Querida amiga imaginaria

Capítulo 3 El encuentro de mi fin

Desperté, bueno, en realidad sólo sabía que ya no estaba inconsciente pero a pesar de todo no quise estar cociente, no aún, motivo por el cual me rehusé a abrir mis ojos, sin incluir que los sentía pesados. Esperé algunos segundos para analizar todo lo sucedido, otra vez.

Escuché una voz, pertenecía a alguien aparentemente joven, su voz era suave y tranquila, se dirigía a alguien, articulaba algo pero no presté atención a sus palabras. Poco a poco sentí la necesidad de abrir mis ojos.

Los abrí tratando de adaptar la luz del lugar a mis ojos y luego dirigí mi mirada a una chica que estaba parada enfrente de mí. Era una chica con la que compartí en secundaria las clases de inglés, en realidad no recordaba su nombre pero decidí romper el silencio después de unos minutos.

-¿Qué haces aquí?- es lo primero que se me ocurre.

-Deberías de darme las gracias y callarte.- entona con su voz alga irritada pero sus ojos no daban ese aspecto, sus ojos delataban lástima y compasión.

-No sé por qué debería de...- no puedo terminar la oración, ella sabía por qué estaba aquí, ella estaba conmigo y obviamente el chico con voz suave hablaba con ella, ese chico es el ayudante de la enfermera de la escuela, lo recuerdo porque cuando no quería estar en alguna parte de la escuela de cualquier momento actuaba como si me doliera la cabeza y pedía un pase a la enfermería y ahí era cuando el aparecía y me daba una pastilla para el dolor, hacía que me acostara en la camilla y me durmiera. Bastante descripción para él. Ella estaba aquí conmigo porque ella me había sacado de ese cuarto, qué, ahora que lo pienso, era el cuarto donde guardan los artículos de limpieza, pensando ya en eso, ¿Por qué todos los chicos malos encierran a los débiles en cuartos con el contenido de limpieza? ¿Por qué no son más originales? bueno, yo soy la menos indicada para exigir que sean más originales en algo que me afecta. Espero unos segundos y después me armo de valor para cambiar la dirección de la conversación.- ¿Qué hora es?

-Las 10:45 am, apunto de que finalice la clase de inglés que, por causa tuya, hemos perdido, ¿Sí sabes que perder una clase es como perder las respuestas de medio examen?- noté que ella notó y siguió la dirección de la conversación y evitar las explicaciones, por ahora.

No sé por qué pero una sonrisa se asoma en mi cara, sabía muy bien eso, cada clase era una clave para su examen aunque no me preocupaba por eso, soy muy buena para la materia de inglés y no creo que me afecte tanto el no asistir a esa clase como a ella, aparte de que es el primer día de clases y ocupara la hora para presentarse, hacer que nos presentamos y ocupara lo que resta del tiempo para analizar el.comportamiento de la clase, eso a veces daba miedo. Decidí responder a su pregunta con otra.

-¿Cómo te llamas?

-Llevo tres años tomando la misma clase de inglés contigo y ¿No sabes mi nombre?- dice con una ligera entonación divertida.- Me llamo Alicia.

-Y ¿Por qué te encuentras aquí?- noté un poco de enojo en mi voz.- Perdón, no quiero ser grosera pero me parece algo raro ya que tú y yo jamás hemos hablado y no creo que de pronto hayas tenido la necesidad de buscarme, ¿Por qué en este preciso momento decides buscarme? ¿A caso viste lo que pasó en el pasillo? ¿Alguien más vió?-digo cada vez más rápido y cada vez sin menos aliento.

-Tranquila, en primer lugar déjame decirte que haces muchas preguntas.- dice con una mueca de ¿sonrisa? en su rostro.- En segundo lugar yo pienso que este no es el lugar ni el momento preciso para hablar de lo sucedido, lo único que te puedo decir esque te traje aquí y que nadie sabe más que yo lo ha pasado.

- ¿ Y entonces que les dijiste a la enfermera y a su ayudante?

-Ya te dije que haces muchas preguntas.- dice en voz baja y tranquila.- Sólo duerme otro poco y deja que se desinflame tu mejilla.

Había olvidado el dolor en mi cara en donde recibí una patada. De pronto sentí rabia, y no por lo que ellos hicieron, sino porque yo dejé que lo hicieran. Sabía que era una débil, una cobarde y una inútil.

Sentí también impotencia, ¿Por qué carajos no podía vengarme de ellos? ¿Por qué ellos solo me molestaban a mí? No quería ser la muñequita de trapo de alguien.

Me perdí en mis pensamientos y me dí cuenta que ya había cerrado los ojos y sabía, sin mirar que Alicia ya no se hallaba aquí conmigo.

No tenía sueño pero entre más permanecierá en la enfermería, más rápido se acabaría el día de clases.

Pensaba en todo lo sucedido, en los empujones, en la saliba escupida en mi cara, el golpe en la misma, cuando me encerraron. Quería llorar, iba a llorar pero algo me distrajo de mis actos próximos. Era algo y evidentemente alguien pero no sabía quién, pero traté sin dificultad de escuchar la voz.

No llores, Ellie, no sirve de nada, las lágrimas no borraran lo ocurrido ni tampoco lo curara, pero sé que puede hacer, y, sí me permites yo te ayudaré a lo que pides a gritos en silencio.

Me asusté, no sabía de dónde venía esa voz, abrí mis ojos para buscar a la dueña de esa voz, dueña porque tenía una voz aparentemente femenina. Pero no encontré a alguien cerca. Luego pensé que solo era una alusinación de mi cabeza y decidí dormir, sin saber a lo que me iba a enfrentar de ahora en adelante.