GhostBlade

9•Titán en el Viento•[Parte 5.2]

–Las leyendas hablan de seis grandes guerreros, cada uno de ellos con el poder de cambiar el destino de la humanidad. ¿Cómo podría explicar la profundidad de mi envidia... Este potencial para cambiar mi destino, y el destino de otras personas. Estos guerreros no tienen que doblegarse ante los dioses así cada noche oscura. ¿Cómo se siente tener poderes como los suyos?

–Haha... ¿Son todos las princesas tan ingenuas como tú?

–Puede burlarse de mí, pero excluirá a la Princesa del Desierto del Norte.

–Entonces escucha atentamente, te lo diré: se siente completamente inútil. Se siente como un pozo sin fondo, no es diferente de lo que imagino que debes sentir ahora.

–¿Inútil?

–¿Sabes lo que pasó en la Montaña Negra? Después de que el rey se suicidó, justo en el campo de batalla, la guerra civil que la princesa llevó a cabo durante años en busca de la coronación del rey arrasó el país. De los que vivieron antes, menos de la mitad sobrevivieron. Debí dejar que Kui tomara ese país. Al menos esa gente seguiría viva.

–No fue culpa suya...

–Ahora te contaré otra historia.

El diario de Ursula Entrada: parte 7

A medida que pasan los días, la inquietud dentro de mi corazón crece. Crece tan lentamente y de forma constante que no estoy segura de cuándo se convierte exactamente en miedo, aunque hay dos cambios que podrían considerarse sospechosos.

En primer lugar, Ostin se convierte en un niño como nunca he visto. Es extremadamente inteligente, talentoso tanto en las artes liberales como en las marciales. Habla muy poco, y muestra poco interés en la compañía. Algo en los modales de Sirigar últimamente me dice que está tan preocupada como yo; este niño nos superará. ¿Cuándo? Sigo preguntándome. ¿Cuándo? La respuesta es siempre "Pronto". Cuando ya no busque nuestra guía (y ese día llegará) ¿quién será lo suficientemente fuerte para dirigir su mano? ¿A dónde llevará su camino?

Segundo, mi sirviente encontró el diario de Ahna en una residencia oculta de ella, enterrado entre informes y registros varios. No perdí un momento; devoré ese diario con la esperanza de encontrar la identidad de la familia de Ahna. No me decepcionó: enterrado en las montañas de las reflexiones, de las observaciones, había un pequeño poema con un nombre que hacía que los pelos de mi cuello se pusieran de punta, el nombre de la más alta deidad en estas partes de la existencia: Nera.

Ursula