Parabellum ~ (2° Temporada) Shadonic

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Caminaba y caminaba, incluso corría en algunas ocasiones. Exploraba cada rincón del castillo llena de curiosidad, se subía a lo que podía para alcanzar los objetos que le llamaban la atención y no había nadie que estuviera a su cuidado, su madre estaba ocupada con su deber como reina, no sabía donde estaba su padre y el erizo azul, y de la murciélago sabía que había salido al pueblo. No tendría problema de nada.

Recorrió el pasillo que estaba lleno de pinturas de sus ancestros, pero hubo uno que llamó la atención de la pequeña; El retrato de dos erizos adultos portando sus coronas, enseguida estaba un joven y apuesto erizo junto con una joven y hermosa eriza blanca.

– Mamá. – Sonrió mirando su retrato.

Miró a los demás que la acompañaban, frunció el ceño, no conocía a ninguno de ellos. De pronto sintió a alguien a su lado que la hizo girar de inmediato.

– Sir Jet. – Sonrió feliz de ver al maestro de guerra y este también le dio una sonrisa.

– ¿Qué hace paseando sola por aquí, princesita?

– Quise explorar más el castillo. – Contaba con mucha confianza – Pero vi esta pintura y... ¿Sabes quiénes son los que están con mi mamá? – Ambos miraron la pintura.

– Él era el antiguo rey de la Capital. – Señaló al erizo mayor del retrato – Su nombre era Xander Relish. Padre de tu mamá. – Luego señaló a la eriza mayor – Ella era su esposa, la antigua reina Anat Relish.

– Mis abuelos. – Sonrió.

– Así es. – Sonrió ligeramente – Luego tenemos, – bajó su mano señalando al mayor de los hijos – también antiguo rey, James Relish.

– Es... ¿Mi tío? – Miró al halcón verde y este asintió con la cabeza – ¿Qué les paso? ¿Por qué no están aquí? – El halcón suspiró mirando nuevamente la pintura.

– No creo estar autorizado para contarte esta parte. Considero que tu mamá lo hará más adelante.

– ¿Por qué todos dicen eso? – Reprochó nuevamente – Mi papá me dijo que cuando sea grande me contará todo...

– No tienes idea, princesa. – La miró por un momento y caminó alejándose.

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La reina caminaba de regreso a la habitación de su hija para devolverle el cuarzo. Ella aún estaba dormida, así que no tuvo dificultad para ponerle nuevamente el collar en su cuello.

La miró con una ligera sonrisa, pero dejó de hacerlo al notar que su hija estaba teniendo pesadillas, lo supo por las expresiones en su cara. Desde la muerte de su padre había estado teniendo pesadillas.

– Mi pequeña... – Susurró con suavidad mientras se sentaba con cuidado en la orilla de la cama.

Comenzó a cantar un poco para ella, le relajaba el peculiar sonido que su madre hacía, como el de una sirena. Poco a poco, las expresiones de la princesa cambiaron totalmente, se le notaba tranquila y calmada.

– Mi pequeña Verena. Mamá siempre estará contigo. – Dijo con suavidad acariciando las púas de su princesa.

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La lluvia comenzaba a caer en toda la Capital, el cielo nublado era algo hermoso en ese momento.

– ¿Cariño? – Llamaba a su pequeña entrando a la habitación donde había escuchado algo de ruido.

– Aquí estoy, mami. – Respondió.

Verena entró más y notó a su princesa sentada en el suelo con una fotografía en sus manos. Se acercó a ella sentándose a su lado, la pequeña se acurrucó junto a su madre y ambas miraron la fotografía, en ella estaban los dos erizos, Rouge y ella a fuera del antiguo negocio "Parabellum".

– ¿Dónde estaban? – Preguntó acerca de la foto.

– Ese lugar era el negocio de tu padre. – Contaba – Ahí vivía también. Fue donde conocí por primera vez a tu padre y a Rouge, después conocimos a Sonic. Su negocio trataba de cazar demonios y recibía dinero por ello.

– ¿Tú hacías eso? – Miró a su madre con curiosidad.

– Ajá. Lo hacía antes de convertirme en reina. Yo tenía un hermano mayor, su nombre era~

– James. – Lo nombro por ella – Sir Jet me dijo un poco acerca de él y de mis abuelos.

– Se me adelantó. – Rió un poco – Cuando tu tío James era el rey, yo me encargaba de cazar a los demonios que antes nos asechaban y era algo que me encantaba.

– ¿Peleabas? – Su madre asintió con la cabeza – Wow... – Miraba a su madre con mucha admiración – ¿Y lo hacías con vestidos?

– No, yo tenía mi propia ropa cómoda para hacer todo eso.

Lyanna sonrió imaginando a su mamá luchar contra los malos y salvando al mundo, como una especie de heroína. En ese momento se escuchó un trueno muy fuerte que provocó un grito de la pequeña y buscando refugió en su mamá.

– Tranquila, mi pequeña Lyanna. – Abrazó a su princesa de forma protectora – Mamá estará siempre contigo. – Besó con suavidad su pequeña frente.