Capítulo 4

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Ya es de día, hemos estado toda la noche viajando. Bueno en realidad solo cinco horas. En el jardin hay motones de niños y adolescentes que practican sus habilidades sin tapujos. Todos jugando y riendo.

Me dan envidia. Si yo lo hiciera probablemente acabarían todos muertos.

-- ¡Logan! - grita una chica al vernos.

Viene corriendo y abraza al gatito contenta. Parece que están muy apegados. Es increíble que alguien pueda llevarse bien con semejante sujeto. Es una máquina de gruñidos andante. Siempre refunfuñando y metiéndose con todos.

-- Will, ¿dónde estamos? - me pregunta de repente Víctor. Mi amigo ya ha vuelto.

-- Bienvenido, de nuevo. Estamos en la Mansión X, sede de los X-Men. -le digo con una sonrisa.

Cojo su mano y lo guío por donde va el profesor. He acordado hablar con él y dejar que me explique hasta que punto es de grave la situación. Y yo siempre cumplo mi palabra. Pero eso no quiere decir que vaya a participar en su intento de salvar a la humanidad. Un mundo sin humanos no me resulta tan mala idea y así dejaríamos de ser tipos raros, más que Jared avance de esa forma los acontecimientos me mosquea un poquito. Aunque no es suficiente para hacerme cambiar de opinión respecto a participar o no en todo eso.

-- ¿Qué hacemos aquí? -me pregunta sin entender.

-- Hemos venido a hablar con el profesor. -le aclaro.

-- ¿Cómo hemos llegado? -me pregunta.

Paro de caminar y le miro.

-- El profesor ha manipulado tu mente y me ha obligado a venir con la condición de que si lo hacía te liberaría. -le suelto como si nada.

Veo como su ceño se frunce completamente y me mira con desagrado. Para él hubiera sido mejor que le hubiera frito o asado. Pero era arriesgado. No quería que se pasara el resto de su existencia pensando que era una niña de ocho años

-- No podía hacer nada, si lo hubiera hecho ya estarías muerto o creyéndote una niña de ocho años.

-- Lo que tu digas pero más les vale no volver a hacerlo si quieren conservar sus órganos dentro de su cuerpo.

Suelto su mano y seguimos andando guiados por el profesor y el tal Scott.

Somos llevados por las instalaciones del colegio hasta la máquina llamada cerebro. Nos paramos en la puerta de metal. Una luz escanea al profesor y entonces se oye un seguido de sonidos como si estuvieran girando engranages.

-- Bienvenido profesor. -dice una voz femenina. Debe de ser una personalidad robótica.

-- Ven Will o quiza mejor Alexis. -pregunta.

No me hace mucha gracia que utilicen mi nombre de pila.

-- Will -respondo seca. Él asiente y prosigue.

-- Te mostraré el porqué he insistido tanto en que vengas -doy un paso para entrar y al instante Víctor me sigue-. Sola, por favor.

Víctor se cruza de hombros, cosa que no le gusta nada al gatito, quien ya está preparado para saltarle encima en cualquier momento.

-- No te preocupes. No hará nada -le digo para tranquilizarle.

Me conoce. Nunca me equivoco en las decisiones importantes. Como en este caso confiar o no en los X-Men.

-- Ten cuidado -es lo único que musita.

-- Siempre lo tengo -murmuro más para mí que para él.

X-MEN: La Última Esperanza [Pausada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora