18. En la boca del lobo (parte 1)

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hola:)


MACKENZIE.

Paso mis manos por mi abrigo rosado pastel que decidí ponerme hoy. Es apenas la segunda vez que lo uso, de eso estoy segura. Terry me lo regaló la navidad pasada. Me gusta. Es lindo, cómodo, grande y a la moda. Pero me gusta más verlo puesto en otras personas, en pasarelas o hojeando revistas. No puesto en mi, porque me siento un poco extraña. Siempre tuve un sentido de la moda muy básico. Nada muy extravagante o que llame la atención. Detesto llamar la atención. Miro hacia abajo. Mis Doc Martens blancas ya muy gastadas me devuelven una mirada de "Hey, no nos haría mal que nos limpies". Mala suerte. No tengo el tiempo.

Suspiro con nerviosismo mientras espero en frente de la puerta de los Evans sin poder creer que realmente estoy haciendo esto. Ni siquiera termino de comprender el porqué de mis nervios. No es como si no hubiese estado cientos y cientos de veces en esta casa. Adoro a la mamá de Jenna y a Mike, su papá. Son la dosis de normalidad en la que siempre me refugiaba durante mis dos últimos años de secundaria mientras mi casa parecía un campo de guerra, con los gritos, los llantos y los golpes en la pared.

No puedo sacudirme los nervios de encima. ¿Y si piensan que no soy suficiente para Sawyer? Tendría sentido. Ellos me conocen y por más que me quieran, ¿me querrán para estar con su hijo? Porque tengo el presentimiento de que esto con Sawyer va muy en serio. Quiero que me quieran.

Finalmente, la puerta se abre. Casi suelto un suspiro de alivio cuando veo que es Jenna. Se apoya en el marco de la puerta con una sonrisa que le hace competencia al gato de Cheshire. Tiene su cabello atado, un suéter negro con las mangas dobladas hasta sus codos y jeans ajustados. Toda su pinta me dice que estuvo ayudando a Marie a cocinar.

—Sabía que esto pasaría algún día, Rogers —dice sonando triunfal, como si acabara de ganar una apuesta interna.

No le digo nada. Ganó. Después de tantos años negándome a muerte cada vez que Jenna insinuaba algo sobre su hermano y yo estando juntos.

Rápidamente, engancha su brazo con el mio y me hace entrar.

—Esto va a ser fabuloso —canturrea mientras me ayuda a quitarme mi abrigo y lo cuelga en la entrada.

—¿Por qué lo dices? —inquiero con el ceño fruncido.

Jenna voltea y arquea sus cejas con sorpresa. Aprieta sus labios en una fina línea, luciendo indecisa.

—Sawyer no les dijo a mis padres que la chica con la que está saliendo eres tú —responde.

—¿Qué? —suelto sintiendo como mi estómago da un vuelco. Presiono con la mirada a Jenna para más información pero ella simplemente se encoge de hombros—. ¿Sawyer no les dijo? Pensé que sí lo había hecho... Dios. ¿Se supone que ahora soy una sorpresa?

—Algo así — ladea su cabeza para un lado y para el otro.

—¿Y por qué no les dijiste tú? —inquiero en un grito-susurro. No quiero que nadie me escuche.

—Porque no era mi trabajo decírselo —contesta como si fuera obvio—. Estuve tentada, creeme. Cuando Sawyer empezó a molestarme con Jay, tuve que morderme la lengua para no soltarlo.

Esto es...

Voy a matar a Sawyer.

—¡Jenna! —exclama Marie Evans desde la cocina—. ¡Deja de asustar a la pobre chica y traéla así la conozco!

Abro mis ojos como platos. Le doy una mirada a la puerta. Podría correr. Suena como una idea deliciosamente tentadora.

—Ni lo pienses —sisea Jenna. Vuelve a enganchar nuestros brazos y casi me arrastra por el corredor.

La Conquista. [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora