Ellie
¿Ahora me entiendes? ¡YO nunca les hice nada! Soporté cada insulto, cada uno de sus golpes y humillaciones en público, pero ese día iba a cambiar mi vida, te seguiré contando.
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Todo había cambiado, no estaba acostada en la camilla de la enfermería, en vez de eso me encontraba en un lugar oscuro, pero no era estrecho y no faltaba el oxígeno, lo único que podía notar era una luz débil sin saber de dónde provenía, caminé hacia ella obviamente porque esa tal vez era la salida de aquella habitación. Cuando llegué a esa luz sólo me encontré en otro escenario, un sofá se encontraba en medio del cuarto, percibí a una persona sentada, podía ver su espalda, me quise acercar pero no pude, me quedé atada al piso y ahí fue cuando empecé a sentir temor, mis piernas me temblaban, por un momento sentí que me caería pero eso no sucedió, en vez de eso escuché que la persona articuló alguna palabra que me fue imposible escuchar.
Pasaron segundos que parecieron horas y por fin me di cuenta de muchas cosas, Primero; no tenía que temer, porque si me quisiera hacer daño ya lo hubiera hecho. Segundo; yo me encontraba en la enfermería y no había recordado llegar aquí así que lo más probable es que estuviera soñando. Y tercero; este no era cualquier lugar, este era algún rincón de mí, porque el sofá que está en esta habitación lo recuerdo muy bien; con él me había refugiado, este mismo se hallaba en mi pieza, solía acostarme en él y llorar, casualmente este me hacia sentir mejor, la calidez y su constante tranquilidad me brindaba apoyo, lo sé, creerán que es un simple sofá y que de algún modo no debe de ser relevante en esta historia pero, no piensen antes de tiempo. Mi mente fue capáz de recrearlo, pero ¿Para qué? a menos que...
-Acércate.- otra vez esa voz que escuché antes de caer en este sueño, la persona que estaba sentada era la dueña de la voz, no cabía duda.
Iba a protestar ya que a mi encuentro de ella no podía moverme pero al mismo tiempo que había decidido hablar sentí que un peso abandonaba mi cuerpo, caminé con tranquilidad aunque deseaba correr y plantearme en frente de aquella persona, aguanté las ganas y me quedé parada atrás de ella.
Pude notar sólo una cosa, llevaba una sudadera negra puesta con la capucha en su cabeza, obviamente no iba a mostrarse.
Habló de nuevo.
-Sé como te sientes, sé cuanto sufres, he esperado la oportunidad para hablar contigo y dejame decirte algo.- pausó su discurso por unos breves latidos de mi corazón y prosiguió.- Perdón...- ¿Acaba de pedirme perdón? carajo, esto es cada vez aún más extraño, dejé de lado su vacilación y dejé salir mi aire al notar su mano apoyada en el respaldo, bueno, prácticamente no la noté, lo que pude divisar fué la terminación de su manga sin ninguna mano, o sea no había nada, no había ningún cuerpo, ¡NADA!
Abrí mis ojos y lo primero que hice fue tomar todo el oxígeno que mis pulmones me permitían, no sabía por cuánto tiempo había mantenido la respiración pero al sentir mis latidos golpeando mi pecho desesperadamente supe que tal vez algunos minutos.
Recosté mi cabeza en la pared, mi espalda sintiendo el frío que acumulaba la pared y mis piernas se hallaban entumecidas en la camilla, giré hacia mi derecha para poder mirar el reloj de pared, 12:04 pm, había dormido bastante, esperen, no dormí, los recuerdos de mí en aquella habitación pasaron por mi mente muy rápido pero claramente. Decidí levantarme pero una mano descansaba en mi hombro, subí mi mirada y la enfermera Inés me miraba dulcemente, sus ojos eran de color café fuerte, su piel era de un tono rosado, algunas ojeras se asoman por debajo de sus ojos, ella trabaja en un sanatorio para enfermos mentales por las noches, se ve de unos 35 años en ese aspecto.
-Hola corazón, parece que ya estas mejor.- me dijo con una leve sonrisa y sus ojos derramaban cansancio, prosiguió.- pero tu mejilla izquierda no puede decir lo mismo.- hizo una pausa y examinó mi mejilla, su toque era cálido, tardó unos segundos y decidió continuar.- he comentado a dirección que sería bueno que te dejaran salir por hoy temprano y sin duda me accedieron el permiso pero pidieron que pasaras a dirección.- oh oh, esto no era bueno.- piden que pases directamente con el director.
