Capítulo 2

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—no me dejes mami... Papá deja solo todo el día, no quiero estar solo mami.

Todos comenzaron a verlo como si se tratara del peor padre del mundo, incluso algunos comenzaron a sacar sus teléfonos, quizás para denunciarlo o grabar su falsa mala paternidad de un niño que no era suyo.

Sin saber que hacer Hoseok tomo al niño con una sonrisa incómoda y lo acurruco en su pecho. Los padres que lo veían como si estuvieran a punto de sacrificarlo comenzaron a volver a lo suyo.

Hoseok, al sentir al pequeño más tranquilo lo dejo sentado sobre una banca y comenzó a limpiarle las pequeñas lágrimas secas de su rostro.

—¿Quien te trajo al parque? —Pregunto temiendo que el niño este perdido.

—Nana —respondio el pequeño dejándose acariciar y restregando su cabecita en las manos de Hoseok—. Dijo que no moviera pero...pero te ibas lejos.

Nuevamente parecía que Hoseok tendría que aguantar el llanto del pequeño cuando los grandes ojitos comenzaron a brillar por las lágrimas y hacia un puchero.

—¡Jimin! —grito alguien haciendo que Hoseok saltará del susto. Una mujer, ya mayor y de cabello castaño corría con todas sus fuerzas hacia ellos —¿Cómo pudo hacerme esto? ¿Sabe que su padre hubiera hecho alguna locura si le pasaba algo?

Jimin agachó su carita aferrado aún en los brazos de Hoseok. No podía evitar sentir ternura por el pequeño, sentía que debía abrazarlo y consolarlo. Decirle que todo estaba bien.

—Lo siento... — Jimin parecía muy triste y dolido que solo bajo su cabecita aún escondiéndose de la mirada de ambos adultos.

—oh... Lamento mucho lo sucedido —se disculpo la mujer—, dejeme presentarme, mi nombre es Jia, soy la niñera del pequeño Jeon Jimin.

—Jung Hoseok, mucho gusto. Y no se preocupe, supongo que Jimin debe ser muy travieso.

Jia soltó una carcajada recibiendo pronto la molesta mirada del pequeño Jimin. Ya no parecía tan triste, aunque eso no lo notó Hoseok, solo continuó acariciando los mechones castaños del pequeño.

—no... Jimin es muy tranquilo y obediente. Por eso me asuste mucho cuando no lo ví... Pero... —Jia miro como Jimin se aferraba a Hoseok, como normalmente lo hacen los bebés con sus madres/padres omegas para sentirse seguros con el aroma dulce y cálido—. Creo que estaba en buenas manos.

Jimin, siendo solo un niño de cinco años parecía no quirer soltarse de Hoseok lo cual ocaciono que tanto Jia y Hoseok se quedarán bajo la sombra de un árbol en esa banqueta hasta que Jimin quedó completamente dormido.

Hoseok entrego el pequeño cuerpito de Jimin a Jia y se despidió de ellos con una sonrisa. Ese, fue un gran día después de todo. Lamentaba que posiblemente no volvería a ver a tan lindo niño.

** **

—¿la encontraron? ¿Esta usted completamente seguro de que la encontraron?

Después de la sexta afirmación del detective privado Jungkook no evitó sonreír, al fin estaba un paso más cerca. Al fin habían logrado localizar a la madre de su hijo.

Luego de colgar el teléfono se dispuso a tomar su chaqueta dejando de lado todo el papeleo y reuniones.  Su secretaria lo miró salir por la puerta hacia el ascensor, algo que ya esperaba mientras continuaba cancelando las citas de ese día, pues aquella misteriosa llamada llegaba cada mes y siempre terminaba con un Jeon Jungkook de mal humor.

Al llegar al estacionamiento no espero encontrarse con su mejor amigo, Kim Namjoon podía ser muy curioso en ciertas cosas, pero verlo salir corriendo y emocionado le daba una idea de lo que sucedía.

—¿Iras a otra huella falsa? —cuestionó desde de la ventanilla mientras Jungkook abrochaba su cinturón. 

—No es falsa —defendió Jungkook—. El detective me aseguró que es la misma que dejó a Jimin en mi puerta.

—¿Por qué continúas haciendo esto? Ha pasado 2 años desde que la empezaste a buscar ¿Quieres deshacerte de Jimin?

Jungkook borró la sonrisa en su rostro por la pregunta. No, claro que no quería deshacerse de Jimin. Ese pequeño, a pesar de todo era la luz de su vida. Es solo...

—Jimin la necesita —dijo con tristeza recordando como su pequeño era tan tímido, tan solitario y silencioso. Muchas de sus tutoras y maestras e incluso sugerencias decían que el pequeño necesitaba un poco de apego materno. No sucedía muchas veces, los pequeños cachorritos huérfanos solían acostumbrarse, pero Jimin parecía necesitar mucho más a su madre de lo que se consideraba normal, incluso sano—. El está mucho tiempo solo y el...el merece al menos saber quien fue...

—Jungkook...

—Tengo que irme.

Jungkook aceleró alejándose. No quería pensar en todo eso. Lo mejor era buscar respuestas. En todo caso, el continuaría cuidando de Jimin sin importar nada. Lo que hacía solo era un intento, aún quedaban muchas opciones.

Pero...

—Me contrataron —la mujer frente a Jungkook era mayor, demasiado.  Ni siquiera recuerda haberla conocido, era imposible que fuera ella la madre de Jimin—. Fue una noche muy oscura...solo, recibi la llamada de un hombre que me dijo que me pagaría dinero por dejar al bebé en tu puerta. Yo...acepte, necesitaba el dinero.

El pequeño restaurante perteneciente a la mujer quedó en silencio.  Lo pocos clientes se fueron y solo quedaron ellos dos.

—¿usted lo recuerda? ¿Vio al hombre?

—No —negó la mujer apenada—. Fue hace mucho tiempo. No lo recordaría con seguridad. Yo lamento mucho no ser de ayuda...

—Pero...Debe... Debo haber algo. Lo que sea que recuerde.

—Me temo que no.

No había mucho que Jungkook pudiera hacer. Simplemente se fue de ahí.

Al llegar a casa solo había silencio o eso esperaba hasta que la niñera de Jimin llegó a él.  Parecía desesperada, asustada.

—Es Jimin, no deja de llorar desde que despertó.

Jungkook corrió a la habitación de su hijo asustado temiendo que estuviera enfermo.

—Jimin...

Al llegar, su pequeño estaba con los ojitos hinchados y la carita roja. Su llanto calmo al verlo, pero después volvió a llorar.

—¡Mami! ¡Quiero a mami!


** **

Una familia de mentira [Junghope]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora