Hace mucho, mucho tiempo en Neraland, los piadosos humanos construyeron una gran torre para mostrar el respeto a su diosa Nera.
La diosa Nera se sintió profundamente conmovida por la piedad humana; para recompensarles, abrió una puerta en lo alto de...
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–¿Un ataque sorpresa? ¿Por la espalda? ¡Qué honor tan admirable muestras!
–¡Un caballero no le debe ningún honor a una escoria como tú!
–¡Kain!
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–¡Su Alteza!
–Kain, te lo imploro, ¡no luches aquí! ¡Alertarás a los lacayos templarios!
–Su Alteza... ¿Está usted bien? Dejé que esto sucediera. Asumiré la responsabilidad de las consecuencias. Este criminal fue capaz de secuestrarte mientras se suponía que estabas bajo mi vigilancia...
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–No, Kain. Te equivocas. Es decir... puede ser un criminal, pero de este crimen es inocente. Yo... yo fui con él. Por mi propia voluntad. Él me protegió, todo el camino desde allí hasta aquí.
–... ¿Alteza?
–Libre, voluntad, eh... Bueno, tienes otra elección que hacer aquí, mi pequeña princesa. O vienes conmigo, y descubres la verdad de tu historia. O puedes volver con él. Ser un monstruo para siempre. Serás acosada por la misma pesadilla, acurrucada a tu alrededor mientras te chupas el pulgar... como anoche.
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–¿Qué acabas de decir? ¿Anoche? Bastardo...
–Kain, por favor... No es así...
–¡Ja, ja, ja! Ustedes dos niños continúen disfrutando de su charla. Me dirijo al Desierto del Norte. Empiezo mañana. Tienes hasta entonces para decidir. Nos veremos aquí, a la misma hora. Elige bien, cariño. Asegúrate de no arrepentirte.
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–¿Cómo me encontraste, Kain?
–Creo que el crédito debería ser mío, señora... ¡Ser Kain! ¡Prometiste que no me mantendrías atado si decía la verdad! Ahora que has encontrado a ese tipo, ¿no significa que no he mentido? ¡Desátame! ¡Por favor!
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–Déjame ayudarte... ¿Cómo te llamas?
–Soy Mars; sólo soy un aprendiz en la herrería de Grey, lo juro, fui tomado y atado por este... este señor sólo porque fui visto guiando a un extraño al Palacio, lo juro, eso es todo, pero luego empecé a ser interrogado y ah, ¿qué hice para merecer esto? ¡Cómo podría saber algo!
–Ah... Espera. Orejas puntiagudas, cabello plateado... ¡Pero si eres tú! Eres la Princesa de Hielo...
–No me gusta ese nombre. Por favor, no me lo recuerde.
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–Es sólo Yan.
{Es ella, parada frente a mí... El monstruo. La que se predijo que traería los grandes desastres a la humanidad. Pero todo lo que veo es una chica hermosa y delicada. Debe haber millones de fenómenos de todo tipo en el mundo, pero en este momento...}
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{Por alguna razón, estoy convencido de que nunca podría serlo.}
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Comentario del autor:
¿A quién elegirá la princesa de hielo?Apóyenme en la creación del cómic, ayuden a compartirlo en su red social, gracias, ¡y los quiero a todos!
