Milenka

7

El destino era caprichoso, pero más lo era Milenka.

De grandes sueños y una hermosa sonrisa, aprendió a mentir con el demonio en su corazón. Se había vuelto la protagonista de su propia obra, la mejor actriz oculta de la mansión fría.

Milenka bailaba con el viento, hablaba con las sombras e hizo un pacto con más demonios.

Su piel era la firme evidencia de sus próximos problemas.

La vida se le había facilitado aún mas, mentir y sonreír a sus padres. Milenka no podia evitar lo, su pasado le enseñó todo lo necesario para hacer frente a el presente y construir un futuro digno de una chica como ella.

Milenka de grandes sueños y pequeñas limitaciones está a un paso de irse a América.

-El día de hoy es el día del resultado, mi querido Keres.

Estas recuperando tu orgullo y ego, no se si debería alegrarme sobre eso.

-Hoy te encuentro más apagado, deberías estar más feliz de mi regreso. -Milenka sonrío y se sentó en un borde de la cama, soltó un suspiro y toco su pierna izquierda, le dolía un poco.- ¿Cuándo hablaré con ellos?

Es demasiado pronto, la ambición no es demasiado bueno para tu nuevo cuerpo.

-¿Qué le sucedió a mi antiguo cuerpo?, eso no puedo recordarlo, Keres. -soltó su pierna y sonrío intentando recordar-

No muchas cosas buenas, quien hace pacto con espíritus se cansa muy rápido. Entre menos tiempo pasen despiertos será lo mejor para tu cuerpo y nosotros.

-¿Lo mejor?, yo decido que es lo mejor para mi cuerpo y nosotros. Si en un pasado fui capaz de soportarlo siendo un simple animal, ahora podré ser mejor que mi antiguo yo.

Has perdido tiempo, ¿estas segura, Mikaela?

-No me llames por ese nombre. -un escalofrío recorrió su cuerpo-

Pero es tu nombre actual, deberías ubicarte en donde estas en este momento y con quienes están.

Llamaste mucho la atención de tus padres, abuelos y amigos.

Ahora mismo, ellos no te pueden reconocer a la dulce Milenka.

-¿Yo no soy yo?, que clase de estupidez es eso. -le desagrado la idea-

Tú no eres tu del pasado.

Es imposible que lo seas, pero ya que obedezco a tus deseos y devoró tu carne con cada uno. Estoy a tus órdenes.

-Así que únicamente quieres comerme, esta bien, te deseo buena suerte devorando mi carne lentamente y mi alma.

No me interesa tu alma, no me gustan las cosas rotas y simples.

-¿De qué hablas?

Supongo que nada en particular, mi querida niña, obtendrás la libertad que deseas en América.

Una buena suerte que aún tengas recuerdos de los idiomas que aprendiste en tu antigua vida.

-Y pronto podré obtener aún más cosas de mi antigua vida. -desvió la mirada y miro a la sombra- ¿Cuándo podrán despertar?

Han estado un buen tiempo dormidos, diría que un mes podrán despertar. Aún se están acostumbrando a tu nueva energía y cuerpo.

-Son muy lentos.

Lo suficiente para no matarte.

-Ese no sería un problema, puedes revivirme.

No es tan fácil.

-Lo es, si yo lo digo. -se levantó de la cama y salió del cuarto-

Milenka se dirigió a su computadora, comenzó a buscar los resultados del examen.

Si tenía razon, habría pasado todo para poder ser seleccionada para viajar debido a la beca.

Sus padres tenían dinero y podría conseguir cualquier cosa, en este momento los tenía contra las cuerdas ya que aún actuaba inestable a sus ojos y era su culpa. Pero prefirió tener una excusa de su viaje, los estudios eran su única oportunidad.

Iría a la Universidad donde su madre era la directora y su padre un director de una Facultad.

Iba a reunirse próximamente con todos.

Reviso los resultados, tal como lo espero, estaba en la lista de los escogidos para el viaje.

Descargo los resultados.

Fue directo al cuarto de sus padres a mostrar con orgullo sus resultados, estos no se inmutaron y dieron su aprobación.

De acuerdo al plan, se iría del país en un mes después de arreglar su papeleo y su instancia en los Estados Unidos.

Milenka pronto podría quitar esos sentimientos amargos que desde que tenía memoria a veces la hacían sentir fuera de lugar.

Rusia era su país madre, pero no pertenecía de corazón. Ella iría a su nuevo hogar lejos de todo lo que la ata a la nueva vida.

No iba a estar sola, tenía al grupo de espíritus que cubrían su cuerpo y corazón.

Keres era el mayor impulso.