Finalizó y sus palabras al parecer me sorprendieron, claramente tendré que hablar con el direc pero el problema era ¿Cómo demonios ocultaré los hechos? no podía delatar a nadie, no podía y no debía, si lo hacía no quería ni pensar en lo que me harían. Una lágrima salió de mi ojo y apresuradamente la enfermera me dijo;
-Oh mi niña, tranquila, el dolor desaparecera en algunas horas, pero si quieres te daré algunos analgésicos para que calme tu dolor.- prácticamente su cara que puso después de sus palabras fue ésta (^-^) y al pensar en eso una sonrisa apareció, reprimiendo una risa baja.
Le dí las gracias y me apresuré a la recepción de la enfermería allí se encontraba el ayudante de la enfermera, estaba de espaldas y a decir verdad jamás me había fijado en su apariencia, era más alto que yo, su oscuro cabello era ondulado y estaba alborotado, llevaba una bata blanca, un pantalón ajustado, unos zapatos negros y...esperen, ¿Pantalón ajustado?.
Antes de seguir con mi vaga descripción, el chico se giro hacia mi y por fin decidí pensar; o ese golpe me dañó mucho la vista o realmente yo era muy tonta, por no decir otra palabra, para darme cuenta que ese chico era atractivo, una perfecta nariz, labios rojos y un poco más hinchados que los míos, ojos grandes con pestañas hermosas, el color de sus ojos eran de un café verdoso, él era...perfecto.
Estaba perdida en mis pensamientos, seamos realistas, una chica de 16 años que encuentra a una chico claramente guapo, con una, ¡Oh Dios Mío! una sonrisa hermosa, ¿Qué esperaban? ¿Que fingiera indiferencia? bueno tal vez, tengo que hacerme la desentendida.
Antes de terminar de salir de mis pensamientos el chico se dirigió hacia mí.
-Tus cosas las he puesto en el aparador .- solo dijo eso, genial, pensar que alguien podría fijarse en mí, que estúpida soy.
-Gracias.- digo irritada, mi enojo se notaba a kilómetros, caminé a lado e él y saqué mi mochila, gire y al pasar a su lado de nuevo sentí una punzada en mi estómago, decidí ignorar la y me propuse a salir de allí, antes de traspasar las puertas de vidrio hacia el pasillo escuché su voz.
-Me llamo Edd.
Decidí ignorar sus palabras y dirigirme directamente hacia la dirección, ahora solo debía concentrame en lo que iba a decir, ya que si cometo algún error en mi historia tendría consecuencias, consecuencias muy graves.
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Quiero aclarar algunas cosas, primero es que como recuerdan Ellie está relatando su historia, así que a veces ella va a interferir con algunos comentarios y cuando sean algo extensos aparecerá su nombre en negro y un comentario abajo.
Segunda cosa, tengo algunas faltas de ortografía pero trataré de corregirlas.
Tercera cosa, pido perdón si demoro mucho en el relato para que sólo abarque algunos minutos del día de la historia pero los pensamientos de Ellie son importantes para que vayan conociendo su carácter y así.
La verdad es que esta historia es hecha por mí, así que pido paciencia si la historia es monótona y rara, es la primera que hago y evidentemente elegí un tema difícil.
Me gusta mucho y se los agradecería si ustedes puedan votar y dejar comentarios, así como corregir me o decirme que les gustaría que pasara, claro si no es mucho pedir :3 Subo capítulos los domingos sin excepción, uno se me escapó de hora y lo subí en la madrugada de lunes pero los capítulos que subo entre semana serán casuales y más por las vacaciones, les deseo que se la pasen bien en esta época, duerman mucho, coman poco y amen demasiado xD.
Alguna duda o así pueden entrar a mi Ask y decirme la, aparezco como @AlinneTrujillo
Si desean pueden seguirme en Instagram, soy " tudimeali " doy Follow back :3Gracias por leer.
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Querida amiga imaginaria
Fiksi Remaja"No te preocupes, a ellos no les importas, no saben que existes, les eres indiferente, pero yo te puedo ayudar, confía, confía en mi, Yo te ayudaré a que sepan quién eres" No sé por qué pero confíe en esa voz que jamás había escuchado pero que me d...