Capítulo 6

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Han pasado algunos meses desde aquella vez que supe que estaba embarazada, hoy soy toda una mujer con una enorme panza, dando vida dentro de mi, deje de saber de Evan, hasta me cambié de departamento, para ser honesta ya me había hecho la idea de que sería una madre felizmente soltera hasta que patee un sobre en la entrada de la puerta, que decía Evan, así que lo tome y comencé a leerlo.
                                                       Hola Renata ¿Cómo has estado?


Estuve observándote por días sin que tu te dieras cuenta, te ves tan tranquila y feliz, tan hermosa con esa panza, he sido un cobarde que se ha estado ocultando y evadiendo su responsabilidad, sentí miedo, he estado confundido, pensando tantas cosas, no podía aceptar que todo esto estuviera pasando, pues como vez fue muy rápido y al igual que para ti para mi también ha sido complicado, concebir la idea de que seré padre, ¿a mi edad? Yo aun no soy responsable cien por ciento ni de mi vida, tengo muchos errores, ¿como podría educar a un hijo? No soy la clase de chico que a lo mejor pensaste, eso está claro, creo que soy todo lo contrario, la verdad te admiro como has sabido superar todo lo que te está pasando y veo como continuas firme, te ruego me disculpes por todos estos meses que te he dejado sola, sin darte apoyo, debí haber estado ahí desde que me diste la noticia y jamás abandonarte en ningún momento, estoy dispuesto a remediar mi error y te pido por favor que me des una oportunidad de seguir esta etapa juntos, déjame cuidar de ti y de nuestro bebé, ¿me das una oportunidad?.

Terminé de leer la carta y quedé muy asombrada, no puedo negar que me conmovió lo que acababa de leer, en eso escucho que tocan la puerta y procedo abrir, ahí estaba Evan arrodillado ante mí. Mi primera reacción fue cerrar la puerta de golpe, - ¿Pero que carajos?,- ¿Porque hasta ahora?,  he aquí unas de las dificultades de haberme embarazado de un imbécil "el arrepentimiento" es muy normal en ellos, habitualmente y no siempre por las razones que una se imagina. 
   – Renata, ¿sigues ahí? - preguntó Evan intimidado. 

Creo que eche a perder su momento, realmente no acierto a comprender que lo trajo hasta aquí después de tanto tiempo.
   
– Si, aquí sigo, por cierto, - ¡Qué sorpresa! - le dije del otro lado de la puerta. 

– ¿Leíste la carta? - La escribí desde el corazón. 

– Si, si la leí. 

– ¿Y entonces?,-  ¿Me crees? 

– No se trata aquí de creer o no creer Evan. - Estoy bastante indignada contigo. 

– ¿Puedes abrirme? y te explico. - La señora de enfrente comienza a verme extraño. 

De pronto tuve una repentina visión, donde veía a mi hijo o hija crecer sin su padre, y culparme por no haberle dado una oportunidad, sacudí la cabeza para dejar de pensar en eso, y lentamente comencé abrir la puerta que comunicaba nuestra separación, Evan se levantó de prisa y se  paro frente a mí, muy cerca, nos quedamos viéndonos en silencio, y sin esperarlo Evan me abraza, y me da un beso en la mejilla. 

– ¿Que fue lo que te hizo reflexionar Evan? - Después de hacer la pregunta me estremecí, y comenzaron a salir lagrimas de mis ojos, pero las limpiaba con mis dedos - Tenia entendido que no querías a esté bebé. 

– Con el rostro enrojecido - comentó Evan.- Fue una estupidez mía, haberte sugerido que abortaras y después desaparecer como un cobarde.  Maldita sea Renata, perdóname.- dijo Evan soltando en llanto. 

– Eres un imbécil, ¿sabías?. Pero por este bebé,  confiare en ti  y  si me fallas de nuevo - le dije apuntándole con el dedo - Te mato.  (obvio era broma) 

Después de derramar  lágrimas y mocos,  toca mi vientre suavemente y  le da un sutil  beso con cariño,   y entonces precedió a darme las gracias ilusionado.  

– No volveré a fallarte Renata. - Mi hermosa y rubia Renata. 

– Evan, por cierto... ¿Qué pasará con tu ex? 

– Termine con ella. - le dije lo que había sucedido y se puso muy mal, entró en un estado depresivo, y para serte honesto también me sentí mal por ella , por lo que estaba pasando, teníamos muchos problemas, intenté anteriormente terminar con ella muchas veces antes de conocerte, pero me amenazaba con quitarse la vida, fue muy difícil pero regrese por ti. 

– ¿Y no se suicidó verdad? le pregunté preocupada.

– No,  por suerte no, en estos momentos ya tiene una nueva relación y se ve bastante feliz. 

Vaya calma que sentí después de escuchar eso, Evan y yo aun no nos conocíamos lo suficiente, había muchas cosas que yo no sabía de su vida, ni el de la mía, pues nunca tuvimos la oportunidad de saberlas así que teníamos muchas cosas de qué hablar en los próximos meses, espero y todo este proceso del embarazo le añada a mi relación una dimensión completamente nueva.


RENATA: Caminos Repentinos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora