Cap. 19: Inseguridades, dudas, culpas y confesiones.

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— ¿Thor? — preguntó dudoso, esperaba que no le contestara.

— Mande —respondió más dormido que despierto, con los ojos cerrados y la voz más ronca de lo usual.

Loki se mantuvo en silencio un minuto, se mordió el pulgar con nerviosismo, a veces solo deseaba leer la mente de Thor y así adivinar lo que pensaba, pero al parecer eso no estaba dentro de sus posibilidades pero si la de engendrar hijos.

— Nada... descansa — susurró finalmente antes de intentar dormir, aunque eso le parecía imposible.

— Descansa Loki

Loki asintió sin mucho entusiasmo, mordió su labio conteniendo las ganas indómitas de besar a Thor, su novio, amante, pareja, o como se le llamara.

***

La señora Barnes le enseñaba a cocinar, odiaba la cocina desde siempre, siempre había tenido quien cocinara, siempre lo hacía la señora Cho y si se encontraba en la escuela era tan simple como bajar a la cafetería y tomar algo qué ahí servían, pero aún recordaba la sonrisa de Thor la primera vez que comió algo que él había preparado con sus manos y deseaba volver a apreciar esa sonrisa.

De verdad lo quieres mucho ¿cierto? — cuestionó de la nada la mujer.

Si. — Loki no dudó en dar una respuesta asertiva.

Sabes, eres de mi agrado y creo que eres muy limpio sobre tus sentimientos... — Loki arrugó el entrecejo — me refiero a que cuando estás con Thor se nota mucho cuanto lo quieres, pero ¿Qué ocurriría si Thor decide que en realidad no eres para él?

"¿Qué ocurriría si Thor decide que en realidad no eres para él?"

Durante todo el maldito día esa cuestión lo atormento, mucho más cuando vio entrar a Thor acompañado de Stark y ambos sonriendo, odiaba el sentimiento de posesividad, lo odiaba con el alma, tanto como odiaba la inseguridad que crecía de a poco en su interior, era inseguro, no era tan bonito como Stark, tenía una barriga como una sandía y no era de la misma raza que Thor, tenía todas las desventajas a su favor.

***

Se abrazó al cuerpo de Thor quien ya dormía, no quería perderlo, no quería que legara un día en el que Thor le dijera que ya no lo necesitaba para seguir con su vida, que durante todo el tiempo que estuvieron juntos lo único que le dio, fueron problemas y más problemas.

Se apoyó en el codo y se dedicó a observar las facciones marcadas de ese hombre que lo enamoraba cada día un poco más, se enfocó en su mandíbula trabada, en sus ojos ligeramente abiertos a la hora de dormir, en el silbido que emitía su nariz, en los labios carnosos cerrados, húmedos, anhelantes; besó la barbilla que dejaba entrever la barba insipiente, le raspaba los labios y esa acción simplemente le encantaba, se pasó a sus labios y dejo otro beso en ellos, luego se alejó sonriendo como el imbécil que era.

La luz de la habitación estaba encendida debido a su completo terror a la oscuridad, aunque últimamente ya podía dormir con la luz apagada siempre y cuando estuviera a un lado de Thor, aunque este insistía en dejarla prendida para evitarle un disgusto a Loki, eras solo unas cuantas habitaciones y la escalera para llegar a la cocina, el pasillo estaba oscuro, la cocina igualmente y eso solo acrecentaba su terror, odiaba ser así de miedoso pero no lo podía evitar... pero hoy superaría su miedo y se aventuraría a ir por un vaso de agua hasta la cocina, quería cambiar para Thor, para que no se aburriera de él, para que nunca lo dejara.

El corazón le latía a mil por minuto, el pasillo en tinieblas lo hacía temblar un poco, tratar de cruzarlo hizo que la histeria llegara a su cuerpo, le temblaban las manos y tenía ganas de entrar en llanto, opto por encender la luz de las escaleras una vez que llego a ellas.

UNA HISTORIA EN BLANCO Y NEGRODonde viven las historias. Descúbrelo ahora