Hermanos

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Sentí mi cuerpo sumamente pesado, más allá de la sensación de vacío en mi pecho, sino además de como era que otras marcas dolían. Es así que extendí mis alas poco a poco sintiendo la marca de azotes por toda mi espalda; es así que a su vez, podía sentir como las finas gotas de sangre carmín corrían por mi espalda.

¿Qué había pasado? ¿Porque mi cuerpo se sentía tan miserable con cada día que pasaba en mi desafortunada existencia?.

Decidí volver mi dirección a mi pecho, podía ver claramente las costuras recientes del mismo. Pasé una de mis manos por esa zona y sentí algo de electricidad dentro.

Recuerdo, yo lo recuerdo. El ángel, el maldito ángel me había hecho esto. Su nombre, David. Aún siendo mi "hermano" era claro que era un desgraciado sádico que no dudó en apuñalarme con esa maldita espada.

Tras haberme perdido en mi mente tratando de recordar es que finalmente oí la puerta de aquella sala tan blanca y pulcra que tuve que ver como se ensuciada con trozos de carne podridos y bastante sangre que brotaba de un ángel. Era el, obviamente; solo un lunático haría algo tan cruel y despiadado sin desafiar la realidad de Dios.

"Veo que sigues vivo, supongo que debí ser un poco más fuerte, Aunque seguro me hubiera metido en problemas con nuestro padre por tu asesinato"

Escuché como mi "hermano" comenzaba a hablar dando vagas explicaciones sobre mi condición de salud tras la perforación que hizo la hoja de su arma.

"En fin, vine a ver como te encontrabas, verás que tampoco es buena idea el acabar con mi hermano; irónicamente nuestro padre me encomendó a ti para que seas mi tutor y maestro en el área de combate contra los humanos. Ya por todo el cielo se saben los rumores de tus victorias y de tu desempeño en las masacres"

No sabía si sentirme ofendido o elogiado, tan solo lo miraba. ¿Porque Dios había creado a alguien así? Más allá de un ser con ese tipo de carácter, se trataba también de apariencia; mi hermano parecía ser bastante atractivo, unos ojos azulados brillantes, una cabellera de color castaño amarrado con un lazo de oro y siempre se vestía lo más similar como un humano. Viéndolo por primera vez no parecería un mal tipo, de no ser por ese horrible ceño fruncido y expresión de molestia que siempre tenía grabado en su rostro.

"Bueno, pues supongo que ya me viste lo suficiente, ya viste que estoy vivo, por lo que creo que ya te puedes ir de mi vista"

Mencioné bastante irritado por la presencia de aquel ángel. En un principio, incluso estaba bastante seguro de que trataría de golpearlo aprovechando que el lugar era pequeño y ninguno de los 2 estaba armado.

Fue entonces que me dejó totalmente sorprendido.

Tras haber oído claramente mis palabras, aquel ángel decidió mostrar sus alas, demostró que eran más de 2. ¿Eran 4 o 6? No importaba como tal la cantidad; sin embargo eso demostraba algo que me comenzó a preocupar bastante y que a su vez explicaba la victoria de él en el combate pasado. Se trataba de que el rango de mi hermano David, era el de un Serafín. Por eso me ganó, mi grado actual es el de un arcángel, definitivamente eso daba una enorme explicación.

Pero seguía sin desaparecer mis dudas en su totalidad. ¿Porque Dios me diría que debía de entrenar a un Serafín? No tiene sentido, a no ser, que quiere que le enseñe como liberar sus habilidades especiales.

Si mi memoria no me traiciona tanto, creo recordar como en aquel duelo que tuvimos, el no usó mucho sus habilidades, fue más mano a mano.

"Creo que ahora tenemos un problema Baalberith, después de todo, verás que no soy alguien con quien puedas meterte sin esperar algún tipo de conflicto. Te aconsejaría que trates de bajarte de tu alto pedestal de mármol y me ayudes para ser todavía mejor"

No puede estar hablando en serio, era imposible de creer. ¿Que habré hecho para merecer este castigo de Dios? ¿Será que finalmente me dio un nuevo castigo por haber cometido tantos errores en el pasado? ¿Y porque vivo en la desgracia?

"Mira David, no creo ser el indicado para poder instruirte en el combate, se ve que tienes muchas capacidades para poder defenderte por tu propia cuenta"

Lo miré terminando mi oración a medida que me levantaba de la cama, caminé a un baúl para tratar de buscar alguna prenda que me fuese útil; sin embargo, antes de poder tan siquiera acercarme lo suficiente al baúl, fue que sentí un mano tomarme del hombro; ésta misma me giró de golpe para recibir un puñetazo directo en el rostro que me dejó desorientado.

"Eres un maldito. ¿Te a través a desafiar la palabra de Dios? Porque si es así, puedes creer que acabare contigo. Anda, ponte en guardia y trata de hacerme daño, quiero ver como tratas de lastimarme o siquiera tocarme"

Lo miré sintiendo la sangre brotar de mis labios. Es así que tras escuchar sus palabras, sin más opte por darle una patada en la rodilla y tras ello es que atrape uno de sus brazos, para finalmente dar un gran impulso y azotar lo contra el suelo.

Sin darme cuenta mi ojo donde tenía la marca del pentaculo comenzó a brillar.

Lo tomé del cuello con una fuerza bastante alta y por ello es que le di un golpe en el abdomen con tal fuerza, que David salió impulsado contra el muro agrietandolo. El Sonrió y comenzó a reír un poco.

"De eso hablaba, es fabuloso. En ese caso creo que te interesará saber que ya tenemos un trabajo para comenzar"

¿Un trabajo? ¿Acaso Dios tiene una nueva inconformidad o ira contra la humanidad de nuevo?...

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