Lara Benson (17)

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Escribí la carta más larga que he escrito en toda mi vida apenas ayer por la noche

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Escribí la carta más larga que he escrito en toda mi vida apenas ayer por la noche. Tenía una destinataria fija. Fija y muy hermosa. Y por fin se lo voy a decir. O por lo menos se lo dirá mi carta.

"Me gustas mucho, Mía Fabiola Ramírez Castro", así empieza.

Y luego continúa, por supuesto. Pero fue muy complicado hacer que continuara.

"Empecé a escribir esta carta muchas veces anoche durante alguno de mis acostumbrados cuadros de insomnio. Mis padres dicen que el insomnio se debe a que no hago más que estudiar, pero opino que no tiene nada de malo esforzarse un poco por lo que uno quiere. En fin, la idea era expresar de forma más o menos amena que esta carta es el intento número trescientos cuarenta y nueve o algo así, pero veo que mi sentido del humor en estas circunstancias es nulo, no puedo ser graciosa bajo presión, de hecho, no puedo ser graciosa incluso cuando estoy tranquila.

El hecho es este: usualmente la redacción no es un deber para mí. Disfruto escribiendo y las ideas acuden de mi mente a mi mano en menos de lo que canta un gallo. El hecho de que mis funciones en este momento estén siendo suprimidas es... algo así como tu culpa.

No, no te estoy culpando de nada, de hecho, debería tachar eso, olvídalo, no es que tengas la culpa... es solo que... me gustas mucho. Nunca me había gustado nadie en toda mi vida como me gustas tú, y... estoy muy asustada. Me dominas como nadie en la vida lo había hecho.

No pretendo, ni quiero asustarte.

En primer lugar, hola.

Creo que empecé mal y te lo dije todo de golpe y sin anestesia. Se supone que escribir una carta es una oportunidad para corregir los errores que cometerías hablando, yo lo estoy echando a perder de manera épica.

Me presento, por favor.

Sé que me conoces, pero eso solo es de vista, y no me conformo. Y ya que dudo tener la capacidad de hacer algo como esto en el futuro cercano, lo haré ahora que las cinco tazas de café expreso me dan la valentía suficiente.

Hola.

Soy Lara Gemma Benson, tengo diecisiete años (pero recién cumplidos, aún me falta un año para concluir la secundaria) y voy a la misma escuela de la que acabas de graduarte. Probablemente eso ya lo sabías, ya que a veces incluso me saludabas por los pasillos. Pero siento que esto es lo que te hubiera dicho si alguna vez me hubiera atrevido a hablarte y tratar de decirte quién soy.

Tal vez no lo recuerdes tú, pero yo sí. Recuerdo con exactitud cuándo nos conocimos.

Nos conocimos en una sala de conferencias de la escuela, en un concurso académico. No, no fuiste tú quien participó. Fue tu hermano menor, Franco, el que va en mi salón. Toda tu familia estaba ahí. Tu padre, tu madre y todos tus hermanos. Se sentaron justo junto a mis padres, que me estaban saludando desde el público y sacándome todas las fotos que las memorias de sus teléfonos soportaran.

Cuatro de agosto © [MEMORIAS #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora