Capítulo XI

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¡Muchas gracias a la gente que deja comentarios y sigue la historia!

Disclaimer: The PowerPuff Girls o cualquier personaje de esta historia no son de mi propiedad.

No se si haga falta avisar puesto que está en la descripción, pero... ¡¡CUIDADO, CÁPITULO CON LEMMON ALGO MÁS EXPLÍCITO!!

Listo, empecemos hehe

Capítulo 11. Después de la cena...

Las farolas de la calle se habían encendido hace un par de horas cuando el cielo comenzó a oscurecerse. Por un gran ventanal de uno de los tantos edificios del centro de la ciudad de Townsville se podía ver a una pelirroja con poderes flotando de un lado a otro bastante agobiada.

—¡No sé qué ponerme! —gritaba mientras rebuscaba por su armario y terminaba descartando todo lo que veía. —He tardado tanto en hacer la cena que no me había fijado en que no estaba ni duchada... —tomó como último recurso un conjunto rojo de dos piezas algo suelto puesto que estaban en pleno verano y hacía un calor de mil demonios, primero optó por unas sandalias pero le parecía demasiado informal así que finalmente agarró sus tacones negros que la hacían parecer más esbelta de lo que ya era, se maquilló como mejor sabía y se arregló el cabello con un pasador de corazón amarrándolo en una trenza baja. Durmió a Holly y se sentó en la cama intentado relajarse un poco.

Se miró al espejo y observó cada detalle para darse cuenta de que igual se había arreglado demasiado.

—Quiero decir, es solo una cena normal entre amigos, tal vez debería cambi-

El timbre de la puerta sonó.

¡YA ESTÁ AQUÍ!

Como un torbellino las mariposas en su estómago comenzaron a revolotear de un lado a otro.

*

Con las manos algo temblorosas y después de estar como diez minutos delante de la puerta, finalmente decide que tenía que echarle valor y tocar. Aprieta el timbre y los nervios aumentan al escuchar el sonido de unos tacones acercarse.

Eran aproximadamente las nueve y media de la noche y él había tenido que correr porque si volaba iba a acabar despeinado y se le hacía tarde.

Recuerda como antes de marcharse de su casa, Princesa le grita como una energúmena exigiéndole que se quedara para cenar, pero peor se puso la cosa cuando este le dijo que seguramente no volvería en toda la noche. Princesa casi pierde los papeles al ver que se iba de casa para cenar a saber con quien y por no decir que iba más arreglado de lo normal que cuando solía salir por la ciudad, así que supuso que no era exactamente a sus amigos a quienes iba a ver.

A Brick poco le importaba todo lo que lo maldijera o llorara, él tomó las llaves de la casa y salió aún con los berridos de su esposa escuchándose a metros de la gran mansión. Estaba feliz porque, por alguna razón, tenía el presentimiento que esa noche no haría falta volver a casa después de comer y conversar un rato. Tenía un buen presentimiento, por que sino ¿por qué Blossom lo habría invitado a cenar?

*

Giró el pomo de la puerta con una lentitud que mataba mientras echaba un último vistazo a la mesa del comedor que estaba ya totalmente arreglada y con la cena servida lista para ser comida. Se esforzó demasiado para que quedara todo perfecto y sin ningún error al cocinar.

—Hola... —susurró la voz que tanto la estremecía.

—Justo a tiempo. —le sonrió levemente. —Pasa y siéntate, ya está todo listo. —se mordió la lengua, estaba tan nerviosa que les dio gracias a todos los dioses por no haber tartamudeado.

Rojo cual pecado (Blossick)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora