—Señor Sasuke, ¿a dónde vamos?—A un lugar para dormir.
Sasuke conducía con rapidez, sin soltar la palanca de cambios y siguiendo a la camioneta negra que parecía tener prisa. Pronto entraron a lo que suponía antes era un condominio residencial.
Sakura iba en el asiento de copiloto mirando sus manos que sujetaban el cinturón de seguridad sobre su estómago. Puchereó tentada a levantar la mirada, pero el mayor le había dejado muy en claro que no debía ver a través de los vidrios de las ventanas.
Su estómago rugió con fuerza y estuvo tentada a llorar, no lo hizo, porque su mamá le había enseñado a ser fuerte y esperar, y Sakura estaba segura de que si era paciente podría ver a su mamá de nuevo, y ella le haría de comer algo rico, porque esa mañana le había prometido que comerían algo especial.
De pronto el auto frenó de golpe, Sakura cerró sus ojos asustada esperando un golpe que no llegó, abrió sus ojos verdes viendo la mano grande de Sasuke sostenerla.
—No levantes la cabeza. —susurró el mayor.
—¿Q-qué pasa? —susurró también, sintiendo miedo de los ruidos que se escuchaban afuera, el azabache retiró su mano y la llevó de vuelta a la palanca de cambios.
—Quiero que cierres los ojos y te tapes los oídos lo mejor que puedas, no preguntes nada, solo hazlo.
Sakura asintió obedeciendo, segura de que Sasuke la protegería incluso si lo había conocido ese mismo día. Aferrándose a confiar en lo que era su único sostén.
Sasuke reprimió un gruñido y apretó el volante con fuerza. La camioneta que había estado siguiendo había frenado de golpe y no le había dado otra opción que hacerlo también, comprendió la razón cuando las llamas se levantaron incluso por encima de la camioneta.
...
—La puta madre que parió a esos imbéciles. —insultó el moreno con enojo, golpeó el volante e intento recordar otra forma de llegar a su escondite.
Frente a ellos había un gran incendio, podía ver al menos a unas cinco personas con armas blancas y de fuego luchando contra los muertos que los tenían acorralados en el fuego.
—¿Qué hacemos? —escuchó preguntar a Hinata, la miró y la misma enfrentó su mirada preocupada.
—Demos vuelta, encontraremos otra forma de llegar. Si nos quedamos no tardarán en dar vuelta hacia nosotros.
—¿Qué pasará con ellos?
—Ellos no son nuestro problema Hinata, tenemos que irnos ahora.
—Pasemos a través del fuego.
—¿A través del fuego? ¿Estás loca o solo es que quieres explotar? No pasaremos por ahí. —Kiba movió el volante y se dispuso a dar vuelta, miró a Sasuke por la ventana y le hizo una señal para que diera vuelta también, el hombre asintió y miró hacia atrás retrocediendo para darle pasó a la camioneta de la pareja.
Hinata mordió su lengua y sollozó culpable por escuchar los gritos de las personas que estaban dejando pelear solas atrás.
Pero Kiba estaba más preocupado por mantenerla a salvo a ella, así que apretando el volante avanzó, sin embargo, no llegaron muy lejos cuando escucharon una explosión detrás. Kiba volvió a frenar y volteó hacia atrás, Hinata estaba casi sobre el asiento intentando ver lo que había pasado.
El auto de Sasuke también había frenado, podían ver al hombre girado sobre el asiento piloto intentando de igual forma entender lo que estaba pasando. Entonces regresó su mirada al frente y avanzó hasta colocarse al lado de la camioneta de la pareja. Sasuke y Hinata bajaron sus ventanas para poder hablar.
—¿Qué fue eso? —preguntó la fémina. Sasuke sacó la cabeza por la ventanilla y miró hacia atrás mientras respondía.
—Creo que lanzaron una bomba, así es como debieron haber ocasionado el fuego, no creo que hayan sobrevivido.
—Pues yo creo que sí. —habló Kiba viendo como la figura de tres personas corrían en su dirección. —Eso o esas mierdas poke-evolucionaron porque se acercan jodidamente rápido.
—Deberíamos irnos, no sabemos si alguno está infectado.
—Estoy de acuerdo, aunque ahora tendremos que buscar otra forma de llegar al edificio.
—Lo que sea es mejor que quedarnos aquí. —Kiba asintió a lo dicho por Sasuke y estaba por arrancar de nuevo cuando Hinata lo detiene.
—Esperen, ¿no es esa Ten Ten?
—¿Qué?
—¡Esperen! ¡Por favor esperen! —el grito femenino hizo que tanto Kiba como Hinata abrieran los ojos sorprendidos.
—¿Qué demonios hace Ten Ten aquí?
—¡¿Hinata?! —la mujer de cabellos castaños gritó asombrada en cuanto estuvo cerca de ambos móviles. A su lado iban dos hombres, Hinata sintió sus ojos llenarse de lágrimas cuando reconoció a uno de ellos incluso a través de toda la ropa que éste llevaba encima.
—¿Shino?
—Mierda. —Kiba reprimió un gruñido y quitó el seguro de las puertas traseras para que los tres entraran. Detrás venían más de los muertos que parecían salir de la nada.
En cuanto escuchó que la puerta era cerrada aceleró con todo lo que daba la camioneta, Sasuke no tardó en seguirlo.
—¡Shino! —Hinata se lanzó a los brazos del hombre llorando, importandole poco la rapidez con la que su novio conducía. Kiba se carcajeó con alegría apesar de la situación.
—¡Madre mía, hombre, realmente eres tú! ¡¿Qué mierda haces aquí?! ¡Deberías estar a salvo en el refugio de tu familia!
—Me alegra ver que están bien, acababa de bajar del avión cuando todo se desató, tenía unos asuntos aquí y no tuve forma de regresar. —habló el hombre correspondiendo el abrazo de la mujer.
—Carajo, Shino, te dije que un día de estos te ibas a meter en problemas por tanto jodido trabajo.
—¿Y tú Ten Ten? —preguntó Hinata controlando sus sollozos pero aún así sin soltar el cuerpo de su mejor amigo. —¿También viniste por trabajo?
La castaña abrió los ojos y sonrió avergonzada. —Tristemente, de haber sabido le habría hecho caso a Neji y me hubiera quedado en la mansión Hyuga.
—Por lo menos ahora están con nosotros, ¿quién es él? —Kiba miró de reojo por el espejo al hombre que jadeba cansado sobre el asiento trasero.
—Se llama Shikamaru, venía en el avión conmigo, me ayudó cuando quedé atrapada en una tienda de regalos del aeropuerto, después nos encontramos con Shino y de alguna forma terminamos unidos a un grupo de sobrevivientes, aunque con la bomba nos separamos, espero que todos estén bien. —respondió la mujer intentando mirar por el cristal.
—Un gusto, soy Hinata Hyuga, y él es Kiba Inuzuka. —sonrió extendiéndole la mano, Shikamaru sonrió y le dió un apretón.
—El gusto es mío, nos acaban de salvar la vida.
—Realmente nunca me había sentido tan feliz de verlos chicos.
—Nosotros también, aunque ahora tendremos que buscar más comida. —mencionó Kiba bajando la velocidad e intentando averiguar que calles lo llevarían al departamento donde habían dejado a los dos adolescentes.
—Nosotros tenemos comida y agua en las mochilas. —sonrió Shikamaru.
—¡Y una buena botella de Sake que Shino y yo le robamos al líder también! —gritó la castaña emocionada. Kiba sonrió enormemente.
—¡Hombre, realmente nunca me había sentido tan feliz de verlos!
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Hasta el fin del mundo
Fiksi PenggemarY en el fin del mundo, ellos seguían queriendose. Y en el fin del mundo, seguían siendo los mismos. ☄Apocalipsis AU! ☄Kibahina (Kiba x Hinata) ☄Romance, drama, angst