Toda historia tiene un comienzo, talvez está inició el día en que un alfa y un omega cruzaron miradas por primera vez en un pequeño parque. En medio de la gente, en medio de pequeños niños que corrían alegres a su alrededor, el mundo se resumió simplemente en ellos dos, observandose mutuamente sin entender la extraña sensación que los llevo a sonreír.
Jungkook y Hoseok eran demasiado jóvenes para comprenderlo y talvez no era el momento de intentarlo, solo eran un par de estudiantes a pasos de ir a la universidad y buscar un futuro, aún así su vida transcurría en ese punto desde el momento en Jungkook detuvo a Hoseok antes que este decidiera marcharse.
No, Jungkook era terco y no dejaría que se marchara un omega tan lindo de su vida.
Debía deterlo.
Los días desde ese momento se convertirían pronto en tardes de largas charlas, citas en la biblioteca, decirse cosas sin sentido y darse el valor el uno al otro para confesar algo de lo que ninguno estaba completamente seguro, de lo que tenían miedo de admitir.
Eran destinados.
Para ambos la vida daría un giro completo cuando en un descuido Hoseok ya tenía la marca de Jungkook, la vida se complicó de pronto y lo que parecían simples problemas comenzaron a intensificarse, como si la misma vida quisiera manipular su relación, cómo si quisieran separarlos...
Taehyung lo sabía, sabía que esa relación no tenía futuro o eso quería creer.
Había crecido con Hoseok, habia pasado los mejores años de su vida a su lado a pesar de la diferencia de clase sociales, pero cuando Hosoek cumplió 15 años y se presentó como omega supo que ser simplemente su amigo no era suficiente.
—Sere un alfa, te protegeré de todo y siempre estarás a mi lado. Juntos seremos una familia. Una de verdad, no como la mía...
A pesar de que en ese entonces Haseok solo le había sonreido y dejado un beso en su mejilla, en el corazón de Taehyung crecía la ilusión de algún día cumplir esa promesa. Lastimosamente, la dura realidad lo golpeó a sus 13 años, cuando la madre de Hoseok murió y no pudo ayudarlo a salvarla. Hoseok quedo solo, enfermo y Taehyung había llorado cuidando sus sueños, pidiendo con toda su fe que Hoseok no se fuera de su vida, que era lo más preciado que tenía. Lo único.
Al poco tiempo la responsabilidad de ser omega había llegado y Taehyung nuevamente no pudo hacer nada contra eso, alejarían a Hoseok de su vida.
Se dice que el primer beso es el más puro, sobretodo si es la persona que amas. Aquella noche, en la estación, antes de que Hoseok partiera a un mundo desconocido Taehyung lo beso prometiendo volver a encontrarlo.
El tiempo transcurría y el único alivio en el corazón de Taehyung era ser un alfa y buscar a Hoseok, para cuidarlo, protegerlo y darle todo lo que merecía, lastimosamente eso no pasó. Cuando cumplió 15 años sus resultados dictaban un solo rango, era un omega.
Se alejo de todo, desilucionado de que tampoco era suficiente para Hoseok. Su único consuelo en sus solitarias noches era abrasarce a si mismo inhalando su propio aroma, aquel que el destino le había otorgado, talvez como una mala broma o solo casualidad, pero ese olor a dulce vainilla era el mismo de Hoseok.
Su Hoseok.
Pero estaba seguro que fue ese mismo destino que lo llevo a encontrar a Hoseok de nuevo, pero para Taehyung fue un golpe ver a Hoseok en brazos de un alfa, con una marca y viviendo una vida que no merecía.
Jeon Jungkook no era alguien que resaltará demaciado, no era alguien importante o que tendría esperanzas de lograr algo.
Era un nada ante sus ojos.
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Una familia de mentira [Junghope]
Fiksi PenggemarDonde Jimin es un pequeño que piensa que Hoseok es su "mami"