Plomo, hierro y venganza.

Capítulo 5.

BARROTES.

Descubrí que en realidad no todo es tan malo en estas celdas. Al fin y al cabo, puedo ver a Petter durante los descansos y las prácticas, aunque no podemos hablarnos de ninguna manera, el sólo hecho de saber que el otro está allí es reconfortante. También me pusieron en la misma celda que Annie y Magda en S.E. -Seguridad Escasa- , así que no me quejo mucho. Lamentablemente a Matt lo pusieron en los S.C. -Seguridad Controlada- , ya que puso resistencia. Somenett... la primer semana estuvo con Matt, pero luego lo tuvieron que poner en S.R. -Seguridad Rígida- ya que intentó agredir a un guardia mientras iban hacia su cuarto; lo hizo con agua hirviendo, que sacó del baño y se guardó en una bolsa; de todas formas si se comporta lo volverán a poner en S.C. en dos o tres semanas. Simon... él no sobrevivió a la emboscada en la biblioteca, lo mataron a sangre fría por empujar a un guardia, que para su mala suerte terminó cayendo encima de una pila de libros que había en el suelo y murió. Magda está devastada, y ahora tiene aún más odio hacia los Azules que antes.

Por otra parte la vida acá es... la mierda misma, nos someten a torturas, como electroshock e intentos de lavarnos el cerebro repitiéndonos imágenes una y otra vez, también nos obligan a golpear nuestros compañeros a cambio de comida, y nos hacen matarlos cuando son demasiado rebeldes. Tengo miedo que Simonett sea tan imbécil como para terminar siendo fusilado. Tengo miedo de que si pasa, tenga que ser yo quien lo mate.

Del resto no sabemos mucho, los mandaron a otra cede.

¿Lo peor? Las noches. Nunca se sabe cuándo un Azul te va a llamar y tendrás que ser su puta a cambio de mantenerte con vida. Hay chicas que llevan aquí más de tres años y nunca las han llamado, pero hay otras que a la primer semana ya fueron solicitadas por uno o varios de ellos. Tampoco se sabe cuándo algún compañero va a intentar aprovecharse mientras estás durmiendo. Además hace frío, y no te dan mantas, a menos que seas parte de los privilegiados con contactos, o que hayas vendido al resto de tu grupo a cambio de un buen trato, como sospecho que hiciste, Trevor.

Apuesto que tu vida no se compara en lo más mínimo con la mía, ¿verdad?. ¿Valíamos lo mismo que una manta para ti, Trevor?. Que injusto. Pero bueno, si las injusticias no existieran, yo no estaría aquí, alejada de Petter, de mi madre, de todos a quienes quiero, el pueblo no se moriría de hambre, no tendríamos que darles nada a los de arriba a cambio de nada, las cosas serían diferentes, no habrían jerarquías, no existirían los de arriba y los de abajo y los de en medio, no nos matarían por pensar diferente, ni tampoco nos torturarían por ello, tampoco por ser o vestir de una determinada forma. Pero, Trevor, las injusticias existen, y son grandes.

Pero no te preocupes, van a cambiar. Muy pronto, todo va a cambiar. Sólo espera.