Capítulo 3

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Ilia se encontraba en la fuente de Ordon sentada en la orilla, dejando que el agua mojara sus pies, se veía triste, él se sentó a su lado y la miró –¿Pasa algo, Link? –preguntó ella volteando lo a ver al sentir su presencia –quiero disculparme contigo, Ilia –dijo el chico –disculparme por haberte hablado de esa forma –la chica lo miró dándose cuenta de que estaba pálido y tenía unas ojeras muy marcadas –no te preocupes Link, pero... ¿De verdad estas bien? –le preguntó su amiga con preocupación –sí, estoy bien no tienes de que preocuparte –la tranquilizó él –Link... Te conozco mejor de lo que me conosco a mí... Sé que algo te pasa –dijo ella estirando el brazo y le puso una mano en la mejilla, el muchacho no sabía como decirle la verdad, pues sabía que le rompería el corazón, su amiga le puso un dedo sobre los labios, lo miró a los ojos y simplemente le preguntó –¿Qué fue lo que te hizo sufrir tanto? –él la miró sorprendido, y ella lo miró a los ojos y le pidió –cuéntame todo lo que te pasó –el muchacho miró el agua para evitar mirarla, odiaba mirar su propio reflejo, y le contó todo lo que había vivido, también le habló de Zelda, Ganondorf, Zant y por último le contó todo sobre Midna y lo que habían vivido juntos, la chica escuchaba todo intentando no sentir celos pero era difícil, sin poder contenerse más ella rompió a llorar, dió media vuelta y salió corriendo, Link se quedó allí aturdido, el chico se dejó caer a la orilla de la fuente pues la realidad lo golpeó de pronto, finalmente se dejó caer sobre la hierba y se quedó mirando las nubes que desfilaban por el cielo "acabo de romper con mi mejor amiga" –soy un tonto –suspiró con un hilo de voz –como no me di cuenta antes –soltó Link finalmente.

En los días siguientes ambos se evitaban constantemente, Link sabía que todos en Ordon estaban enterados de que ellos dos habían terminado y que él le había roto el corazón a su mejor amiga, aunque nadie le decía nada, cada vez que se aparecía en el pueblo notaba como todos lo miraban con descontento, incluidos los niños, hartó de eso el muchacho se dejaba ver cada vez menos por el pueblo, ya ni siquiera iba a trabajar al rancho, si no estaba en su casa se refugiaba en lo profundo del bosque de Farone,

En los días siguientes ambos se evitaban constantemente, Link sabía que todos en Ordon estaban enterados de que ellos dos habían terminado y que él le había roto el corazón a su mejor amiga, aunque nadie le decía nada, cada vez que se aparecía en ...

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los únicos dos lugares donde sabía que nadie lo juzgaría ni lo miraría mal, a veces se llevaba a su yegua con él

y hablaba con ella pues sabía que Epona lo entendía y a veces deseaba poder transformarse nuevamente en lobo para poder entenderla

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y hablaba con ella pues sabía que Epona lo entendía y a veces deseaba poder transformarse nuevamente en lobo para poder entenderla.

Un día mientras Link se dirigía solo hacia el bosque, descubrió que Ilia ya estaba allí sentada sobre una gran roca, ella levantó la mirada al oírlo acercarse y se sorprendió al verlo, la chica se levantó inmediatamente con nerviosismo –Hola –saludó el chico intentando ser amable, ella lo miró ceñuda –¿Qué haces aquí? –preguntó enojada –lo mismo te iba a preguntar a tí –respondió él con cautela –no es de tú incumbencia –le espetó la chica acercándose a Link, el muchacho ni siquiera se movió –sé que estas sufriendo –dijo el chico con tono conciliador –y yo también –añadió, pero enseguida se arrepintió de haberlo hecho pues los ojos de Ilia se oscurecieron por el enfado –ah sí, con que estas sufriendo –dijo ella con cruel sarcasmo –tú fuiste el responsable de todo lo que sucedió aquí, por tú culpa nos secuestraron a los niños y a mí –le gritó Ilia furiosa –tú no perteneces aquí –le dijo –¡Vete y nunca vuelvas! –al oír eso el muchacho sintió como si lo hubieran apuñalado en el pecho, le costaba respirar, miró a la chica por un segundo, sólo vió ira en su mirada –si así lo quieres –respondió él con voz grave y forzada –entonces me iré, pero no vengas luego a rogar me que regrese –le dijo y se alejó de allí, lágrimas silenciosas caían por sus mejillas, llegó a su casa y guardó sus cosas, tomó a Epona y se marchó sin mirar atrás, para no volver jamás.

Un día mientras Link se dirigía solo hacia el bosque, descubrió que Ilia ya estaba allí sentada sobre una gran roca, ella levantó la mirada al oírlo acercarse y se sorprendió al verlo, la chica se levantó inmediatamente con nerviosismo –Hola –salu...

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Una vez en la llanura tomó conciencia de que no tenía ningún lugar a dónde ir, la noche le cayó encima por lo que tuvo que dormir al aire libre, lo cual en realidad no le molestó mucho, lo llevaba haciendo desde hacía algún tiempo, encendió una fogata y Epona se echó junto a él –me alegro de por lo menos tenerte a tí, amiga –le dijo el chico a la yegua mientras la acariciaba, unas lágrimas cayeron por sus mejillas, Epona al percatarse que su dueño estaba triste trato de consolarlo, él la abrazó y rompió a llorar, había perdido su hogar y a las personas más cercanas que tenía, pero afortunadamente no estaba completamente solo, aún tenía a su amada yegua, ella apoyó la cabeza en el hombro del muchacho y simplemente lo dejó desahogarse, pasado un rato se separaron –gracias amiga –dijo Link con voz ronca, Epona soltó un leve relincho en respuesta, el chico levantó la mirada contemplando las estrellas, sintiéndose insignificante comparado con la inmensidad del cielo –comparados con el cielo nocturno, mis problemas son insignificantes –pensó para sí mismo –vámonos a dormir Epona –le dijo a la yegua mientras se dejaba caer en el pasto y ella se echaba a su lado.

Un Amor InesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora