iv.

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Al día siguiente me levanté muy temprano, algo bastante raro en mí, pero aún así, decidí ir a dar un paseo antes de desayunar. Me vestí, salí de la sala común, me fui a los jardines y me senté en el césped cerca del Gran Lago.

-¡Rubia!- me llamó alguien al cabo de un buen rato.

Me di la vuelta y vi a los gemelos viniendo hacia donde yo estaba.

-¿Qué hacéis aquí tan temprano?

-Algunas mañanas salimos a dar un paseo para despejar nuestras maravillosas y privilegiadas mentes.

-Sí, claro, lo que digáis.- dije mirándolos mientras me reía

-¿Y a ti qué te trae por aquí?- me preguntó Fred mientras se sentaba a mi lado.

-Nada en especial, me he despertado temprano y he decidido ir a dar un paseo.

-Bueno, creo que es hora de ir a desayunar, se nos va a hacer tarde si no.- dijo George.

-Sí, por favor, tengo tanta hambre que me comería un hipogrifo.

Fuimos andando hasta el Gran Comedor mientras hablábamos, al llegar, yo me dirigí a la mesa de Slytherin mientras los gemelos se iban a la de Gryffindor.

-¿Qué hacías con los Weasley?- me preguntó el rubio que estaba a mi lado.

-Me los encontré fuera.

-No me gusta que te juntes con esos traidores a la sangre.

-Draco, Draco, Draco, te quiero mucho y gracias por preocuparte por mí, pero voy a hacer lo que me dé la gana, así que ni te esfuerces.- le dije sonriendo.

-Hola Black.- me saludó Theo

-Llámame Bianca, Theo. -le dije sonriendo.

Desayunamos y nos dirigimos a nuestra primeras clases, la verdad, no era todo tan fácil como parecía. Había mucho más que magia, mucho más que agitar la varita y decir algunas palabras graciosas.

Teníamos Astronomía, donde estudiábamos los cielos nocturnos con sus telescopios; y en Herbología íbamos a los invernaderos tres veces por semana con la profesora Sprout.

La profesora McGonagall era siempre diferente. Había tenido razón al pensar que no era una profesora con quien se pudiera tener problemas.

-Transformaciones es una de las magias más complejas y peligrosas que aprenderéis en Hogwarts -dijo el primer día de clase, cuando nos sentamos en nuestros sitios.-. Cualquiera que pierda el tiempo en mi clase tendrá que irse y no podrá volver. Ya estáis prevenidos.

Empezamos intentando convertir una cerilla en una aguja. Al final de la clase, sólo yo había hecho algún cambio en la cerilla. La profesora McGonagall mostró a todos cómo se había vuelto plateada y puntiaguda, y me dedicó una excepcional sonrisa.

-Es usted tan buena como su padre señorita Black, creo que tiene mucho potencial, siga así.

-Muchas gracias profesora. -respondí radiante.

*Creo que me va a caer bastante bien.*

La clase que todos esperábamos era Defensa Contra las Artes Oscuras, pero las clases con Quirrel parecían un chiste de mal gusto, todo el aula olía a ajo por no se qué historia con un vampiro y no aprendíamos nada interesante.

El viernes me levanté y me encontré con Zabini en la sala común, así que decidimos ir a desayunar los dos.

-¿Qué tenemos hoy?- le pregunté a Blaise, que se había sentado a mi lado.

Bianca Black en Hogwarts //1// 《D.M》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora