◂0▸

7.5K 662 245
                                    

Suspira totalmente satisfecho, habían logrado por fin detener al traficante de vehículos que estuvieron persiguiendo por meses.

Deja caer su culo sobre la silla, bebiendo la taza de café mientras saca de su bolsillo un cigarrillo, escucha en la puerta unos golpes ligeros.

—Pasa—Suelta con la voz ronca y enseguida ve a Viktor entrar con una sonrisa y ambos pulgares levantados.

—¡Lo hemos hecho Conway!—Exclama con emoción—Otro caso más reeesuelto—Alarga la palabra.

—No me llames Conway, coño. Y ya te había dicho. Ningún puto delincuente se saldrá con la suya. No mientras yo sea el Super Intendente.

—Me queda claro—Le contesta sarcástico jugando con su ego. Camina hacia el escritorio y se inclina en el lugar, quedando su pecho sobre él. Con total confianza le quita el cigarrillo de la boca a Jack, para él colocárselo entre sus labios y dar una profunda calada, exhalándole el humo en la cara—Lo hemos hecho genial, deberías ir a descansar—Le devuelve el objeto humeante y se endereza, a veces hacía poses provocativas involuntarias.

—Nos vemos mañana, Volkov—Se despide el mayor antes de que su comisario salga de ahí cerrando la puerta tras él.

•.•.•.•

Al mismo tiempo que estos dos agentes celebraban, dos chicos por su propia cuenta manejaban a toda velocidad, temerarios de ser capturados por aquella mafia con la que se metieron en problemas, sin intenciones de parar.

—¡Gustabo! ¡Gustabo que nos alcanzan!—La tensión estaba más que presente. Sus corazones palpitaban fuertemente.

Visualizan un enorme cartel con las visibles letras "BIENVENIDOS A LOS SANTOS".

García mira a Pérez, quien asiente resignándose a tener que empezar sus vidas desde cero, ya estaban más que acostumbrados, no era la primera vez.

Continúa avanzando en la oscura carretera con el coche pisándole los talones, hasta que en un rápido y ágil movimiento da una vuelta exagerada hacia el bosque, provocando que el vehículo de unas volteretas y golpes sobre la colina terrosa, aterrizando en el suelo cuando este se encontró plano.

Salieron del coche con dificultad y mareos debido a los raspones y heridas que les causó la repentina caída para después correr rápidamente hacia el sentido contrario, queriéndose adentrar más en aquella ciudad, sin dejar de avanzar a pesar de que nadie realmente les estaba persiguiendo, por ahora.

Se detienen en un centro comercial con las respiraciones entrecortadas, el cual anunciaba su cierre en menos de treinta minutos, les urgía cambiarse esas ropas y peinados, pero antes, compraron un poco de agua y vendas para curar sus heridas. No querían llamar tanto la atención debido a sus pintas sucias y cero fiables. La prisa y adrenalina les carcomía.

Una vez que salieron del lugar totalmente irreconocibles se encargaron de ahogar sus teléfonos celulares en el lago que se encontraba a un lado del auto, al igual que quemaron las vestimentas que tenían restos de cocaína sobre ellas. Deshaciéndose de cualquier pista de sus paraderos.

Con dificultad, hundieron el vehículo en el mismo lago, sólo les quedaba caminar hacia un hotel cercano que visualizaron hace poco. Ya se sabían este procedimiento de memoria.

—Gustabo... realmente he pensado que palmábamos—Susurra después de un largo silencio mediante avanzaban arrastrando sus pies con la tierra en la que caminaban a un lado de la carretera oscura por la fría noche.

—¿Qué dices? Si somos los mismísimos Gustacio; intocables, desastrosos. Y esta ciudad no creo que sea la excepción de la que tendremos que huir, ya te lo digo—Suelta con aires de grandeza, orgulloso de siempre salirse con la suya sin ser pillados ni de cerca.

—He pasado miedo, te lo juro. Me estaba poniendo muy nervioso—Comentaba con inseguridad.

—No nos va a pasar nada Horacio, mientras nos tengamos el uno al otro nadie nos hará daño.

Es-está bien—Responde casi inseguro, pero al sentir el brazo del más bajo rodearle la cintura, se sintió mejor durante el resto del trayecto.

•.•.•.•

¡¡¡ACLARACIONES!!!

➺ +18, avisado estás.

➺ Edades.
Gustabo García: 24
Horacio Pérez: 26
Jack Conway: 31
Viktor Volkov: 28
Las de los demás no importan, pero para que se hagan una idea, los de la mafia sexy igualan más o menos a Gustabo y Horacio, exceptuando a Segismundo, quien tiene 19.

➺ Probablemente largo.

➺ Historia con mucho trasfondo.

Possessive; Conway y Volkov quieren a aquellos jóvenes únicamente para ellos, y así será.

𝘱𝘰𝘴𝘴𝘦𝘴𝘴𝘪𝘷𝘦; 𝘪𝘯𝘵𝘦𝘯𝘢𝘣𝘰 & 𝘷𝘰𝘭𝘬𝘢𝘤𝘪𝘰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora