La comandante se levantó ante el sonido de su alarma. Se sentía agotada, mental y físicamente. Se metió a la ducha, con la esperanza de que el agua se llevase parte de sus preocupaciones y problemas. Su mente empezó a vagar en un sinfín de preguntas. Todas aquellas sobre la castaña que estaba en el otro cuarto.Parte de ella creía que la razón de que estuviese a su cuidado era para protegerla, o proteger a la ciudad de la chica. Tenerle un ojo encima, controlarla, ¿pero no era eso mucha libertad? Probablemente nadie aceptaría tener a una sospechosa de homicidio viviendo en su casa. Necesitaba alojamiento mientras durara todo ese proceso.
Mirándolo así, ella era la mejor opción.
Mujer soltera, departamento grande, habitación de invitados, y la suficiente experticia tratando con personajes difíciles.
Se empezó a envolver con la toalla, su cabello empezaba a gotear, dejando un camino húmedo a su paso.
Empezó a temer cuando pasó por su mente la remota posibilidad de que la joven huyera de su casa luego de quedarse dormida. Le había sacado las esposas en la casa. No tenía atadura alguna y claramente los pestillos de la puerta se abrían por dentro.
Corrió hasta la puerta vecina, encontrándose con la chica echada en la cama, se veía tranquila, su pelo estaba humedecido, se veía fresca como una lechuga, sus ojos chocaron por unos segundos, hasta que los miel fueron bajando descaradamente por el cuerpo de la pelinegra, sus mejillas empezaron a tomar color, luego las mejillas de ambas.
-Ah, comandante, buenos días...-
La castaña se levantó de un salto, moviendo la cabeza de un lado a otro, intentando mantener la compostura. Yongsun solo se limitó a enfriar su mirada, dar la media vuelta, y huir de ahí lo más pronto posible.
No solía cometer errores así. Aunque estaba en su casa, el único lugar donde podía ser ella misma. Era difícil controlarse ahí dentro.
Se terminó de vestir con su traje, luego secó su cabello con la secadora. Cuando terminó de arreglarse fue a la sala de estar, ahí estaba la castaña viendo televisión, sosteniendo una taza de té en sus manos.
-Te hice una taza a ti también-
Habló sin despegar la vista del noticiero. La comandante miró la taza con una ligera sospecha, y siguió su camino a la cocina para buscar algo para comer. No había muchas cosas, ya que siempre solía desayunar en la cafetería de la central. Parece que esa vez iban a tener que hacer lo mismo.
-¿Despertaste temprano?-
-Sí, desperté con el cielo, estaba algo ansiosa-
Soltó una leve risa. La comandante se sentó en el espacio libre del sofá mientras arreglaba su cabello.
-Agh, parece que las noticias son igual de estúpidas en todo el país, estar aquí me hace recordar cuanto extraño las playas de Santa Mónica-
Se le quedó viendo mientras seguía reclamándole a la televisión. Su camiseta dejaba ver sus brazos, y no pudo evitar enfocar su vista en moretones y marcas.
-¿Qué te pasó en los brazos?-
La chica se miró y soltó un suspiro.
-No es nada-
Se levantó y se fue a su habitación, cuando volvió tenía una sudadera verde. Su mirada lucía agotada. No quiso volver a hablar del tema para no incomodar a la joven aún más.
Comieron algo en una cafetería al paso. Su mirada cansada volvió a la vida luego de comer algo sólido. Parecía que la chica estaba pensando más de lo que estaría acostumbrada. A las nueve ya estaban en la central de policía. Subieron a su oficina. Su escritorio estaba lleno de carpetas y papeles. Varios eran reportes de sus subordinados. Ella debía leerlos y firmarlos, para luego ser fichados.
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Fuck the Police! [MoonSun] Completa
Fiksi PenggemarKim Yongsun es comandante de policía en New York, y es asignada al caso de una joven sospechosa de homicidio. Las cosas empiezan a complicarse, y no está segura de cual camino es el correcto. Solo hay secretos escondidos en todas partes. Aviso❗en e...