Capitulo 6: Golpe Imprevisto

25 2 1
                                    

Luego de unas horas llegamos a la ciudad, estaba todo desolado, destruido, era una escena que quemaba la esperanza de cualquier observador. Entonces vi la puerta de un negocio abierto, por lo que pensé que quizás ahí abría balas para guardar. Entonces de la mano de la pequeña recién despierta camine hacia ahí. Al entrar un golpe fuerte en mi nuca me hizo caer al suelo, lo ultimo que recuerdo era una matricula de un auto y a la pequeña gritando “papi” extendiendo sus brazos hacia mi, luego una pantalla negra cubre mis recuerdos. Pasaron algunas horas mientras estuve desmayado cuando desperté un pensamiento se cruzo en mi mente y mi corazón de rabia se lleno. No sabia donde esa pequeña estuviera pero prometí encontrarla, después de todo le dije que podía confiar en mi. Me levante y salí del negocio viendo al cielo, el cielo era oscuro, pero mi corazón se ahogaba en rabia. Así que busque un estacionamiento y conseguí un vehiculo, para luego llenar su tanque. Ahí comenzó mi búsqueda, esto ya era un sentimiento paternal extremo la quería como si fuera mi hija y no iba a dejar que muriera a manos de unos hombres. Lo mas lógico que se me ocurrió fue que no estarían en la ciudad así que me dirigí a las afueras de esta pero cuando estaba llegando al limite, vi en una fabrica el auto estacionado. Detuve mi vehiculo y me baje de este, tome mi revolver y mi 9 milímetros junto con el par de cargadores, me adentre en la fabrica la cual se veía desgastada y deteriorada. Al cruzar por esa puerta presentí un golpe por mi espalda y bloquee el golpe poniendo el cañón de mi 9 milímetros en el mentón de aquel hombre, al instante jale el gatillo, para luego ver como sus ojos se ponían blancos y caía al piso sin vida. Revise el cuerpo sin encontrar nada más que un arma descargada, por lo cual seguí mi inspección por el lugar. Al llegar a una puerta escuche a 2 hombres hablando uno le decía al otro.

-Que haremos con la niña? Pregunto uno seriamente.

—Matémosla. Contesto el otro en un tono mucho mas serio que el anterior. Al instante que dijo esa frase se escucho como cargaba el arma.

En ese instante mi corazón prendió en llamas y abrí la puerta de una patada, disparándoles a ambos hombres en la cabeza sin meditarlo ni un segundo.

Luego tome las llaves del sótano que estaban tiradas en la mesa y fui en dirección al sótano. Al llegar y abrir la puerta vi a la niña de rodillas llorando, al verme solo pudo atinar a sonreír con lagrimas en sus ojos y correr a abrazarme fuerte aun llorando. Yo acaricie su pelo suavemente y susurre calidamente “Tranquila pequeña, papi esta aquí para cuidarte.” La cargue y nos fuimos en dirección hacia el auto, saliendo de aquel lugar. Al subir al auto me dio las gracias y me dijo que no le habían hecho nada por suerte, pero que según había oído la iban a matar, también me dijo que le habían dicho que no iría por ella. A lo que yo conteste calidamente mirándola a los ojos “Te dije que podías confiar en mi, lo recuerdas?”. Me dedico una sonrisa para luego contestar “Lo recuerdo.” 

Supervivencia de un HumanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora