Adoptada Por Espías

10: Amor-odio

POV: SKYLAR

Al día siguiente me levanto y  me pongo a entrenar un poco, nada especial, solo correr y puntería, me duchó y me visto con unos jeans negros rotos, botas militares, un top rojo y una cazadora de cuero. Cuando miro la hora, veo que voy tarde y me pillo una manzana para después coger la moto e ir al instituto.

Al llegar todos se me quedan mirando, como si nunca hubieran visto a una chica en una moto. Bajo y me dirijo a mi taquilla para coger algunos libros y lo que necesito. Cuando la cierro me encuentro con Aria.

- Hey que tal, ¿a que no sabes lo que ha pasado?- me pregunta.

- No, la verdad es que ni idea.

- Resulta que ayer pillaron a la de Biología con el de física.- me dice mientras se ríe.

- Iugh, al menos espero que no fuera en un aula.- la miro con cara de asco ante la escena que se retransmite en mi mente.

Ahora mismo preferiría tener la imagen de Jamie Campbell y no la de la vieja de Biología. Enserio, esa mujer tiene canas y el de física está medio calvo. Es todo demasiado.

- Eh, Sky- me saca de mis pensamientos- mira quien viene por allí.- me dice, y veo a Angelo. 

Cuando está cerca, sin pensármelo dos veces salto encima suyo como un koala y le doy un abrazo. Noto como su pecho vibra por su risa, así que me aparto un poco de él y le pregunto:

- ¿Que es lo que te hace tanta gracia?- le miro con cara de pocos amigos.

- Veo que me has echado de menos, eh- me dice divertido. 

- Pues si te vas a reír siempre que te abrace des de ahora mismo voy a estar siempre a un metro de ti- le digo con una mezcla entre indignación y diversión. Y me separo de él.

- Vamos, Sky, que era broma- intenta abrazarme pero lo aparto.

Justo suena el timbre y a Angelo no se le ocurre otra cosa que cargarme como un saco de patatas encima suyo hasta la puerta de clase. Por el camino no hacía más que darle golpes, pero este hombre es más duro que una roca, ni se ha inmutado.

Me baja y me coge de la mano para llevarnos a unas mesas casi al final de la clase. No pasa mucho hasta que llega el de matemáticas. ¿A quien se le ocurre ponerla a primera hora?, ¡están locos.! No es que se me de mal, porque en la agencia nos enseñan mucho para poder trabajar bien en todas las misiones, pero es que a las 8:02 no hay nadie que no esté zombie.

La mañana pasa igual de lenta hasta la hora del almuerzo. Voy con Luke hacia el comedor.

- Oye Luke, ve tirando, que voy un momento al baño.- le digo.

- Vale, pero no tardes, que si no luego no te da tiempo de comer y te pones de mala leche.

- Vaaaleee....- le digo ofendida. En serio no entiendo como puede pensar eso de mi.

- Sabes que es cierto, Sky- me dice como si me leyera la mente.

- Puff..., de acuerdo, no me tardaré.- le digo y me pongo en marcha.

Cuando llego, lo primero que escucho son sollozos.

- ¿Quien hay?- pregunto.

Nadie me contesta, pero estoy segura que no han sido imaginaciones mías, así que me acerco al único cubículo cerrado y pico a la puerta.

-¿Hola, estás bien?- pregunto.

- Vete.- recibo como respuesta.

Se que he  escuchado antes esa voz, pero no estoy segura... ya se.

- Ashley, anda, ábrame.- le pido lo más amable y convincente que puedo.

 No recibo respuesta, solo el ruido de la puerta quitándole el pestillo. Cuando se abre, me sorprendo ante la vista que me llega. Una Ashley con los ojos rojos y las mejillas llenas de lágrimas.

- Eh,¿ que te ha pasado?- le pregunto con preocupación. Nunca antes la he visto llorar, así que si estás así algo grave debe haber sido.

- ¿Por que me ayudas?, nosotros hemos sido terribles contigo.- me dice viéndome extrañada.

- Porque aunque no lo creas, no me gusta que la gente esté mal. Además, una princesa nunca debería llorar.- le digo intentando animarlo.

- Muchas gracias, Sky, de verdad que lo siento mucho todo- se le vuelven a cristalizar los ojos y antes de eso le contesto.

Eh, Ash, no te preocupes, me gustaría saber vuestros motivos, pero pasado pisado, ahora cuéntame que te pasa.- le digo.

- Pues, verás...

POV. ASHLEY

Le empiezo a contar a Sky, lo que me pasa mientras ella me brinda una sonrisa.

Flashback

Ayer por la tarde mis padres estaban muy enfadados, y yo, al llegar a casa les pregunté porque.

- Pues resulta que en la empresa desaparece dinero.- me dice mi padre.

- Y tú no paras de gastar en tus caprichos.- me recrimina mi madre.

- Pero yo...- intento defender mi posición pero al parecer no les importa mucho.

- No me importa, a partir de ahora te cancelamos tu vinculación a nuestra tarjeta y solo tendrás lo que te demos para la semana.- me dice mi padre.

- Pero no es mi culpa, seguro que ha sido alguien de la empresa. La culpa es vuestra por no vigilar bien a quien...- antes de acabar noto dolor en mi mejilla y como una parte de esta arde. Por lo que veo, mi madre me ha dado un guantazo.

Como no lo puedo soportar más, corro hacia mi habitación.

Fin del Flashback