Llamalo como quieras.

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Desperte con los rayos del sol entrando por la habitacion y el sonido de alguien tocando la puerta. Me tallé los ojos y trate de acomodar un poco mi cabello alborotado. Al abrir la puerta aprecie a Arthur en el pasillo del lugar, por lo que parecia, ya listo para emprender el viaje de regreso al campamento.

-buen dia, bella durmiente.

-buen dia, Arthur.- respondi mientras sostenia la puerta con mis dos manos. -¿tan temprano nos iremos?

-asi es, aun hay que haceres en el campamento, y no creo que a Grimshaw, a Hosea, o a Dutch, les haga mucha gracia saber qje nos quedamos por aqui solos.

-¿que es lo peor que podrian pensar?- pregunté mientras arqueaba una ceja.

-posiblemente que fuimos encarcelados, nada fuera de eso.

-interesante, saben que eres una muy mala influencia.

-tengo... Tengo mis antecedentes.- me respondio entre risas. -¿lista para irnos?

-no tengo otra opcion.

-nadie te obliga, tu eres la que quiere seguir con nosotros.

Estas en lo cierto, Arthur, estas en lo cierto.

Me puse mis botas y salimos de aquel lugar, conseguimos un caballo y partimos hacia el campamento en Horseshoe Overlook.

Casi a mitad de camino, nos detuvimos, ya que vimos a una pobre mujer que estaba lastimada a la orilla del camino.

-¡ayudenme! Me he lastimado la pierna.

-yo ire esta vez, Arthur.- dije tomando la iniciativa esta vez.

-ten cuidado.

Baje del caballo y me acerque a la mujer. Observe la lesión, pero note algo extraño, no habia ningun indicio de accidente. Voltee a ver a Arthur y ya estaba tirado en el piso inconsciente.

-creo que tenemos lo que queremos... Miren chicos, creo que encontré a la chica Hetfield.

Me levante del suelo, levante mis manos a la altura de mi cabeza y empece a retroceder.

-estan en un error.- alegue. -no soy quien creen que soy.

-por supuesto que lo eres.- dijo uno de los hombres que estaban tras aquella mujer que fingio estar herida. -eres la hija de Castor Hetfield. Tu padre tenía un tesoro muy grande escondido por estas tierras, y lo queremos.

-no se de que me estan hablando.- respondi

Continue retrocediendo hasta dar con Arthur, del cual tome despistadamente un revolver y lo desenfunde apuntando a aquellos saqueadores.

-miren chicos.- señalo la mujer morena. -la princesa cree que sabe usar un arma. ¡Ja!

Apunte directo a la cabeza de la molesta dama y le dispare, desfigurando su poco agraciada cara, sus dos acompañantes sin pensarlo desenfundaron y apuntaron directo hacia mi.

-simplemente no acabamos contigo por que nos eres mas util viva.

-para mi tambien, amigo.- interfirio una voz algo distante.

En un abrir y cerrar de ojos, seguido de un estruendo, los dos pobres desgraciados yacian muertos en el suelo junto a su amiga. Quede en shock y di media vuelta para observar a quien habia salvado mi vida. Mi hermano, James.

-¿que haces aqui, James?

-vine a hacerles un favor...- suspiro mientras bajaba de su caballo para cargar a Arthur en el suyo. -y a aceptar tu oferta.

Faith In ManUNkind (Red Dead Redemption 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora