Miró con fastidio el reloj cerca de su cama, eran pasadas las cinco de la mañana, la ansiedad no lo dejaba en paz obligándolo a despertarse muy temprano. Jimin y él se habían sincerado el día anterior, habían acordado una cita, pero se sentía realmente nervioso por lo que pasaría, trataría de dormir un poco para no malograr su imagen y verse bien frente a la persona que le gusta, ahora sólo faltaba rogarle al cielo para que nada arruinase ese día.
Cuando despertó nuevamente, estuvo pensando en qué lugares serían buenos para tener una cita con Jimin, se arregló ilusionado como una colegiala enamorada que espera por su novio, novio, sonrió ante la idea de algún día llamar así al castaño, con ese pensamiento en mente arrancó el auto hacia la casa de Jimin.
Habían pasado cuatro horas, la primera acción del día era desayunar juntos, por eso se encontraban en una cafetería de la ciudad, sencilla pero bonita, el lugar por fuera estaba decorado por tonos rosa pastel y melón con algunas frases de cajón en cursivas cubriendo gran parte de las paredes. Entraron al espacio y la campanita de la puerta se encargó de anunciar la llegada de los nuevos clientes, el ambiente adentro era similar, una combinación de tonos blancos y rosa pálido con el característico olor hogareño y acogedor, visualizaron alguna mesa vacía para poder sentarse y cuando la hallaron se dirigieron con calma hacia el sitio, uno frente al otro, sin dejar de sonreírse tomaron asiento en las decoradas sillas. Minutos después una sonriente chica de cabellos rubios y delantal se acercó hacia ellos para tomarles la orden. Ordenaron, comieron, charlaron, y cuando todo estuvo devorado pagaron, bueno, en realidad pagó Jeongguk, porque él no quería que su hyung gastara en nada.
Seguramente el medio día estaba cerca, llegaron al auto de Jeon y este abría la puerta del copiloto para que el pequeño castaño ingresara.
─ Hay un lugar que me gustaría mostrarte ─ mencionó luego de subirse al auto y cerrar la puerta.
Jimin le echó una mirada encontrándose con su rostro.
─ ¿Sí? ¿Cuál es? ─ preguntó con sus ojos brillando de curiosidad.
Jeongguk sonrió, Jimin creía que no era su culpa, aquellos que no creen en la magia es porque nunca lo han visto sonreír.
─ Está un poco lejos, puedes dormir en el camino para ahorrar fuerzas, hyung ─ tomó las manos de Jimin con calma dejando pequeñas caricias.
El castaño frunció levemente el ceño.
─ ¿Ahorrar fuerzas? ─ su rostro era confusión, pero le resultaba curioso ver a Jeongguk actuando de forma misteriosa.
─ Sí, las vas a necesitar ─ le guiñó un ojo y por fin puso el auto en marcha, partiendo del lugar sin opción a protesta.
✎﹏﹏﹏
Las flores y el pasto les llegaban casi a las rodillas, competían por quien llegaba más rápido a una meta invisible, corrían en círculos gritándole al viento, luchando contra sus molestos cabellos que les impidían ver con claridad, no había un ganador, solo una pequeña cabaña que veía desde lejos el desastre que le hacían a su preciado jardín, las margaritas estaban contentas, se movían de un lado a otro, contándole a la hierba cualquier travesura que hayan hecho, sus pulmones estaban en modo avión, porque al parecer ni siquiera ellos querían interrumpir ese momento.
Cuando por fin el cansancio los atrapa, caen de espaldas sobre la hierba, rendidos, inamovibles, ambas respiraciones son frenéticas, todavía hay adrenalina en sus cuerpos, pero prefieren reposar.
Jeongguk es el primero en hablar.
─ Pide un deseo ─ su aliento es irregular, le sonríe al sol que ha estado atento a ellos todo el día.
Las flores huelen como el cielo, pero las nubes se ganan el protagonismo, porque danzan lento, quizás alegres de que dos almas libres les contagien un poco de su felicidad.
─ Que los momentos contigo sean eternos ─ dice Jimin, y también sonríe hasta más no poder.
En el país de nunca jamás ellos serán siempre, porque así lo quiso el destino.
─ Hyung, quiero preguntarte algo, tú... ─ se quedó callado por un momento recibiendo al viento en su nariz ─¿Quieres ser mi novio?─ giró su rostro lentamente para encontrarse con la mirada de Jimin.
─ ¿Bromeas, verdad? ─ soltó incrédulo por la pregunta.
─ ¿Qué?. Pero... ─ y una pizca de temor aparece en sus ojos, pero antes de que cualquier cosa los interrumpa, Jimin habló por él.
─ Esperé mil años a que dijeras eso, porque estaba seguro de que yo sería incapaz de pedírtelo, es obvio que quiero, ¡Claro que quiero! ─ y sin más, se lanzó a sus brazos asegurándose de que esta vez no huya.
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Platónic eyes 국민 Kookmin minific [𝙚𝙙𝙞𝙩𝙖𝙣𝙙𝙤]
FanfictionJimin es el amor platónico de Jungkook. |🖇saga "bullet totheheart": libro 2 →Jungkook top →Jimin bottom →fluff. →capítulos cortos © ; HoseokDope 2020. Si está leyendo este contenido fuera de wattpad, por favor, tenga cuidado con su dispositivo.