C A P Í T U L O 14

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CAPÍTULO 14

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CAPÍTULO 14.
"Culpa".

Dos semanas.

Dos semanas donde veo sangre en todas partes.

Dos semanas donde escucho disparos.

Dos semanas donde parezco una zombie.

Dos semanas en las que me encierro en mi armario y lloro.

Dos semanas semanas teniendo esos sueños raros otra vez.

¿Qué se hace en un momento así? Mis amigos no me hablan y yo tampoco hablo con ellos. Leo se la pasa con Paula y yo no supe desde que momento comenzaron a ser tan cercanos. No salgo de mi habitación si no es necesario. Casi no como, mi garganta está cerrada. Todo el tiempo me siento observada. No hablo con Ramsés, le he estado aplicando la ley del hielo y tampoco es como que esté mucho en casa, algo allá afuera lo mantiene ocupado todo el tiempo.

—¿Hay alguna pista nueva? —pregunté aunque sabía la respuesta, sólo muestro interés de una forma obvia. Quiero romper el silencio.

—No.— negó el Señor Dallas que tiene un enorme parecido a su hija, en el color de ojos, piel y cabello. El hombre más estricto y a la vez cariñoso con sus hijos que alguna vez hubiera conocido.

—¿Ustedes recuerdan algo nuevo? —preguntó esta vez la Señora Dallas, es castaña, morena y ojos azules verdosos. La mujer más relajada que he conocido, tanto que la comprensión hacia sus hijos va demasiado lejos a veces.

Tanto Samantha como yo negamos. Noté que la señora comenzaba a rascarse los brazos con fuerza en una señal de desesperación y frustración.

Por alguna razón siempre se me ha dado muy bien simpatizar con las personas a mi alrededor y esta no sería una excepción. Así que tomé sus manos para que dejara de lastimarse, al mirarme le sonreí reconfortante.

—Volverá con ustedes. —aseguré aunque fuera mentira.

Tal vez era lo que ella quería escuchar. En un momento así todos necesitamos escuchar lo que queremos aunque no sea verdad, nos hace sentir mejor y es lo que merecemos absolutamente todos, estar mejor.

Tomó mi mejilla y me dio un abrazo lleno de tristeza, sin fuerzas pero aferrándose a algo, como si encontrara un poco de su hija en mí. Le devolví el abrazo al instante pero en forma de apoyo, segura y firme a pesar de que no me siento así, quiero echarme a llorar en el suelo pero debo ser fuerte por la familia de Irene, si necesitan apoyarse en alguien que sea en mí.

Vi a los dos hermanos bajar las escaleras mirándonos sin mucha importancia y cierto odio. Stephen, es el mayor con 22 años y carga a Luther de 8 años. Ambos fingen que no hay más personas a su alrededor y van directo a la cocina.

El Diablo Es El ReyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora