《II》

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രDOS: Recuerdos que se Mezclan con la Realidad
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\\Narradora//

Un pequeño pelirrojo estaba sentando en el sofá de una gran sala, abrazaba sus piernas escondiendo su rostro en estas. A su lado estaba un castaño moviendo sus piernas las cuales todavía no llegaban al suelo debido a su estatura.

Uhm...lo siento. –Murmuró el castaño.

El contrario le miro mostrando su rostro el cual era adornado por diversas pecas que cubrían sus pómulos y parte de su tabique nasal.

—¿Eh?

—Es por mi culpa. De seguro que por mi culpa te castigan. –Repitió el castaño de unos ojos azules cristalinos mientras hacía un pequeño mohín.

Miró atentamente al de ojos azules mientras su cabeza intentaba pensar en algo. Estaba en lo cierto: iba a ser castigado, pero no exactamente por culpa del castaño si no, más bien, por su propia culpa; Parker se había escapado de su casa para quedar a jugar con su amigo ya que estaba casi completamente seguro de que no le darían permiso.

—Tu no tienes la culpa. –Dijo finalmente bajando sus pies del sofá. –Creo que no debí haberme ido sin avisar. Tu amenos dijiste en tú casa que saldrías ¿No? –El contrario asintió levemente sintiendo algo de culpabilidad al afirmar. –Pues ahí está...

El oji-azul frunció el ceño pensando sus palabras, y, apenas separó los labios para decir algo el sonido de unos tacones comenzó a acercarse anunciando a una mujer rubia y de ojos verdes, la cual se movía con elegancia con cada paso que daba.

—Ya les avise a tus padres que estas aquí, Cyanlerie, vendrán por ti en un rato. –Dijo la mujer con un tono amable. El castaño asintió. –Y usted, jovencito, está en serios problemas.

Parker bajo la mirada. Cyan mordió el lado interno de su mejilla derecha inhalando profundamente.

—Di-disculpe...¿Podría no ponerle un castigo feo a Parker? S-se que no hizo bien pero...él creyó que no le dejaría ir y...y por eso él...hum...

La rubia observó a su hijo y este, al sentir su mirada, se cohibió. La mujer suspiró mientras asentía levemente sacándole una pequeña y tierna sonrisa agradecida al castaño.

Pasó un tiempo hasta que llegaron por el castaño. Ambos amigos se despidieron prometiendo reencontrarse en la escuela, y, para suerte del pelirrojo no hubo ningún castigo sólo se llevo el regaño de su vida.

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El pecoso abrió lentamente los ojos, intentando quitar la pesadez que el sueño deja una vez despiertas. Se giro notando que a su izquierda no había nadie, incluso esa zona estaba fría por lo que dedujo que el peli-azul ya había iniciando su día. Sus ojos se pasearon por toda la habitación hasta que repararon en la alarma: eran las 2:30 pm.

—Demonios, me perdí el desayuno. –Masculló.

Luego de unos largos minutos de una ardua pelea para separar la espalda del suave, tentador y sexy colchón, Parker, dejó la habitación que compartía con su mejor amigo teniendo de primera instancia a la azabache sentada en el sofá con el control de la TV en su mano mientras veía el canal de las noticias.

—¿Que haces? –Cuestiono atrayendo su atención.

—Espero a que nos activen la televisión de paga. –Responde simplemente.

Amores de Época【PNSMNTS】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora