Capítulo 22

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Las grandes y transitadas calles de Berlín se abren paso ante nosotros. Logan, Bobby, Pícara y yo nos movemos por los lugares inspeccionando la ciudad en busca de un signo de la llegada de mi hermano a la capítal de Alemania.

Mi cuerpo se estremece y un nudo en la garganta se me forma al pasar cerca del parlamento. En ese lugar, hace cien años ocurrio un desastre producto de una riña entre Jared y yo. Muchas personas murieron y las pocas que sobrevivieron quedaron con los recuerdos borrados. Yo me encargue personalmente de encontrarlos y hacerlos olvidar.

-- ¿Estás bien? -pregunta Picara.

-- Llevo muchos, muchos años sin estar en Europa. Alemania me trae malos recuerdos, no me agrada estar de vuelta.

-- Esperemos que sea por poco tiempo -asegura Logan.

-- Esperemos.

Me tapo con la chaqueta y observo las personas pasar, ajenas a lo que avecina.

-- Volvamos al hotel. Es temprano. Jared no se arriesgaría a deambular por las calles de día. La gente recuerda más las caras cuando hay luz -murmuro-. Volvamos a intentarlo esta noche. Tal vez tendremos más suerte.

Los tres asienten y tomamos un taxi para volver al gran hotel de cinco estrellas donde nos alojamos. Cuando se trata de viajar el Profesor lo hace a todo lujo. Se nota que le chorrea la pasta.

Pasamos recepción y vamos a la suite que Xavier​ ha escogido para nosotros. Con la tarjeta abrimos la puerta y entramos. El Profesor y Éric nos esperan con ganas de recibir más información.

-- No hemos encontrado nada. Tal vez los demás traigan algo de información -explica Logan.

-- Creo que deberíamos descansar y salir esta noche. Es posible que logremos algo más -aseguro.

-- Concuerdo contigo -dice el telépata-. Esperaremos a que oscurezca y saldremos de nuevo.

Todos asienten y me retiro para poder asearme y cambiarme. Entro en el baño y me desvisto para poder ducharme. Cierro los ojos y expando mi mente dejando vagar mi pensamiento.

Jared, Jared, Jared... mi hermano pequeño, mi protegido en su momento. ¿Te has perdido en este mundo? ¿Te has perdido en tu inmortalidad? Tal vez yo deba ayudarte.

-- Arrebatarle su poder no es una opción -murmuro-. ¿O sí?

"¿Tu que piensas?" escucho en mi mente.

Abro los ojos y veo como el agua cae sobre mi.

-- ¿Cómo es que puedes hablarme ahora? -pregunto.

"Has abierto tu mente dejándome pasar" responde. "Me ha pillado por sorpresa escucharte pensar tan fuerte. Hasta ahora has sido una tumba para mí".

-- Siempre he pensado que todos los mutantes merecían serlo y, por eso, nunca he sellado el poder de uno por mucho tiempo -murmuro-. Pero esto que está haciendo mi hermano no es bueno. Se está descontrolando y temo que vaya a más. Tengo miedo por lo que pueda pasar y solo soy capaz de ver una solución. ¿Qué debería hacer?

"Como defensor de los derechos de los mutantes nunca te diría que le arrebataras los poderes a otro mutante. Pero la decisión de acabar con tu hermano la tienes que tomar tú, Will. Tu eres la única que puede pararlo y cuando llegue el momento deberás decidir que hacer".

Suelto una risa sarcástica y apago el agua. ¿Y qué debería hacer?

Vuelvo a la realidad cerrando de nuevo mi mente como la mejor caja fuerte del mundo. Salgo de la ducha y me visto con algo de ropa que me ha prestado Jean. Seco mi larga melena con una toalla y salgo del baño con ella sobre la cabeza. Pícara me mira de reojo y sonríe levemente. Asiento con la cabeza y me siento en el sofá de la estancia.

X-MEN: La Última Esperanza [Pausada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora