◆Parte 1: «Cambios»

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๑UNO: Las Cajas en la Sala
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\\Narradora//

En frente de un edificio hay un camión de mudanza, el cual estaba ya en sus últimos momentos antes de finalizar su servicio.

Un chico de cabellos azules terminaba de acomodar unas cajas mientras escuchaba al camión arrancar y como el sonido de ese motor se alejaba, degradándose hasta dejar de ser audible, en eso, el pelirrojo entró al departamento con un par de cajas, las dejó en el suelo suspirando mientras relajaba los párpados y esbozaba una ligera sonrisa hacia el peli-azul.

—¡Listo! Estas son las últimas. –Anunció mientras se enderezaba.

—No recuerdo que trajéramos tantas cosas. –Comentó el de ojos azules al ver la cantidad de cajas y maletas que habían en la sala.

—¿Acaso te olvidas de Angélica, Cyan? ¡Ella trajo su casa completa! –Dijo el pelirrojo con eje burlón.

—¡No es cierto, Parker! –Exclamó la nombrada.

Entró por la puerta principal del departamento. Tenía un cabello azabache lacio hasta los hombros con un mechón que surcaba rebeldemente su rostro de tez morena.

—Dijimos que solo traeríamos cosas importantes, Ángel. –Recriminó el oji-verde.

—¡Y eso hice! -Hizo una pausa y llevo su mano izquierda a su mejilla dándole leves palmadas. –Aunque creo que traje todo mi guardarropa y mi maquillaje, mis zapatos, mis libros, los CDs...¡Oh vaya! –Volvió a callar recibiendo las miradas incrédulas por parte de los chicos.

—¿Es neta, Ángel? –Cuestiono Parker.

—Upsi...

\\Cyan//

Sonreí ante la actitud de este par, cuando discuten suelen recordarme a las peleas sin sentido de mis padres cuando era niño.

Nos habíamos mudado juntos a un departamento en el centro de la ciudad para estar más cerca del colegio. En una semana comenzaríamos nuestra vida universitaria.

—Bueno, ya que Ángel trajo tantas cosas... –Me acerqué a ella palmeando su hombro izquierdo. –A ella le tocara acomodarlas, después de todo, son sus cosas ¿No?

Escuche a Parker reír mientras que Angélica hacia un mohín cruzando sus brazos, como si fuera una niña pequeña a quien le dijeron que no a algo.

—¡Lerie! –Exclamó segundos después. –No seas así conmigo, sabes que soy una debilucha.

Angélica y yo tenemos un pequeño juego, una dinámica, entre ambos. Ella me llama "Lerie" en vez de "Cyan"—como cualquier otra persona normal haría—y esto lo hace porque le gusta más esa parte de mi nombre, citando la textualmente: «¿Para que decirte Cyan como los demás? ¡Por favor! Te llamas Cyanlerie, no voy a perder la oportunidad de decirte Lerie ¡Vamos! A que suena lindo ¿Verdad?» eso fue lo primero que me dijo cuando nos conocimos y supo mi nombre. Desde entonces me dice así. Y yo le llamarían "Ángel" en vez de "Angy".

—Debiste pensarlo antes, brazos de espagueti quemado. –Canturreó el pelirrojo.

Di un pequeño bufido en un burdo intento de no reír ante la cara de indignación completamente exagerada de Angélica.

—Ahí se ven, yo me voy. –Dije tomando una de mis cajas y saliendo de la sala antes de Angy explotará.

Cerré la puerta del cuarto que compartiría con Parker. Durante unos días dormiríamos en la misma cama hasta que pudiéramos comprar otra. Mi tía nos dejó su departamento porque se mudo con su actual pareja, fue una grata sorpresa cuando me ofreció el departamento con la una condición de que pagaríamos los servicios básicos como luz, agua, internet y ella terminaría de pagar hasta comprar el departamento para nosotros.

Amores de Época【PNSMNTS】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora