Amores de Época【PNSMNTS】

《VIII》

✳OCHO: ❝ Enviado ❞
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\\Narradora//

Cyanlerie no supo que fue lo que le impulsó a revisar sus conversaciones mientras él y Ángel iban en el transporte.

Era sábado, la rutina ya se la sabía y no le molestaba, porque él era alguien de rutina, después de todo. Recordando que, esa mañana antes de que salieran, Parker les había dicho que llegaría algo más tarde por su club—que al fin pudo enterarse que había escogido Básquet—, así que cabía la posibilidad de que no estuviera en el departamento cuando llegaran.

Su dedo vagó perezosamente por la pantalla de su celular, abriéndose acceso a ChatLine, fijándose en su primer chat, siendo este uno exclusivo que tenía con Parker y lo ultimo que había en el era una imagen que el pelirrojo le había mandado; le había tomado foto a Angélica cuando se quedó dormida hace unos días, y le preguntaba si debía despertarla. Cyan le dijo que sí.

De repente, otro ocupó el primer lugar y cuando leyó el nombre sintió como si la presión se le bajase, entrando para saber que le había mandado, volviendo las cosas aun peores cuando se dio cuenta que fue por su propia causa que él le había mensajeado otra vez.

Cuando tomo aquella foto de Boxman, planeó en mandársela, pero al final termino echándose para atrás resulto ser que, de alguna manera, la termino enviando. Ahora él le había mandado un mensaje, un simple «Oh! Aún te acuerdas :)» pero sólo con eso era suficiente para que su corazón cayera y Cyan tuviera que agacharse a recogerlo, sin saber como poder devolverlo a su posición sin que terminara en el suelo nuevamente; si era honesto consigo mismo, tendría que admitir que no sabia del todo como sentirse, porque sin importar el susto inicial, una diminuta sonrisa amenazaba con abrirse paso en su rostro, sintiendo la necesidad de responderle algo ya, porque él era la única persona con la que no podía perdonarse dejar en visto.

Claro, jamás lo olvide :3, escribió antes de salir con rapidez de la aplicación, guardando su teléfono para mirar a través de la ventana mientras se sentía como un niño pequeño que acababa de hacer alguna travesura que disfrutó con singular alegría. Existía una…complicidad entre Cyanlerie y su celular, pero al menos, tenía un compañero en esto que se sentía mal pero, a la vez, se sentía tan bien.

"Oh por dios. Lesy" pensó, sintiéndose tan bien al volver a recitar ese apodo, aunque fuera en las profundidades de su mente.

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Estaba extrañamente concentrado durante el trabajo, su mente estaba en blanco, no ideas, no pensamientos, no nervios, no estrés, no nada; completa paz mental, algo que rara vez le pasaba y cuando lo hacía solía tratar de sacarle el mayor provecho posible, tristemente, ese estado no duraba todo lo que le hubiera gustado ni podía generarlo cuando le plazca.

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La risa de Fer era melódica, una dulce caricia a sus oídios de la cual se estaba volviendo un adicto.

Ya llevaban practicando unos cuantos días, su confianza subiendo con cada vez que lo hacían, estaba entrando a un punto en donde Cyanlerie ya no necesitaba escuchar la canción para poder cantar sin sentir que los nervios le carcomían con cada palabra que entonaba.

—¿Q-qué demonios con ese gallo, Cyan? –Decía entre risas mientras que el nombrado tapaba su boca con sus manos, pómulos sonrojados y risas ahogadas en su propia piel.

—¡No sé! sólo –Se interrumpió a sí mismo riendo aún más, contagiando al rubio. –s-sólo salió, ni siquiera yo se de donde vino ¡Lo juró!