HUECO.
Viento. Sudor. Una remera negra pegándose a mi cuerpo por la mezcla de hojas, arañazos de ramas secas, viento y una carrera por la vida con una consecuente transpiración.
Los sonidos de la selva amazónica impregnan mis tímpanos y me recuerdan que esta no es una simple carrera, que si no gano seré mandada a la hoguera, que si no gano entre los primeros tres puestos seré mutilada, que si quedo entre esos tres podré comer y no seré asesinada mientras escucho los lamentos y plegarias de los que me acompañen.
Probablemente no entiendan mucho de lo que está pasando, se preguntarán ¿qué ocurrió con los demás?, ¿dónde están?, ¿qué pasó con el lugar en donde estaba recluida?, ¿y Trevor?, ¿qué está pasando?. No se desesperen, estamos vivos y salvos (o todo lo que se pueda en este rincón del inframundo en el que nos encontramos), han pasado tres meses desde la última vez que escribí aquí, y déjenme decirles que han pasado millones de cosas:
Magda dejó de hablarnos por completo así como también de mirarnos o juntarse con nosotros y comenzó a hacerlo con gente nueva; y no me malinterpreten, no soy absorbente y tampoco me molestaría que haga nuevas amistades si estas no fuesen tan.... peculiares, y con "peculiares" me refiero a gente dura, de esas que son capaces de clavarte un puñal en la espalda no sólo figuradamente sino literal por el simple hecho de divertirse con tu cara de sufrimiento o de tu tormento, esas personas capaces de meter el dedo en la llaga cuantas veces se les antoje y porque se les da la gana, de esas que una vez que te clavaron la daga la retuercen en el interior en infinidad de direcciones e infinidad de veces, las malas lenguas hasta dicen que los guardias los tratan diferentes no sólo por sus contactos sino por el temor que imparten en donde estén. Se preguntarán, ¿qué clase de rebeldes son esos y porqué no están en los S.R. o algo parecido?, la realidad es que ellos no son rebeldes ni nada por el estilo, son nada más ni nada menos que unos rufianes mafiosos, que lideran, manejan y distribuyen casi todo negocio sucio en casi cualquier lugar gobernado por los de Arriba (es decir, no hay lugar en donde no lideren).
Simonett sigue igual de idiota que siempre, pero se hace el manso frente a los guardias sólo para que no lo devuelvan a los S.R. (y es que su experiencia allí fue tan desagradable que es capaz de vender su alma al diablo sólo para no volver a pisar ese lugar nunca más en lo que resta de su estadía aquí).
Peter y yo nos seguimos viendo sólo de a ratos. Ratos milagrosos que poco a poco se han ido convirtiendo en los rayitos de luz de mi día a día en este infierno.
Annie por otra parte está más desquiciada que nunca, dice delirios a toda hora, dice cosas como "hoy no vendrán, pero dentro de 60 días llegarán y terminarán con todo" cual cuenta regresiva, o "ellos no lo saben, ellos no saben nada, pero hay un hueco, un hueco que primero era tan ínfimo que parecía una pequeña imperfección que se podía maquillar un poco y ni se notaba, pero ahora es tan grande que es imposible de tapar con nada, nada lo puede tapar", y cada vez van en aumento, pero es comprensible, luego de su primer mes en el centro la llamaron y volvió luego de dos semanas, llena de moretones, cortes, todo el pelo revuelto, un ojo morado, un par de huesos rotos y en un completo estado de shock que la dejó sin habla por dos semanas más. Sólo ella y quienes le hicieron todo eso saben qué diablos le hicieron cuando estuvo donde sea que la tuvieron. Malditos, un día pagarán por todo esto.
Matt... Matt sigue siendo Matt.
De Trevor no he vuelto a saber nada. Tampoco es que yo haya Preguntado, sinceramente entre menos de él sepa, mejor. Lo único que sé respecto de él es que lo odio cada día más. Cada vez que veo y siento lo que nos hacen mi odio hacia él es lo único que sigue en pie, lo único que hace que no me derrumbe por completo. Curioso, ¿no?, incluso sin quererlo él, de una forma u otra, sigue siendo el único que me mantiene a flote. Imbécil.
Para mi asombro, no han vuelto a llamar a nadie después de Annie.
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Plomo, hierro y venganza.
Teen FictionCreyeron que no nos dábamos cuenta de nada de lo que estaba pasando. Creyeron que nos conformaríamos. Creyeron que podrían vulnerar nuestros derechos, alguna vez existidos, y que no habría consecuencias. Creyeron. Creyeron. Y siguieron creyendo... ...