Capítulo treinta y ocho.

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Sadie;

Todo se había vuelto un caos total. Quiero decir, el que yo esté aquí junto a Finn y su maldita ex novia me pone de malas. Totalmente.

Estoy destrozada, y no hay más que hacer.

¿Qué como terminé así? Se los contaré.

Finn y yo nos encontrabámos en el sofá viendo películas. La calefacción se había descompuesto, por lo cuál ambos estabamos abrazados mientras nos intentabamos dar calor con una cobija.

-Hace demasiado frío. -Me quejé.

Me tomó del mentón, y me examinó el rostro con una sonrisa de lado.

-Tus mejillas, y tú pequeña nariz están rojas. -Dejó un casto beso en la punta de mi naríz.

-No digas nada, que estás igual.

Acercó su rostro al mío dejando solo un par de centímetros de distancia. Rozó nuestros labios, y con la punta de su lengua contorneó los antes mencionados. Me estremecí.

-¿Sabías que estamos solos, verdad? -Asentí porque no era capaz de hablar en estos momentos. Ya me había pasado esto una vez, pero por alguna extraña razón me gustaba más esta. -Podemos hacer muchas cosas... -Suspiró contra mis labios, y no pude evitar volver a estremecerme.

-Finn Wolfhard, no tendré sexo contigo. -Dije entre suspiros.

Hizo un puchero, pero luego sólo succionó mi labio inferior.

-Eso ya lo sabía. Pero hay más cosas por hacer...

Y sin más atrapó mis labios en un lento y torturador beso. Sus labios gruesos se movían contra los míos, y no tardó mucho en que su lengua se abriera paso.

Sus manos se dirigieron a mí cintura, y el toque frío me tensó.

-Perdón. -Murmuró contra mis labios.

-Ajam.

Sin importarme que sus padres o Nick y su novia entrarán, y nos viera en esta incómoda situación, me trepé encima de su regazo. Mis piernas a cada lado de su cuerpo como la vez anterior, así que comencé a moverme lentamente sobre él.

Sentía su notable erección, y eso me hizo sentir poderosa. Sabía que yo tenía el control ahora, así que me iba a divertir un poco.

Posé una de mis manos en su nuca, y halé su cabello. Escucharlo gemir ante eso me encendío aún más. La otra mano la introduje en su buzo y acaricíe su torso pálido.

-Me estás torturando...

Cuando reí se dió cuenta de lo que estaba haciendo, porque ambas manos las llevó a mi trasero y dió un leve apretón. No pude evitar sootar un jadeo.

-Dios...

-No metas a Dios en esto, pelirroja...

Tomé su labio inferior entre mis dientes y lo estiré mientras me separaba de su boca. Sus pupilas estaban dilatadas, sus labios rojos y hinchados.

-No tienes una idea de lo mucho que me encantas... -Sonreí ante su confesión. Jugué con sus rizos que se encontraban en su nuca, mientras lo veía con una sonrisa.

-También me encantas, demasiado.

Tomé su rostro de ambas mejillas y le dí un beso en su frente. Él sonrío, y escondío su cara en mi cuello.

El rimbre sonó rompiendo el mágico momento. Rodé los ojos, y bajé de su regazo.

-¿Crees que sean tus padres? -Se quitó la cobija de encima, y calzó sus pies con unas pantunflas de oso.

-No lo creo, tienen llaves.

Se levantó del sofá, y fue a abrir la puerta. Pude escucuchar un grito ahogado femenino, y luego como Finn soltaba una maldición a lo bajo. Supuse que se trataba de una fan.

Fruncí el entrecejo, pero no le dí importancia. Tomé el café que se encontraba en la mesa de centro y bebí mientras esperaba que Finn entrara.

Pasaron un par de minutos y Finn no hacía acto de presencia. Decidí salir para ver que ocurría, tal vez la esté convenciendo de que no publique su dirección, y esas cosas.

Calcé mis pies con mis pantunflas que eran iguales a las de Finn, y me dirigí a la puerta. Él y una chica de piel morena se encontraban sentados en los escalones. Ella llevaba el buzo de Finn, y yo quería morir. Literalmente.

-Hey... -Llamé la atención de ambos. Finn sonrió, y se puso de pie. Ella lo copío.

-Sadie, ella es Gabriela.

La chica me sonrió, y extendió su mano con su perfecta manicura y su perfecto barníz rojo mate.

-Hola, muho gusto. -Estrechó nuestras manos, y acomodó su cabello rizado. -Me encanta tu cabello. Por cierto, soy ex novia de Finn. ¿No te molesta que venga a visitarlo, cierto?

Mordí mi carrillo cuando escuché eso. Tragué saliva, y negué varias veces con la cabeza sin ser capaz de articular palabra alguna.

-Ay. Que comprensiva. -Fingío un puchero, y quise golpearla.

Miré a Finn con el entrecejo fruncido, pero cuando lo ví temblar el enojo abandonó mi cuerpo. Hice una mueca, y entré de nuevo a la casa.

Después de tomar un buzo azul, bajé de nuevo y se lo extendí. Lo tomó con una sonrisa, y me giñó el ojo.

-Wu, un buzo más para mi colección. -Dijo ella, y ambos rieron, y sentí que sobraba. -Tengo como diez de cuando eramos novios, qué recuerdos.

Mi pecho se oprimío. Y aquí fue donde entendí todo, y me dí cuenta de lo jodida que estaba. Finn y yo estamos juntos por un contrato, no hay sentimientos por su parte. Sólo está haciendo lo que el contrato dice, y nada más.

Se ve que ellos tuvieron algo especial. Y para acabarla, a ella se le ven mejor las sudaderas de Finn. Los ojos de ambos brillaban, y yo me sentí estúpida.

-Tengo sueño. Iré a dormir.

No esperé respuesta, y sólo entré. Subí a la habitación, y me refugíe debajo de las cobijas.

No puedo creer lo pátetica que fuí. Comencé a confundir amor por un estúpido contrato. Finn no estaba enamorado de mí, sólo cumplía con su parte del maldito contrato hijo de puta.

Estoy jodida.

Entre lágrimas y sollozos ahogados deseé jamás haber aceptado el contrato. Deseé no tener estos sentimientos hacia Finn.

Deseé no haber firmado jamás ese estúpido contrato. Porqué después de todo, eso era. Un contrato.









Wuuuu. ¿Qué les pareció?

Falta poco para el final. Yo digo que vayan a comprar pañuelos para cuando lleguen al final:"")

¿Me extrañaron? ¿No? ¿No? ¿Nadie? Ok.

Besitooos❤

Love By conтracт - FADIE.  (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora