Capitulo 3: Inhumanidad Absoluta

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Pase algunas horas caminando por la ruta, el calor era agobiante, mi botella de agua ya estaba por la mitad, el sol era realmente fuerte. No se si era como estar en un desierto pero así lo sentía yo. Entonces logre ver a lo lejos un pequeño pueblo. Camine, con una minima pizca de esperanza, quizás ahí la gente estaba sana y en efecto lo estaba. Aunque no se si era mejor o peor. Vi como le cortaban los dedos a una mujer que se negaba a decirle a unos hombres donde tenía sus víveres, algo de humanidad se despertó en mi y apunte con mi revolver al que estaba cortándole los dedos a la chica con una navaja para luego dispararle en la cabeza sin remordimiento alguno. De ese modo, un poco de la culpa que tenía por haber matado a ese pequeño y a esa mujer se fue. Por lo cual el resto de hombres salio corriendo. La chica se acerco a mi llorando, y entre con ella a la casa, no sin antes tomar la navaja con la cual le estaban cortando los dedos a esa chica. Ayude a la chica a lavarse la herida y a desinfectarse la misma. Lógicamente luego le vende la misma y me dio las gracias, quería pagarme con comida pero no accedí, solo le pedí una botella de agua y me dio una de 1 litro. Agradecido le di un abrazo y le desee suerte. Guarde la botella de agua en mi mochila y salí de la casa. Luego me acerque al cadáver de aquel hombre y revise haber que traía, encontré un reloj y me lo coloque. También encontré un cargador y un arma, solo me lleve el cargador. Y continúe caminando por las calles de aquel pueblito en eso veo un pequeño supermercado, dirijo mi vista a la puerta unos segundos mientras un pensamiento pasaba por mi cabeza, tomar lo que pudiera de ahí. Entonces veo que las puertas se abren y una mujer sale corriendo para luego tropezar, en ese instante vi que la puerta se abría nuevamente, solo que esta vez salía un hombre armado con un rifle, vi como apunto a la mujer. Sin pensármelo 2 veces apunte, y jale el gatillo. La bala impacto en su cabeza dándole una muerte instantánea. Lentamente baje mi revolver, y luego mire el tambor, solo quedaba una bala. Ya había gastado 5 balas, esto era sorprendente. Aun así había gastado las balas sabiamente, o al menos así lo consideraba yo. Me acerque al cadáver del hombre, tome su rifle y una sonrisa se formo en mi rostro. Revise el cadáver del hombre buscando balas y encontré 5 balas no mucho pero suficiente. Decidí entrar al pequeño supermercado y revisar que había ahí dentro. Tome unas 4 barras energéticas y una botella de agua de 1 litro y guarde estas cosas en mi mochila junto con mi revolver al cual solo le quedaba una bala. Luego salí del negocio con el rifle en la mano, la mujer dirigió su mirada a mi. Yo ignore su mirada y seguí mi camino por el asfalto. 

Supervivencia de un HumanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora