Corazón de Youtuber [ Rubius Yandere! Y/X Tú ]

Capítulo 3: Se Despertó... de Nuevo.

-Ah, hace días los chicos están poniendo alarmas anti-inciendios para jodernos a todos con el pitido de los cojones.
—Dice Rubius—

-¿Y ahora su voz a vuelto...?

Ya no es tan fría...

Me agrada, aunque en lo profundo de mí, noto qué es señal de algo peligroso.
—Pienso—

-Oye _______, sigueme... A la "guarida" de la Hermandad Oscura.
—Dice Rubius—

-Ok... —Digo—

Rubius y yo vamos a la guarida, abre su puerta de escaner retinal, entramos y veo que hay todos los animales de los integrantes de Karmaland.

-¿Que hacen todos aquí? —Digo—

-Simplemente, les voy a demostrar, que a mi no se me hacen bromas.
–Dice Rubius—

-Me parece bien... Pero... ¿Que vas a hacer con sus animales? —Digo—

-Sólo sirven cómo cebo, si se pasan de la raya, amenazo con matarlos.
—Dice Rubius—

-¡Pe-Pero, R-Rubén! ¡No puedes ha-hacer e-eso!

Esos animales significan mucho para ellos y sus suscriptores. —Digo—

-¿Te preocupan tanto unos "Pixeles"?
—Dice Rubius—

-Claro, ya no puede aguantar más que pongan en peligro a sus animales...

Luego de la muerte de Ricardo, Juan Carlos I y los demás...

Pero, la parte de las bromas...
—Pienso—

-Pero, no entiendo...
Desde hace mucho, no te molestan sus bromas, ¿Por qué...? —Digo—

-Puede que me haya puesto... Celoso.
Primero, Lolito...
Luego, Vegetta viene hacia ti sin la coraza de hierro... —Dice Rubius—

-¿Huh? —Digo—

-No quiero que te caigan
mejor que yo y... Me quiten el puesto de tu youtuber favorito. —Dice Rubius—

-Oh, tranquilo... Tú lo sigues siendo.
Y si quieres una venganza, cuenta conmigo, muajajaja >:D —Digo—

Nos reimos, le ponemos a cada animal una rienda y los sacamos de la guarida.

Vuelvo a mirar el directo de Rubius y veo que está sonrojado, con una sonrisa de oreja a oreja.

-Así está mejor... —Pienso—

Sonrio y vuelvo a Minecraft.

Rubius y yo dejamos el animal de cada Karmaladiense en su respectiva casa y él se acerca a mi.

-¿Que te parece si vives en mi casa? Así, no tendrás que construir una.
—Dice Rubius—

-Me parece bien, pero...
¿No te ocuparé mucho sitio?
¿Y Nieves? ¿Se enfadará?
—Digo, riendo—

-Ya hablaré con ella y le diré que sólo te quedarás un tiempo.

Y el tema del espacio, no te preocupes, mi casa es bastante grande.
—Dice Rubius—

-Entonces... Supongo que está bien.

Viviré contigo mientras esté en mis comienzos.