Cap. 17

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Durante todo el mes de Julio había ido asumiendo obligaciones y relacionándome con otros Caballeros y amazonas de plata. Había trabado una buena amistad con Shaina de Ofiuco y Marin de Águila. Eran mujeres imponentes que raramente se quitaban la máscara, sólo cuando estaba solas o conmigo u otras amazonas. Si tenía la ocasión, prefería entrenar con ellas, aunque no siempre era posible porque tenían que dirigir los entrenamientos de sus alumnos. En alguna ocasión, Marin me pidió que me encargase yo para terminar algunos recados del Patriarca. No me había disgustado dirigir a algunos de esos jóvenes. En realidad, estaba convencida de que eran más disciplinados que yo.

Todavía era media mañana cuando alguien llamó a mi puerta. Era un niño de unos doce años que me entregó un ramo de flores silvestres perfectamente adornado. Le di las gracias y con curiosidad cogí la tarjeta que acompañaba el ramo, era de parte de Mu, felicitándome por mi cumpleaños e indicando una hora y lugar para comer. Sonreí mientras ponía las flores en un jarrón con agua.

Unos brazos me rodearon por detrás y unos labios besaron mi cuello. -Feliz cumpleaños, mi vida. Vine antes, pero estabas entrenando.- Shaka cogió la tarjeta del ramo y la leyó.- Veo que se me han adelantado, así que sólo me queda invitarte a cenar.- Sonreí poniéndome de frente y besé esos suaves labios mientras miraba sus bellos ojos azules. -Lo mejor para el final.- El Santo se rió y me besó con ternura.- Tengo guardia, te recojo a la hora de la cena, sé buena. Te quiero.- Volví a besarlo rápidamente antes de que se fuese.

Mi móvil sonó en cuanto Shaka salió, era Anna. Me acomodé en el sofá y contesté. Ya no hablábamos tanto como antes, pero seguíamos en contacto. Ella se había alegrado mucho cuando supo que por fin estaba con el chico del que estaba enamorada.

Me felicitó por mi cumpleaños y me contó emocionada que seguramente iría a Grecia a verme antes de empezar el curso en Septiembre. Eché cuentas y eso estaba a la vuelta de la esquina. Le rogué que me confirmase fecha cuanto antes para poder pedir permiso. Ella me comentó que no me preocupase. Su novio tenía casa en Atenas y podíamos ir cuando quisiéramos. Ahora mismo se encontraba con él en uno de sus barcos haciendo un viaje por el Mediterráneo, pero que en un par de semanas estarían en Atenas. Cuando colgué el teléfono anoté en el calendario la fecha aproximada que me había indicado Anna. Me moría de ganas de verla y de conocer a ese chico dueño de una naviera.

Me puse la armadura y me dirigí al Archivo del Santuario, dónde había dejado el día anterior una pila de documentos por ordenar. A mi paso caballeros de bronce y aspirantes inclinaban la cabeza en señal de respeto.

La mañana se me pasó volando archivando documentos. El Patriarca y Dohko pasaron a saludarme y felicitarme por mi cumpleaños. Me dijeron que me tomase el día libre y que lo disfrutase. Agradecida me fui a casa a quitarme la armadura y ponerme algo más fresco. Iba a ponerme unos shorts pero no estaba segura de que me diese tiempo a cambiarme para la cena, así que elegí un vestido blanco sin mangas con bordados en los remates y dobladillo. Era un poco más corto de los que solía llevar, pero me gustaba como acentuaba mi piel bronceada por el sol. Me cepillé con esmero el pelo y coloqué dos horquillas a cada lado para que los rizos no se me fuesen a los ojos todo el tiempo.

Al salir del recinto de los caballeros de Plata tropecé con Shaka que regresaba de su ronda. -Vaya, te has puesto muy guapa para ir a comer con Mu.- Miré molesta al Santo. -Idiota, me he vestido así para ti, no sabía si me daría tiempo a cambiarme para la cena.- Shaka me arrinconó contra el muro. -Cada día que pasa me lo pones más difícil. Para mí estás hermosa hasta con un saco en la cabeza.- Aquellas palabras susurradas en mi oído me hicieron soltar un gemido y unas mariposas revolotear en mi estómago.

-Shaka de Virgo, ¿Ya has acabado tu ronda?- Shaka apoyó su frente en la mía y me besó fugazmente. -Todavía no, Viejo Maestro.- Miré divertida a Shaka y sonreí a Dohko. -Te juro que parece que tenga un sensor que le pita cada vez que te pongo la mano encima.- Ahogué la risa, abracé a Shaka y me fui dejando a los dos Santos hablando entre ellos.

Tesoro Del Cielo y 1/4 De infierno [FINALIZADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora