。✿: ¡jalea y mantequilla de maní!

4.2K 477 83
                                    

La historia de cómo se conocieron Seungmin y Jeongin es un tanto común, como cualquier otra, pero eso no quita lo divertido. Ambos omegas eran como la jalea y la mantequilla de maní, una combinación sin duda un poco extraña, pero, sin embargo, igual de buena.

Fue una mañana donde Seungmin se encontraba caminando por los pasillos tranquilamente, dispuesto a ir a su clase de matemáticas, cuando escuchó un estruendo y giró la mirada curioso como muchos estudiantes que pasaban por ahí. Era un omega, de cabello castaño y con aparatos en sus dientes, estaba siendo intimidado por dos alfas de los cursos mayores que evidentemente le doblaban en altura. Nadie dijo ni hizo nada ante la escena, era muy común, y nadie se atrevería a meterse.

Seungmin pensó que eso era injusto y quiso intervenir, pero fue jalado por Yeji, que estaba cerca.

–No te metas. –Murmuró la beta, mirando atentamente la escena.

–¡Es que es injusto! –Chilló–. Ellos le van a hacer daño a ese omega.

Yeji se rió como si le hubieran contado el chiste más gracioso de su vida, eso hizo que la mirara extrañado. ¿Qué era tan gracioso?

–¿Acaso sabes quién es ese omega? –Al ver como el otro negaba, suspiró–, bien ese omega es Yang Jeongin, es de los cursos menores, pero no te dejes engañar de su apariencia adorable.

–¿Por qué lo dices?

–Tú solo mira y entiende.

Entonces, Seungmin contempló atentamente como Jeongin hacía un puño con su mano y lo estampaba varias veces en la nariz de uno de los alfas, hasta que su mano estuvo salpicada de sangre. Después, pateó la entrepierna del enorme alfa viéndolo encogerse de dolor en el suelo.

–Más te vale no molestarme nunca más, cabrón. –Dijo, escupiendo en el suelo, cerca de donde estaba tirado aquel alfa y luego miró al otro. –¿Y tú qué? ¿También quieres que te deje así?

El otros negó y se fue corriendo por los pasillos. Inmediatamente todos volvieron a lo suyo, en tanto el pequeño omega se acercaba a Yeji.

–Otra vez lo mismo. –Dijo divertida la castaña.

–Sí, no se cansan. –Murmuró, observando brevemente al otro omega.

–Soy Seungmin. –Se presentó sonriendo.

–Jeongin. –Dijo simplemente.

Y ese fue el inicio de su amistad. Conocer a Jeongin fue una total montaña rusa de emociones, comprendió entonces que el omega había sido criado de esa manera por su padre, quien no quería que su hijo se dejara pisotear nunca. Yang siempre mostraba esa faceta dura frente a todos, Seungmin lo había visto varias veces dejando a los alfas en el suelo retorciéndose de dolor, Jeongin le habia confesado incluso que para enfrentarse a ellos usaba tapones en los oídos para evitar sucumbir ante la voz de mando, sin embargo, aunque Yang se mostrara tan valiente siempre, tenía sus momentos de debilidad.

Esos momentos donde solamente quería que alguien lo abrazara y le diera ese amor que muchas veces se le vio negado y entonces ahí estaría Seungmin, con una agradable sonrisa, esperando que el otro se lanzara a sus brazos para mimarlo. Juntos vivieron momentos bonitos pero también momentos malos.

Como ese día donde en una fiesta, un alfa quiso abusar de Seungmin, él se recuerda a sí mismo, llorando y gritando por ayuda, también recuerda a Jeongin llegando, enojado, tanto que desprendía un picante aroma a canela; lo recuerda golpeando tan fuerte a aquel bastardo, tanto que tuvo que separarlo para evitar más problemas. Ese día Jeongin se rompió, y lloró en sus brazos, mientras veía los anillos en sus dedos manchados de sangre, le confesó que su madre alfa había abusado múltiples veces de su padre omega, y él siendo apenas un niño había presenciado aquello; y fue cuando su papá decidió enseñarle a defenderse.

Esa noche, Seungmin le prometió a Jeongin que serían amigos por mucho mucho tiempo. Actualmente, la promesa sigue intacta.

Ellos eran como la jalea y la mantequilla de maní. Sí, lo eran.

𝐓𝐎𝐔𝐂𝐇 𝐈𝐓.⌇❐⚘༉‧₊˚𝐡𝐲𝐮𝐧𝐦𝐢𝐧𝐛𝐚𝐧𝐠。Donde viven las historias. Descúbrelo ahora