Hace mucho que no sentía mariposas en el estómago, mucho menos esas mariposas que se sienten como de dos metros y tienen como treinta alas. Caminar al lado de la pelinegra, yendo hacia el automóvil, recorriendo los blancos pasillos del hospital y de a poco ver la luz de la libertad.
Ahora iría a la casa de la mayor, en ese pequeño rincón donde se sentiría segura, al menos un poco segura.
Retomar la relación con Yongsun le daba miedo, le daba terror que terminara mal.
El que no arriesga no gana.
La frase la golpeaba con frecuencia. No estaba muy segura de que hacer. ¿Podría ir y besarla?
Un dolor le llegó a la cabeza.
Estaba abriendo la puerta del Camaro y el dolor le hizo perder el equilibrio.
Yongsun se acercó deprisa al lado de la castaña.
-¿Estás bien?-
-Sí... Solo que no puedo soportar tanta emoción-
Soltó una risa nerviosa. Aún no recordaba aquella noche y no podía negar que tenía una curiosidad extrema. Algo sucedió aquel día y eso debe ser el porqué de sus problemas.
Bueno, no es como si antes de Yongsun no hubiese tenido problemas, pero ahora que es inocente los temas del pasado ya no le importan. En realidad no le importa nada.
Solo le importa Yongsun.
El departamento de la pelinegra se veía algo sombrío. ¿Hace cuánto que no estaba ahí? Parecía una eternidad. Se acomodó en el sofá y otro dolor invadió su cabeza. Tenía un extraño sentimiento, pero no quería preocupar a la pelinegra, así que se tragó su dolor.
-¿Quieres un té?-
-Ah... Bueno, gracias-
A Yongsun le llamó la atención el comportamiento tímido y formal de la menor, así que puso agua a hervir y se fue a sentar a su lado.
-¿Te sientes bien?-
-Uhm... Estoy bien, solo algo intimidada, creo-
Byul le dio a la pelinegra una gran sonrisa. Sí. Estaba intimidada. Salir al mundo de nuevo, estar con Yongsun... Y por su sentir. La memoria era tan extraña en su cabeza, era como una nube negra paseándose por cada lado de su mente. Al menos se sentía mejor en cuanto a salud, nada de dolores, nada de arritmias, nada de nada. Se podría decir que ahora era una chica saludable y tenía que admitir que las clases de yoga, más que ayudarle a la memoria, la han hecho sentirse con más energía.
Yongsun acomodó las pocas cosas de Byul en la habitación desocupada. La castaña se sentía tan "en casa" al entrar en esa pieza. Vio un calendario enrollado y lo colgó en la pared. Sí, ahora le iba a ser útil. Si ella no anotaba los días se iba a olvidar. Marcó el día actual y el día donde supuestamente estaría en una completa libertad. 14 días. Le quedaban 14 días. Sintió algo de nostalgia y adrenalina. Si llegaba ese día tendría que tomar un avión y volver a Los Ángeles, de donde era, donde estaba Sandeul. Pero a pesar de todo, si llegaba ese día y la relación con Yongsun no avanzaba... Simplemente no se volverían a ver jamás.
Demonios.
Era impresionante la manera en el que sus destinos se separarían de un momento a otro. Los días habían avanzado rápido, y ella los había sentido tan lentos. Yongsun se sentó en la mesa junto con su notebook, al parecer iba a escribir alguna cosa. El agua terminó de hervir y el hervidor se detuvo. Byul se levantó y caminó hasta la cocina. Aprovechó de observar que cosa hacía la pelinegra. Sí, estaba escribiendo sobre ella. Un reporte quizás. No sabía.
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Fuck the Police! [MoonSun] Completa
FanfictionKim Yongsun es comandante de policía en New York, y es asignada al caso de una joven sospechosa de homicidio. Las cosas empiezan a complicarse, y no está segura de cual camino es el correcto. Solo hay secretos escondidos en todas partes. Aviso❗en e...