Este es mi libro, lo siento.

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♪♫…Dancin’ on, doing the boogie all night long stoned in paradise…♫♪

Nunca desistas, tampoco te dejes robar lo que piensas…sería muy estúpido.


Hace aproximadamente 3 años (es que ya casi serán 3 años…es por eso), en mi mente digamos que “inocente” y muy agradecida hacia los infortunios presentados por la vida, me topé con ese tipo de personas en las que “das todo por ellas y al tope se van”…

Aquel me había hecho comprender de algún modo que no deberías dejar que tu “felicidad” dependa de algo o de alguien. El resto tú lo deduces (hablando por la pregunta del “por qué”) y si no a lo largo de la aventura entenderías ya que siempre es a las buenas o a las malas.

Así es hay dos cosas aquí que ni siquiera se acomodan a algo que llegaría a escribir pero daré a entender para no sentirme excluido (considerando que odio ser interventor de lo que escribo como si todos mis personajes fueran domables, por eso estudiaré química, la química es fácil y estúpida para aquel que la ama…odio escribir).

Ya es un error darle una función personalizada a las comillas “-” que como tal sirven para las intenciones que me gustaría te encargaras tú de comprender, por ocasiones es difícil identificar para qué las uso ya sea el sarcasmo o establecer exageraciones o metáforas o disminuir su verdadero significado conceptual…
Sé que eso es un juicio que sale de mi poder porque yo mismo me entiendo (sentidos coloquiales), es mejor que se interprete como se pueda.

Esto es aún más complicado que lo de las comillas, antes que nada constatando que odio escribir y de interferir en la historia que sale, trastornaré empezando que abuso de dirigirme a las relaciones estrechas entre el lector y lo que un vagabundo escribe, ahora que saldrá todo como se me de la gana seré tan imprudente como pueda. La razón se da por que tenía una intención de mártir escribiendo en los años 70’s pero fracasé con la introducción de mi pequeña historia y ahora parece una reseña de un libro que una niña de 12 años llegaría a leer.

II

Me desvié, vaya intención…quedé un poco distraído después de dar mi discurso sobre cómo pelar una naranja y cortarse los dedos en el intento. Mi conclusión tangente pienso que erradica en la voluntad (mi fracaso de historia tal vez inicie dentro de poco). Demostrar que no es del todo cierto que no deba dejar que mi “felicidad dependa” de algo o de alguien, eso es tergiversado en cuanto a la experiencia:
—Ni que tuviera 6 años.
—Actúas como tal.
—¿Qué crees que sea más fácil?
—¿Sobre qué?
—…¿Darles una “verdad” a aquellos que más creen en ella? o ¿decir la verdad misma sin lograr nada?
—¿A qué viene el caso? eso no te salva de la decepción.
—Yo no busco pretextos o excusas.
—Demuestras lo contrario.
—…Es…estúpido. Una mentira colectiva es una verdad y si uno piensa en la verdadera, sería una mentira…es más fácil obviamente decirle a la gente lo que quiera escuchar a causa de su “orgullo” o “dignidad” (como lo quieras llamar) ya que lo convences de que tiene la razón y aunque no lo quiera reconocer por muy buena persona que sea aumentas su “ego”, mientras que si dices una verdad en la que todo está demostrado y no queda más acto que el de creer por parte del otro, ese control sale de mis manos y…
—Deja de confundirme con tus frases baratas de cajón, no eres Borges.

Respeto a las mujeres, y lo que pasa por mi cabeza nunca nadie lo sabrá.

—…No son frases de cajón, y lo que quería decir sinceramente es que me da pereza luchar por “ti” porque me aburriste.
—¡Hablador!, ¡Vete a la…ya sabes donde!, ¡Siempre te mandan ahí!
—Sí.
—¡Hablador!, eres solo palabras…¡mentiras!

No me aburrí, si existiera “merecer” dentro de las prácticas sociales, es bueno decir que las amistades durarían menos de 3 horas. Aún así como es mi libro, yo hago lo que quiera con él…es entonces que pienso que no merece saber lo que pasa y por eso le digo que me aburre, porque no merece saber la “verdad” y es divertido.

Tú enloqueces a todos, te haces ver mal y es gracioso que pienses que aquellos que afirman “conocerte” piensen en que la base y fundamento de la vida es tu reputación: “—Hey, es su reputación.
—Sí, al fin y al cabo es su reputación.
—Tiene una reputación de tabla que nadie raya…buenos días.”

Si te conocen obviamente sabrán que eso es lo que menos interesa, lo que importa es comer 3 litros de helado sin que tu familia te saque de la casa para buscar un empleo de medio tiempo y darte un sustento con el que debes aportar a la casa para que al final todos compren un pote de helado de 3 litros y entre todos se lo coman…esto quiere decir que si no te interesa tu reputación, estás obligado a compartir tus 3 litros de helado y te entristece el quererlo para ti solo.

Así es, el no interesarte te hará menos egoísta al mundo y más egoísta a lo que el mundo ve de el mundo con relación a ti pero bueno, como la gente afirma “conocerte” sabe que lo que más te preocupa es tu reputación y eso les da un alivio al creer que “el karma” te está haciendo un mal que tú mismo causaste por el daño que les hiciste.

Eso pasa por que no demostraron que merecían saberlo todo, es como matar a Santo Tomás de Aquino por robarle dulces a un niño de 6 años, por esto señores la gente hace fila en la lavandería para lavar 3 trapos y un par de cordones.

Es gracioso, parecería que me desahogo con mi personaje sobre mis “problemas de trenes a movimiento uniformemente acelerado” y surge un tercer problema: Como es mi libro y hago lo que quiera con él, ya era de esperarse que me arrebatara el personaje también. Odio escribir, en especial cuando sabes que lo que escribes va con expectativas de que alguien lo lea y según los canales de televisión de cable deportivos dicen sintético cuando algo en el libro es esperado, te aburre y lo dejas de leer. También era de esperarse que aquel que sabía cómo salir de Narnia pero no cómo entrar se robara al personaje del “libro” que está escribiendo.

Me temo que no es así, mis “problemas de trenes a movimiento uniformemente acelerado” (ya soy mi personaje, si hablo con diminutivos, es porque “soy así” en el libro que yo escribo, y ya pasa una locura que esto sea un “mesiario” no soy tan tarado como para escribir algo todos los días) son contados como ejemplos que podrían refutar el simple hecho de “depender” (y lo de la “felicidad”…ya se sabe) mientras que disfruto de acordarme sustancialmente en lo divertido que es mentirle a todos.

Grandiosa introducción, ¿no crees?

La Parábola del Mentiroso y su ADNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora