Había pasado una semana más, y seguía sin llover. Dragos estaba empezando a pensar que la chica no volvería. Que todo se había acabado, como una efímera ilusión.
Daba vueltas y más vueltas. Viernes noche y él allí, no tenía ganas de salir porque habían trabajado mucho y estaba realmente cansado, y sin embargo era incapaz de conciliar el sueño, así que estaba pensando en ella.
Podría pensarse que estaría interesado en saber quién era ella. Cuál era su nombre, su historia, el qué le habría traído aquí... pero no quería saberlo. Se rompería el hechizo, sería más real. Una persona normal en la vida real. Alguien con problemas en los que no podría dejar de involucrarse, y joder, él ya tenía bastantes problemas, y no quería ni necesitaba más.
Pero sí necesitaría que ella tocase su puerta. Quería sentir su cuerpo a su lado, dormir con ella. Por extraño que fuese... dormir con ella era lo único que le apetecía, sea quien sea la chica, tenerla al lado era lo que le pedía el cuerpo, lo que le faltaba en ese momento.
Después de dar vueltas y más vueltas supo que no podría dormir sin ella. Era como esas canciones que se te meten en la cabeza y no puedes dejar de cantar en todo el día... la sensación era la misma, no podía dejar de pensar en ella, una y otra vez.
Se levantó de la cama y no se molestó en calzarse. Cruzó el pequeño espacio y salió al rellano. Se sintió un poco mal al comprobar que la puerta que él había derribado seguía fuera de sus goznes, apoyada en precario equilibrio contra el marco, pero se notaba que estaba fuera de su sitio.
Se preocupó. Si la chica vivía allí, ahora estaba en peligro, cualquiera que quisiera entrar podría hacerlo sólo empujando la puerta. Eso, contando con que no le hubiera pasado algo ya...
Se estremeció de pensarlo y retiró con cuidado la puerta. Ahora era una necesidad mucho más imperiosa. No solo se trataba de dormir a su lado, necesitaba saber que no estaba en peligro por culpa suya.
Caminó por el apartamento, pequeño y apenas amueblado hasta donde sabía que estaba la cama donde la chica dormía.
¿Y si ella ya no estaba allí? ¿Y si ella estaba, pero dormía con alguien más? ¿Se metería en un gran lío por colarse allí de noche? No quería peleas, y tampoco quería sentirse como sabía que se sentiría si ella estaba con alguien. Sí, estaba en todo su derecho, pero... dolería. Y no le gustaba saberse tan pillado.
La única manera de averiguarlo era llegar hasta allí, total, ya había entrado en una casa ajena, al menos que valiera la pena, y si ella estaba con alguien, así por lo menos sabría que no estaba sola y le cuidaban.
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Las ciudades cuando llueve.
Roman d'amourLlovía, mucho. En una pequeña habitación, fría y oscura. Sola, y lejos de casa, lo que menos quieres es oír la gran tormenta ahí fuera. No, cuando no puedes sentirte segura, no, cuando no puedes sentirte a salvo. Pero al parecer alguien puede escuch...