Postmortem : Twisted Wonderland

Riddle

contenido nsfw.

Me desperté a mitad de la noche, froté uno de mis ojos mientras mi mirada se dirigía al reloj que estaba en la habitación; sus agujas encajaban perfectamente con los números XII y III, siendo apenas las doce y quince minutos de la noche. Mi mirada se desvió a la luz que provenía de una pequeña lámpara posada en el escritorio que había dentro de la habitación, aparentemente, Rosehearts aún estaba despierto.

Me levanté y caminé despacio hasta estar atrás de él, haciendo que se asustara ligeramente luego de que yo acercara mi rostro a su cuello, sin previo aviso. Me miró con una expresión cálida, podía notar el cansancio en su mirada.

─ ¿Por qué estás despierta, T/n? -Me preguntó en un tono bajo, una de sus manos se acercó hasta mi cabello, acariciándolo. Yo, por otra parte, dejaba pequeños besos en la piel expuesta de su cuello, sin escuchar mucho lo que él decía.

No respondí a su pregunta y me separé de él, rodeé la silla en donde él estaba sentado y me senté en sus piernas, abrazándolo. Sentí sus manos pasearse por mi espalda hasta que correspondió mi abrazo, me acerqué una vez más a su cuello y comencé nuevamente a besarlo; luego de unos minutos pasé a darle a su cuello pequeños mordiscos y algún que otro beso, para mi sorpresa, escuché la respiración del pelirrojo ligeramente más agitada.

Seguí dejando mordiscos y besos en su cuello, hasta que decidí hacerle un chupetón─ Ah~! -Escuché un gemido, me separé ligeramente del cuello de Riddle y observé su cara; Estaba completamente rojo, sus labios temblaban y su boca permanecía ligeramente abierta, sin mencionar su respiración agitada.

Fue una pequeña sorpresa sentir sus labios sobre los míos tan rápido, me dejé llevar y cerré mis ojos dejando que Rosehearts fuera el dominante por unos minutos. No fue una sorpresa para mí sentir su lengua pedir permiso para entrar a mi boca, dejé que tuviese acceso y me dejé llevar mientras que nuestras lengua jugaban.

Nos separamos por la repentina falta de aire y observé que él apartaba su mirada, aún nervioso; moví mis caderas un poco, cosa que me hizo sentir el notorio bulto entre las piernas del pelirrojo. Decidí molestarlo un poco, moviendo mis caderas lentamente sobre él.