojos.

-Si... Creo que estar con mí tía me hará bien, siempre lo hace.

Asentí aunque no quería. Porque era demasiado notorio que yo no lo quería así. No quería que ella se marchara con su tía. No quería que lo que sea que tuvieramos se terminara. No quería dejarla. No quería que ella me dejara.

Mis ojos comenzaron a picar, mi pecho se oprimió, mi garganta ardió por las palabras que querían salir pero yo no permitía.

¿Y sí lo hacía? ¿Qué iba a perder? De todas formas ya había perdido lo más valioso que tenía.

Avancé unos cuantos pasos, y me detuve cuando ví que el labio inferior de Sadie comenzó a temblar.

-No te vayas... -Susurré.

Atrapó entre sus dientes su labio inferior, y desvió la mirada.

-Tengo qué, Finn. No sólo lo hago por mí, y lo sabes. También hago esto por ti.

Volví a avanzar otro par de pasos, y dejé la maleta en el suelo.

-Entonces no lo hagas.

Suspiró, y miró en diferentes direcciones. El color rojo se apoderó de su rostro, y sus ojos se llenaron de lágrimas.

-¡Tengo que hacerlo, Finn! -Elevó su tono de voz, y noté que se estaba frustrando. -¡¿No ves que lo hago por ti?! Me voy para evitarte más dolor. A ti, no a mí. Porque sí en lo que a mí respecta, nunca me iría. Me aferraría a ti, y seguramente jamás te volvería a soltar. ¡Pero se que no es justo para ti! Tú no te mereces toda esta mierda. Tal vez yo sí por todo el puto daño que te he causado, pero tú no. Así que no me vengas a decir que no lo haga, porque sabes bien que lo voy a hacer. -Tomó una gran bocanada de aire cuando su voz se rompió. -Lo hago para ahorrarte más dolor, eso es todo...