Jungeun veía televisión mientras Jinsol estaba feliz con la pequeña niña dándole de tomar biberón, cuando terminó se durmió en sus brazos.
-Sabe que tú eres su mamá.- Sonrió Jungeun.- Se nota que Yerim te quiere muchísimo.
-Yo también la quiero mucho.- La pelinegra miraba dormir a la bebé en sus brazos.- Es muy hermosa...
-Tecnicamente te estarías alagando a ti misma por que la pequeña es parecida a ti.- Largo una risa.
-Deja de mentir, ella se parece muchísimo a ti también.- Jinsol respondió inflando sus mejillas.-
-Ay, me encanta cuando eres así...- Se levantó del sofá y camino hacia ella colocándose en frente y dándole un rápido beso en los labios.
-No cambiaste en nada, sigues siendo insoportable.- Se reía la pelinegra.
-Eso es propio de mi.- Le dió otro beso rápido.
-Jungeun si me vas a besar hazlo decentemente y como dios manda.- La miraba.
-Bien... Lo que quiere mi princesa.
La castaña la beso en los labios cariñosamente, cuando la falta de aire comenzó a hacerse presente se separaron.
-Bueno... Me voy llegando a la bebé para que duerma en su cuna...- La castaña estaba por levantar a Yerim en sus brazos.
-Jungeun...- Las mejillas de la contraria se tiñeron de rojo.
-¿Si amor?- Sonrió.
-¿T-te quedarías a dormir c-conmigo...?- Pregunto vergonzosa.
-Y-yo si... Q-quiero... Voy a casa a dejar a nuestra hija y vendré contigo ¿si?- Le dió un beso en su frente.
-Esta bien te esperó amor...- La acompañó hasta la puerta.
Jungeun muy feliz salió de la casa en donde estaba viviendo Jinsol, y condujo rápidamente hasta la casa de sus padres. Cuando la chica les dijo que se quedaría esa noche con Jinsol aceptaron en cuidar a la niña por toda la noche, aún que la castaña tenía una duda sobretodo y era ¿donde estaba Yohan? Ya que no estaba en casa, tal vez llegaría luego.
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-¿Jinsol?- La castaña entro a la casa de la pelinegra.
-Jungeun ven aqui rápido, te vas a congelar.- Dijo la pelinegra ya que realmente era cierto estaba haciendo muchísimo frío como para que sea verano así rápidamente cerró la puerta y fue con Jinsol quien estaba calentando sus manos en la chimenea.
-Ay que caliente que está aquí...- Suspiro aliviada la chica colocándose al lado de su novia.
-Ver el fuego me recuerda algo lindo...- Sonrió la pelinegra acurrucándose al lado de la castaña.
-¿Como cual?- Pregunto mientras la abrazaba.
-Bueno...- Sonrió.- dejaré que tú solita te acuerdes de ese día...
La contraria miró algo confundida a su novia y luego analizo bien la situación, y sonrió al recordar a lo que se refería.
-Ahh ese dia.- Sonrió.- El festival de la escuela donde a la noche nos fuimos del campamento y la fogata ayudo mucho.- Sonrió.
-Ese día fue perfecto...- Las dos se miraron.
Unieron sus labios en un dulce beso, ambas se levantaron y se sentaron en el sillón para seguir besándose.
Jungeun suavemente empujó a la pelinegra dejándola acostada y siguió besándola con tanta ternura.
-Ha-azme tuya Jungeun...- Dijo Jinsol mirándola a los ojos.
-¿Eso quieres...?- La miró acariciando su mejilla.
-S-si...- Las dos entrelazaron sus manos.
Jungeun sonrió y beso el cuello de la pelinegra, procedió a quitarle lentamente la ropa mientras está hacia lo mismo.
Con todas aquellas caricias y besos que se daban se decían lo mucho que se habían extrañado por todo ese tiempo. En todo momento posible la castaña fue tan delicada con la pelinegra, la amaba tanto que nunca más la lastimaria y siempre la amaría más que a nada en el mundo.
Así fue como la pasión subió quedando así tras largo segundos hasta que bajo, las dos quedaron cubiertas con sudor, la pelinegra quedó dormida sobre la castaña sintiéndose más que protegida.
Jungeun a los momentos se levantó del sillón dejando a Jinsol durmiendo allí y apagó la chimenea ya que era muy peligrosa tenerla prendida, agarro su teléfono para luego entrar al baño, marco a alguien que tenía que ayudarla.
-¡Jungeun!- Se escuchó la voz de una mujer del otro lado.
-Hola Haseul.- Dijo animada.- Oye... ¿casi eres jefa de policía no? Necesito que me ayudes con algo...
