Capitulo 12

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Lunes, ¿Quien no odia los lunes?

Los lunes son como una patada en la cara que llega justo a tiempo para recordarte que los fines de semana tan solo duran un suspiro antes de volver a la aburrida rutina.

Esos eran los pensamientos de nuestro querido elenco al dirigirse a lo que quizas seria su ultimo día de trabajo.

Todos llegaron decaídos y cobajizos, por lo visto su jefe no queria hablar con ellos si no hasta el programa llegara a su fin. Ninguno de ellos intercambiaba palabra a menos de que fuera absolutamente necesario.

Y Juan Carlos, con el orgullo que su alma escondía dejó de intentar hablar con Tulio, si el no queria poner nada de su parte el tampoco estaba dispuesto a rogarle.

Una pena en realidad, pero no hay pena que unos cuantos tragos no puedan arreglar.

O al menos el pelirrojo se engañaba pensando eso.

Y en cuanto a la extraña "cita" que tuvieron Mario Hugo y Guaripolo, no hay nada más que agregar, para la mala suerte del casanovas, tan solo fueron a cenaren un pequeño restauran y conversaron un poco mientras caminaban a las orillas de la ciudad, al final de la noche, Guaripolo llevó a Mario Hugo a su casa y se despidió de el en la puerta, antes de irse intentó darle un beso rápido, pero Mario Hugo, fiel aún sin ser nada, se lo impidió.

Pero para su buena suerte, Mario Hugo accedió a darle su número telefónico, aunque a decir verdad, Guaripolo, acosador tal y como siempre ya tenia en su poder todos los medios de contacto tanto privados como públicos del canino.

Pero esta vez era diferente; se paso el resto de la semana conversando por mensaje con él.

No ocurrió nada realmente importante durante el transcurso del noticiero y pues por lo visto la suerte por fin estaba sonriendoles un poco con todo el material para noticias que junio de 2020 les estaba dando.

Terminado el programa todos se dirigieron a la sala de juntas y tomaron asiento en silencio. Luego de unos minutos la secretaria de su jefe llegó y se detuvo frente a ellos.

-El señor Eusebio desea verles en su oficina- y sin esperar respuesta la secretaria encaminó sus pasos hacia la oficina del mencionado, mientras tras de ella caminaba cobajizo todo el equipo.

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-Ni siquiera se que decir-el señor Manguera dejo caer un folder con diversos informes y segmentos recortados del periodico sobre su escritorio-¿Que puedo decir?-miro a sus empleados sentados frente a el-Pero, ¿En que diablos estaban pensando?, un día, solo fue un día libre y a ustedes se les ocurre dar una fiesta por todo lo alto y hacer estupideces para darle de comer a la prensa.

Nadie se atrevía siquiera a mirarlo a la cara, por que sabían lo que habían hecho, por que sabían que ahora ya no había vuelta atrás y las cosas jamás volverían a ser lo que alguna vez fueron.

Su jefe suspiró y se llevo una mano al rostro con gesto cansado.

-Créanme que  desconocía esa faceta suya, y jamás pensé que llegarían a involucrarse en esa clase de relaciones...

Tulio casi se atraganta tras esta indirecta lanzada por su jefe, pero el señor Manguera no se refería a el, todo lo que habia ocurrido aquella noche entre el y su amigo solo era un rumor ente los demás miembros del canal.

Mientras tanto no muy lejos de él cierto reportero tenía las mejillas ardiendo y otro más miraba con desinterés hacia otro lado, aun cuando el tono rojizo de su rostro amenazaba con delatarlo.

El ultimo AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora