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De alguna manera, había sucumbido ante aquel encantó. Había aceptado tocarlo por voluntad propia, y recibir las consecuencias de sus actos y ahora se allá en el colegio de magia Night Raven donde estudiantes con gran...
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ALIENTOS A BASE DE FUEGO
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La calidez de la lava parecía menos intensa durante la noche. Sin embargo, los fuertes resoplidos de aquellos seres escupe fuego, lograban mantener la misma temperatura de todos los mediodías. Pequeñas criaturas aladas corrían alrededor de las piernas de un humano, que en apariencia era muy diferentes a ellos. Aunque por su forma de hablar daba a entender que poseía una inmensa sabiduría. Su cuerpo ágil y fuerte daban a proyectar más la imagen de un querubín que de un dragón.
Amargados en las frías aguas de vida, los dragones le permitían el ingreso, debido al legado que existía en su familia. Los Wu debían cuidarlos y protegerlos de todos, mientras ellos recibirían lo mismo de su parte. Compañeros de inmensurables aventuras, de todos los peligros y ajetreadas.
El chico caminaba tratando de evitar rostizarse vivo por las venas del volcán. A su lado una enorme cabeza de un dragón azul oscuro lo estaba esperando. Preocupado por los pasos de su compañero quien no parecía si mismo esa noche. Aun así sus movimientos eran perfectos, silenciosos y rápidos. Un verdadero ninja de la noche.
- ¿Qué ocurre, Elliot? - Pregunto el humano, que tras llegar cerca del cuerpo de su escamado amigo decidió recostarse.
"Nada. Nada... es solo que no pareces tú está noche."
- Jajaja a que te refieres ¡Elliot! Estoy igual que siempre. Nada me preocupa y no me siento mal. Debes tener arruinados tus sentidos, para pensar de esa manera. - Le respondo con una ligera tonalidad curiosidad.
"Puede ser... Puede ser..."
La noche dio paso a un sin fin de ronquidos insoportables que parecían no molestar al pequeño humano que seguía recostado plácidamente sobre el estomago de su amigo escamoso. La luna se movía por el cielo dando pie al cambio de horas, hasta que de alguna manera el joven humano se despertó. Con cara cansada se paro y lentamente se fue de dentro del volcán activo. Bajo un poco la llanura hasta llegar a un templo japonés. Paso por largos pasillos hasta que paso delante de un espejo. De reojo notó algo inusual, el espejo parecía estar brillando por lo que su cuerpo con rapidez volvió frente al objeto.
