Capítulo 7

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Me despierto en mi cuarto. Tengo frío. Quiero quedarme en la cama todo el día, pero mis padres no son fans de dormir durante tooodo el día,así que solo me van a dejar estar un rato mas en la cama. Me levanto, me pego un baño caliente, me visto, ... bueno lo de siempre. Me pongo a escuchar musica (como no AC\DC) mientras hago los deberes. Estoy tan cansada, que siento, que la cabeza me va a caer encima de la mesa en cualquier momento. El ruido de mi preciado móvil, me despierta. Me están llamando. ¿Des de hace cuanto, tengo la canción del osito gominola para cuando me llaman en el móvil? Es un numero desconocido. Contesto de todas formas.

- ¿Hola?- pregunto mientras los párpados me caen lentamente.

- Em, hola...- se le notan los nervios en la voz, que tiembla ligeramente- Soy, soy Andrés.

- ¡Andrés!- ¿que hace Andrés llamándome?- Hola... ¿Que, que querías?

- ¡Oh! Si. Me preguntaba, si te apetecería quedar conmigo, y comer fuera, y tal. Pero si no quieres, tranquila, no pasa nada, ya...

- ¡No, no! ¡Claro que me apetece!- ¿que digo? ¡No quiero salir con el!- ¿A que hora quedamos entonces...?- muy bien, la acabas de cagar.

- Te, ¿te apetece?- dice con sorpresa- ¡Oh! ¿Te parece bien hacia las... once y media?

- ¡Claro!¡Perfecto!- esto va a ser un desastre...- Te espero en el portal de mi casa. A las once y media.- eso es en una hora. Al menos voy a acabar las tareas.

En efecto. Acabo los deberes y me arreglo un poco. ¿Como pude decirle que quería salir con él? ¿Y por que motivo me estaba arreglando tanto por un chico con el que ni siquiera quería salir? En cinco minutos llaman al timbre. Es Andrés Cojo el móvil y las llaves, y salgo de casa. Llevo unos tejanos ajustados de color negro, una camiseta gris, escotada, con una calavera, y encima una chupa negra. Llevo mi corto pelo, liso. Él está detrás de la puerta de cristal, de espaldas, otra vez. Abro la puerta y me mira boquiabierto. Lleva una sudadera de la marca independent, unos tejanos azules, y Vans en los pies. Su pelo... Me encanta su pelo. Nos quedamos quietos y callados unos segundos.

- Bueno, ¿nos vamos?- pregunto.

- ¡Si,si! Por supuesto...- dice y se pone las manos en los bolsillos mirando al suelo. Luego, nos alejamos de mi portal.

Hoy, Andrés no parece el popular chico nuevo de la clase, el atrevido, el pasota. Hoy es como, el discreto, el tímido, el vergonzoso, el amable, ... Para nada se parece el Andrés que yo vi esa mañana en clase.

El lado oscuro de la luzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora